Cádiz

En nuestros tres años de Carrers Agranats hemos recorrido calles de Russafa como Sueca, Cuba, Denia y Literato Azorín, por algo es uno de los barrios más activos (y gentrificados) de la ciudad. Este año arrancamos la temporada también aquí, pateando de arriba a abajo otra de las arterias principales de la zona con nombre de provincia andaluza que conecta dos grandes avenidas llamadas Gran Vía Germanies y Peris i Valero. En nuestra primera etapa hemos comido salazones y embutidos de primerísima calidad regados con un buen vino, hemos aprendido de tipografía, impresión y encuadernación artesanal, nos hemos comprado ropa vintage selecta, hemos probado un buen surtido de platos asiáticos y hemos acabado el día tomado una copa en una coctelería muy animada que te llama con sus luces de neón y te atrapa con su mobiliario en penumbra.

Ultramarinos Agustín Rico
G.V. Germanies, 17
Empezamos nuestro paseo por la calle Cádiz fuera de ella, pero el desvío está más que justificado porque muy cerquita, ya en la Gran Vía, sigue en pie un negocio centenario en el que se comen embutidos y salazones de primerísima calidad y se bebe vino y cava a buen precio. Ultramarinos Agustín Rico fue fundado en 1916 en una casa antigua que fue derribada para construir una finca moderna sin ningún encanto donde ha pervivido, de generación en generación, el negocio del buen comer y el buen beber. Sobre la puerta principal, en el interior, cuelgan fotos en blanco y negro de cómo era el ultramarinos en sus orígenes, y superada la nostalgia de haber perdido para la ciudad un espacio con mucha solera, nos queda el consuelo de saber que el negocio familiar sigue activo, en forma y con un Agustín al frente. En la carta encontraréis jamón ibérico de bellota, quesos españoles y franceses (algún alemán y algún italiano), salazones de Barbate, croquetas, conservas y embutidos de todo tipo: lacón, mortadela trufada, morcón murciano, cabeza de jabalí, lengua de buey, longaniza del payés… Y ensaladilla de bogavante, y tapas calientes de rabo de cerdo, y el plato estrella: Mi-Cuit con mermelada de violetas. Además, este ultramarinos es también bodega, es decir, que vende botellas de vino directamente a precios muy competitivos.

La Seis Cuatro
Cádiz, 7
En enero de 2020 se celebró en La Seis Cuatro la última edición de Cañas & tipos (el asunto empezó seis años antes), un evento divertido e informal centrado en la tipografía al que están invitadas la cerveza y otras personalidades relacionadas con el mundo de las letras para dar charlas de unos veinte minutos sobre tipografía. Se financia con la venta de cerveza y un TipoBingo en el que se sortean packs de material gráfico aportado por tipógrafos, calígrafos y editoriales como Campgrafic, es decir, agentes importantes relacionados con el mundo del diseño. El evento ha estado en barbecho desde la pandemia, ¡pero vuelve el 15 de octubre a partir de las 18h.! Con el diseñador gráfico Iván Castro (Barcelona) y Animales de Lorca, un taller de impresión tipográfico y libros de artista que ha venido desde Nueva York para asentarse en la calle Cuba. Tan buena es la idea del Cañas & tipos que se la han llevado a otros puntos del globo como Palma de Mallorca o México. La Seiscuatro es un taller de encuadernación y técnicas tradicionales de imprenta con diez años de trayectoria en el que Eva trabaja técnicas de impresión especializadas y artesanales que se han quedado obsoletas con la aparición de los medios digitales. Es decir, que si se va la luz, ella puede seguir trabajando, normalmente en proyectos que no quieren hacer las imprentas al uso: pequeños libros artesanales, cartas de restaurantes (la de Fierro, por ejemplo), cajas para premios (le acaba de hacer unas al IVAM), portfolios de diseñadores… Hace gofrados (estampado en relieve), impresión con tipos móviles y encuadernaciones artesanales, edita obra gráfica original y acoge cursos y talleres sobre papel e impresión artesanal, caligrafía (con Joan Quirós), encuadernación y ebru, una técnica turca de marmoleado que consiste en colorear una hoja de papel poniéndola en contacto con pigmentos que se encuentran flotando en el agua. Las plazas para el taller del 5 de noviembre ya se han agotado, pero han abierto nueva fecha el domingo 6/11. ¡Aún puedes apuntarte! El precioso local mantiene los azulejos originales en el suelo, el establo trasero en el que guarda la maquinaria antigua con la que trabaja y el palomar con la máquina de stamping al (poco) resguardo de ventanales de madera originales, preciosos pero poco eficientes aislando del frío y el calor. Si buscas un acabado artesanal y único, La Seis Cuatro es tu sitio.

