VAT. Guillem de Castro, 118
Con las obras cedidas por el Kuntsmuseum Den Haag de La Haya, el IVAM indaga en el realismo holandés de entreguerras, una corriente eclipsada por las dos etapas entre las que se incrusta: las Vanguardias del primer cuarto de siglo y el arte abstracto que se impuso tras la segunda guerra mundial. En medio de la grave crisis económica, política y social europea, Holanda retornó al orden de los bodegones, los retratos y los paisajes dejando atrás la frialdad de las vanguardias (of Of Stijl y compañía), para hablar de la vida cotidiana y de los estratos más desfavorecidos de la sociedad desde una posición diferente, más íntima e impregnada de realismo mágico. Se volvió a la figuración, pero basada en el estudio de la condición humana. Charley Toorop, sobre la que pivota Reinventando la representación (¡una mujer!), refleja el mundo interior de sus retratados en la mirada de una forma innovadora, pero en algunos de sus lienzos perviven trazos del pasado más reciente, como en esa Mujer enferma de pinceladas vangoghianas. Las xilografías de Wim Oepts recogen la vida cotidiana de una manera muy cinematográfica, casi a modo de fotogramas, y Pyke Koch, con el atuendo de su Bertha Antwerp, nos traslada a los locos años 20, y nos hace ver que, a través del realismo, uno también puede expresar su mundo interior. S.M.