Laka
Cádiz, 15
Laka no es una tienda más de ropa vintage, aunque sí puedas elegir entre una selección muy cuidada y difícil de encontrar (de ahí los precios), por ejemplo, de camisetas de fútbol míticas que vistieron las selecciones de Argentina y Alemania. Laka es también una tienda de muebles de diseño que le rinde pleitesía a la Bauhaus recibiendo al visitante con una réplica de la Victoria de Samotracia, un felpudo con diseño de Keith Haring y una maqueta de la propia tienda hecha con impresora 3D por @s_a_r_m_i_e_n_t_o_. La tienda se presenta a si misma como contenedora de “cultural artifacts & vintage memorabilia. Clothing, objects, random stuff”, lo que quiere decir que en ella tiene cabida una camiseta Kappa del centenario del Betis (1907-2007), un polo Versace con cremallera de los noventa, una gorra de Los Sopranos y butacas Wassily diseñadas por Marcel Breuer para la firma Knoll.

Flamingos
Cádiz, 17
En el número pasado ya os hablamos de una tienda de ropa vintage de segunda mano de la calle Cadis y ahora vamos con otra, pero esta, más Berlín, vende la ropa al peso (13/24/39 euros el kilo). Flamingos es una franquicia nacida en Barcelona que tiene 24 tiendas repartidas por el territorio nacional y doce en Estados Unidos especializada en ropa americana de los años setenta, ochenta y noventa. Encontrarás básicos como unos vaqueros Levis que después de pasar por la báscula te pueden salir a unos 18 euros y piezas muy auténticas como un uniforme de animadora, un vestido de novia o una vestido antiguo de Chanel muy exclusivo que, esta vez no, no se vende al peso. Su Russafa te pilla de desmano tienen otra tienda en la calle de las cestas.

Mangiamo!
Cádiz, 21
Hace quince años que Salvo y Filippo abrieron Mangiamo! en el barrio de Russafa —tranquilo y discreto por aquel entonces— y para celebrarlo piensan cambiar la carta de arriba a abajo incorporando quince pizzas que cuenten los quince años de recorrido del negocio, que sinteticen sus historia. Pero antes de que lo hagan tenéis que ir a probar la de calabaza, anchoa, mascarpone y queso Ricotta, un exitazo que suena de maravilla y sabe aún mejor. Son pizzas de masa fina y crujiente que adaptan la tradición napolitana a los productos y los gustos de aquí. Es pizza italiana pero de aquí, un poco de aquí y de allá, como Salvo, un siciliano que lleva viviendo en Valencia 18 años, mucho más que los peques que pasan por Mangiamo! para zamparse una buena pizza. ¡Ah! y tienen propuestas sin gluten, sin lactosa y veganas, así que no hay excusa para no hincarles el diente.

Café Berlín
Cádiz, 22
El Café Berlín empezó hace diez años siendo una cafetería, pero las mareas del barrio lo han llevado a convertirse en uno de los bares de copas más animados de la zona que atrapa a los paseantes con sus luces de neón. Hasta las tres de la madrugada sirven todo tipo de cócteles entre obras de arte y mobiliario de aquí y de allá (atentos a los taburetes de la barra) al más puro estilo berlinés. Hace un tiempo, acompañando a las bebidas, servían palomitas con curry que contaban con auténticos devotos como nosotras. ¡Ojalá vuelvan!

Salsavana
Cádiz, 27
Al entrar nos reciben fotografías en blanco y negro del Malecón de La Habana, un Chevrolet pintado al óleo y paredes empapeladas de trópico, ¡bienvenidos a Cuba! Salsavana es un pub-restaurante con 27 años de recorrido en la calle Cádiz (a dos de la paralela calle Cuba) que sirve platos cubanos a la hora de la cena y mojitos cuando toca ir de copas, con la salsa sonando de fondo. Quizá algo de Marc Anthony, pero cubano todo lo demás. Uno de los platos estrella que puedes pedor es la ropa vieja, hecho de ternera desmechada (previamente cocida) con salsa de tomate, pimiento y cebolla que se acompaña de arroz blanco, frijoles negros y plátano frito. El otro es el rabo de toro encendido, cocido a fuego lento con pimientos, cebolla, ajo, tomates, comino, orégano y, la mecha que lo enciende todo, ¡el chile! Estos son platos de origen español, el siguiente que nos recomiendan llegó al Caribe a través de los esclavos africanos. El fufú de plátano (por encargo) es un aperitivo hecho con plátano macho maduro hervido y aplastado que puede ir acompañado con Chicharrones, manitas de cerdo o beicon frito. A nosotras nos suena a música celestial. Eso sí, aquí, hay que venir sin prisas, ellos mismos lo dejan por escrito para que no haya quejas: “Las demoras son parte del folklore cubano”.

La Fusteria
Cádiz, 29
La Fuesteria es una tienda-taller que se dedica a la artesanía con madera desde hace cinco años. Miguel Ángel le da una segunda vida a los muebles que tiene a la venta: estanterías, sillas, mesas y ventanas de madera, una en concreto la ha transformado en un precioso marco para tres fotos que luciría en cualquier casa. También puedes llevarle un mueble para que lo restaure o pedirle que te haga uno a medida para algún lugar concreto de la casa. Cuando le hicimos la visita tenía entre manos una mesa que combinaba madera con suelo hidráulico y, se veía venir, iba a quedar preciosa. Si tienes alguna idea pásate a verlo, con la madera puede hacer auténticas maravillas.

Lale
Cádiz, 30
Esta es la tercera tienda de ropa vintage de segunda mano que encontramos en la calle Cadis y es una ampliación de Aieclé, la tienda de la esquina de enfrente. En Aieclé hay ropa más barata (5-8€), Lale está centrada en marcas de un nivel superior (hasta 80-90€) y, además de vender, customiza las prendas para, por ejemplo, sacar un top y una falda de un vestido. Defienden y practican el reciclaje, aquí no se tira nada, y se preocupan porque todas las piezas estén en buen estado, sin manchas ni agujeros, desinfectadas, planchadas y dispuestas con orden, ya sean un Armani, un Escada o un Addidas. Además de un amplio surtido de camisas y camisetas customizadas ultra cortas que enseñan el ombligo, de los percheros de Lale cuelgan chalecos vaqueros o cazadoras de ante bajo la mirada de Miss Herpburn hablando por teléfono vestida con una camisa en una portada de la revista Life. La tienda fue un estudio de fotografía, de ahí el gran cubo blanco con focos (y un piano) del fondo.

Tao Tao
Cádiz, 37
El Tao Tao es el restaurante de la comida asiática a precios ajustados. Las especialidades de la carta son los rollitos vietnamitas caseros hechos con obleas de papel de arroz rellenas de carne zanahoria y fideos de soja; el takoyaki, esas bolitas rebozadas japonesas hechas a base de pulpo, huevo, camarones, queso y cebollino chino; y el okonomiyaki, una especie de tortilla de beicon y verduras, típica también de Japón. Como lo son el sushi, las gyozas y el tsukune, esto es, una brocheta a la brasa de albóndigas hechas con lomo de cerdo, puerro, miso y salsa teriyaki que está para chuparse los dedos. Hemos pasado por Vietnam y por Japón, pero la carta de Tao Tao te puede llevar también de viaje a China de la mano de los dim sum y a Tailandia con su plato estrella indiscutible, el Pad Thai, de pollo, tofu o gambas.

Café Tocado
Cádiz, 44
¿Qué no sabías que teníamos un Moulin Rouge en Russafa? Pues sí, desde 1994. Las obras de Toulouse Lautrec en el exterior avisan del ambiente cabaretero que se respirar en el interior, donde varios pares de piernas de bailarinas emergen de enaguas pintadas en la pared para evocarnos el cancán con sus patadas altas y sus piruetas. Dentro hay un pequeño escenario que recuerda la actividad cultural que programaba el Café Tocado, especialmente café-teatro en los últimos años prepandemia. Hoy es un sitio tranquilo para tomar una copa que pone un buen surtido de ginebras a disposición del cliente, pero el gran activo de este antiguo café es, sin duda, una decoración vintage que le rinde pleitesía al cabaré parisino.

Bartleby
Cádiz, 50
La cultura. Bartleby es el templito de la cultura de la calle. Una librería especializada en narrativa, novela gráfica y álbum ilustrado con una selección muy cuidada que apoya la edición independiente y huye del bestseller y donde la actividad es constante. Las presentaciones de libros son recurrentes, pero la programación ha incluido a lo largo de sus casi diez años de vida otras propuestas culturales como los conciertos de Carolina Otero o Johnny B. Zero, exposiciones de Nuria Tamarit o Luis Demano, y obras de teatro muy especiales (además de colaboraciones con festivales del barrio como Russafa Escènica, Valencia Negra o Russafart). En sus inicios, el dramaturgo Nacho López Murria montó una obra pensada específicamente para ser representada en este espacio, se llamaba Manual para plata de interior y fue interpretada por 16 parejas de actores de primer orden  que cada mes le daban su toque particular al personaje. Bartleby no solo acoge cultura, sino que la reinventa. Hace años tuvieron a una banda de jazz tocando en directo mientras Paco Roca improvisaba dibujos que se iban proyectando para la audiencia. También idearon una actividad muy especial que tuvo mucha repercusión en torno al manga El gourmet solitario de Jiro Taniguchi, sobre un hombre solitario que recorre las calles de Tokio visitando a sus clientes y para quien el momento de la comida constituye una auténtica aventura. El manga fue presentado en la librería por Álvaro Pons, Andreu Escrivà y Miguel Ángel Giner y luego los asistentes a la presentación acabaron en la taberna japonesa Tora donde Koji, el cocinero, había preparado algunos de los platos de cocina tradicional nipona que aparecen en el libro. Como veis, Bartleby es muchísimo más que una librería.

Novedades Casino
Cádiz, 7
Después de pasar por Ciutat Vella i La Petxina, Novedades Casino desembarcó en Russafa en octubre. En este original gabinete de imágenes encontrarás joyas de papel como posters, fotos, libros, postales e ilustraciones muy ancladas en lo local, en Valencia, el Mediterráneo y España. Pero no necesariamente, al fin y al cabo, el negocio es de Pablo y él es el que decide qué se vende. La idea es enseñarle al turista y al de aquí algo diferente sobre el lugar en el que se encuentra, contarle una historia que no oirá en la típica tienda de imanes como souvenir. A Pablo le interesa mucho, por ejemplo, la cartelería antigua de promoción turística en España, analizar qué imagen se ha querido vender de cada territorio en cada época y por qué, ya se trate del Mar Menor o de Guinea Ecuatorial. Si te apetece ir a echar un vistazo ten en cuenta que su horario es muy irregular (ya lo anuncia en el rótulo), así que es buena idea contactar con él primero a través de redes sociales. Lo que sí tiene horario son los cursos y talleres que se impartirán en el local siguiendo la estela de algunos ya realizados como el taller de escritura no creativa o el curso de fotografía junto a Ricardo Cases. Pásate por Novedades Casino si quieres ver algo diferente.

lacontra
Cádiz, 38
Donde antes se encontraba una de las muchas tiendas de segunda mano del barrio, en 2018 abre sus puertas lacontra, una tienda de moda urbana con exquisitas marcas nórdicas y españolas que tarda solo un año en poner el foco en la moda sostenible. Juan José Martínez, creador de este proyecto, busca marcas socialmente responsables, piezas de algodón orgánico, viscosas, ecológicas o de fibras reciclables. En lacontra encontramos marcas españolas como Brava fabrics o Tiwel, que producen en España y Portugal; también marcas valencianas como The nude label que fabrica prendas de ropa interior de algodón orgánico, y muchas otras de otros países que también tienen como objetivo el respeto al medio ambiente. Pocas tiendas hay así en la ciudad, multimarca y de moda sostenible con una línea estética urbana, moderna y cómoda. Cada prenda es una joya, pasad y veréis.

Baobab
Cádiz, 45
Huele a cuero en Baobab. Y es que aquí se dedican a trabajar la piel para fabricar bolsos, mochilas, cinturones, bandoleras, riñoneras, sandalias, pufs y cualquier cosa que te puedas imaginar. Productos de marroquinería de mil y una formas y tamaños que incorporan chapas, estampados y trenzados, con y sin bolsillos salientes, con y sin cremalleras a la vista, oscuras y más claras. La calidad de los forros interiores de las mochilas no es la bomba, pero los precios son muy asequibles y hay mucho y variado entre lo que elegir.

Casa cús
Cádiz, 47
En Casa cús cada comensal se prepara su propio cuscús a medida. ¿Quieres calabaza, boniato y coliflor pero no calabacín? ¿Garbanzos? ¿Pollo o albóndigas de ternera? ¿Todo? Igual te apetece añadirle cebolla caramelizada o merguez, esa especie de longaniza especiada y picante originaria del norte de África que le da un toque al cuscús. Mya y Nono cocinan al vapor verduras que vienen de Paterna y las despliegan junto al resto de condimentos en una vitrina de buffet donde personalizan los platos al gusto y al momento. El festín lo puedes acabar con té de menta y una basboussa (pastel de sémola) con anacardos y almendras, y todo puede haber empezado con un bourek (un rollo frito de masa fina relleno de carne picada y cebolla), caviar de berenjena, humus o tapenade. El menú de mediodía con un cuscús, una tapa oriental (o postre) y bebida sale a 12,5€. Ve a probar, es el único restaurante de este tipo en España.

Hotaru
Cádiz, 48
En pocos lugares de la ciudad tendremos una experiencia gastronómica japonesa como en Hotaru. Y a eso venimos. Solo con cruzar el umbral de su puerta ya estamos impresionadas: la decoración es delicada, sobria, elegantísima, la luz es tenue y al fondo se adivina una espectacular terraza interior presidida por luces de neón de color rojo. Sentadas en su barra observamos el espectáculo de magia: simples ingredientes se convierten en manos de los cocineros en verdaderas obras de arte: un tartar de atún con aderezos bonito y delicioso, una bandeja de nigiris (de lubina, salmonete, sardina, vieira) cuya presentación es tan delicada como el sabor de cada una de sus piezas, un solomillo de ternera con salsa yakiniku tierno y esponjoso como una nube. Los artistas que manejan los fuegos son fieles a la cocina japonesa, sí, pero eso no significa que en esta casa no habite la innovación: su menú cambia continuamente, combinando platos de la robata o parrilla japonesa con makis y sushis, y ahora, con una creación propia: los U-makis, o sushi en forma de U, que son una verdadera explosión de sabores.

La Bella de Cádiz
Cádiz, 54
¿Qué por qué este bar parece un rastro abigarrado? Porque lo es. Todo lo que ves en La Bella de Cádiz está a la venta, así que mientras te tomas un buen cóctel entre maniquíes enmascarados, acordeones y trajes de fallera puedes decidir cuál de todas las antigüedades querrías llevarte a casa. No sirven comida y dicen ser famosos por su agua de Valencia, pero lo que de verdad los hace especiales es esa combinación de rastro y bar, mínimamente iluminado por lámparas antiguas, repleto de marionetas de Pinocho, máscaras de carnaval veneciano, sombrillas y sombreros, trajes de sevillana, radios antiguas, maletas, zapatos y payasos de porcelana.

King Creole
Cádiz, 56
Evidentemente, en King Creole la música de Elvis Presley es la que reina. El nombre del pub hace referencia a un álbum de Elvis grabado en 1958 expresamente para la película King Creole en la que él, además, tenía un papel protagonista. Aquí suena mucho rock and roll y música de los sesenta, pero entre The Cure, REM, The Doors y Simple Minds, Juanjo te pinchará sin problemas a C. Tangana o a León Benavente si es lo que te va porque, en el fondo, lo que todo buen dj quiere es que te lo pases bien. Soul, funk, swing, jazz, Sinatra… todos bienvenidos, solo hay un veto claro: el reguetón. Reme y Juanjo abrieron el local en diciembre de 2019 para invitarte a bailar y a tomar una copa, fundamentalmente, pero también para acoger actividades culturales como exposiciones y presentaciones de libros sobre Elvis o The Cramps o dejarle la pista a los bailarines de balboa para que hagan de las suyas todos los jueves a las 22.30h.

Casa Viva
Cádiz, 76
Casa Viva es un restaurante vegetariano y vegano bioconstruído con materiales sostenibles reutilizados. Una casa de comidas basada en alimentos que permiten buenas digestiones de origen no animal pensados para equilibrar el cuerpo, un negocio que búsqueda la salud ambiental y la eficiencia energética. El concepto no es nuevo, los padres tienen el restaurante en Tavernes de la Valldigna y los hijos lo replicaron hace cuatro en el corazón de Russafa. Vegetariano porque su carta contiene platos elaborados con queso, pero vegano también porque puede ofrecértelos con queso hecho sin productos lácteos. Apuntad las recomendaciones: la tabla de patés, la lasaña de calabaza, las pizzas sin gluten y los gofres veganos, sin gluten y sin azúcar. Es más, no encontrareis el azúcar en ningún rincón de la cocina (aquí el dulzor se consigue con melaza), ni harina, ni levaduras. Si buscas comida sabrosa y saludable tu restaurante está al final de la calle.

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