Cristina Durán es la punta de lanza de las buenas dibujantes de cómic que hoy trabajan desde tierras valencianas. Empezó hace diez años recordando el complicado nacimiento de su hija Laia en Una posibilidad entre mil, junto a su pareja Miguel A. Giner, siempre al mando de los guiones. Después contó el proceso de adopción de su segunda hija en La máquina de Efrén y en su última novela gráfica ha vuelto a recurrir a hechos reales, en este caso ajenos, los ocurridos en torno al accidente de metro de Valencia. The day 3 protagoniza la muestra que estos días se exhibe en Pepita Lumier y es ejemplo del compromiso de una profesional que se implica profundamente en lo que dibuja y en cómo lo dibuja, ya sea privándoles de rostro a políticos que no se lo merecen o dibujando en una viñeta, una a una, a todas las personas que ocuparon masivamente a la plaza de la Virgen para protestar por el silencio institucional en torno al caso. Fue su particular homenaje.
Una posibilidad entre mil y La máquina de Efrén son una especie de diario personal hecho cómic, y The day 3 es puro periodismo en viñetas. ¿Qué te atrae de estos pseudo-géneros que Miguel A. Giner Bou y tú habéis desarrollado en estos tres trabajos?
Los dos primeros son autobiografía y se hicieron porque sentimos la necesidad de contar nuestra historia, porque fue muy intensa. Laia [su hija] al nacer tuvo un pronóstico inicial muy malo y, aunque ha ido poco a poco avanzando, hoy en día sigue teniendo un alto grado de discapacidad. Tiene parálisis cerebral y su vida es complicada. Pero cuando su evolución empezó a ser mejor de lo que esperábamos nos entraron ganas de contarlo y mostrar cómo es por dentro una familia con una persona con diversidad funcional. También lo hicimos un poco en agradecimiento a toda la sanidad pública, a los amigos y a toda la gente que nos había apoyado. Luego llegó la segunda parte de nuestra vida, que fue la adopción de nuestra segunda hija, y como el primer libro funcionó muy bien nos decidimos a contar esta segunda etapa. Ahora están las dos historias juntas recopiladas en un integral de Astiberri con cinco páginas extra.
In fact, el segundo libro, La máquina de Efrén, empieza enganchando con la historia de Laia que habíais empezado a contar en Una posibilidad entre mil…
Yeah, se podían leer de forma independiente, pero también de forma seguida. Estaba hecho con toda la intención. Por eso el tomo integral ha quedado muy bonito, porque están las dos historias juntas y luego al final hay cinco páginas extra hablando un poco más de las niñas y eso. La diferencia entre los dos libros fue que Una posibilidad entre mil lo escribimos desde el recuerdo, but La máquina de Efrén, fue muy interesante, porque sabíamos que íbamos a contar lo que estábamos viviendo.
En las jornadas Futuro Imperfecto de La Rambleta donde estuviste como invitada para hablar sobre reporterismo gráfico comentaste esto precisamente, que en la creación de La máquina de Efrén había cambiado un poco tu manera de ver el mundo y relacionarte con las personas, porque sabías que ibas a contar todo lo que estaba pasando…
Yeah, why, Of course, observas de otra manera. Se te abren la mente y los ojos.
¿Qué vino luego?
Luego hicimos Cuando no sabes qué decir para cambiar un poco de registro y luego The day 3, por casualidad. No nos lo habíamos planteado.
¿Quién os lo propuso? ¿Cómo surgió la idea?
Lo que te digo. Fue una casualidad, porque vino a Benetússer Laura Ballester con su libro Lluitant contra l’oblit. Nosotros hacía tiempo que queríamos leer su libro y dijimos, ya que viene al pueblo, vamos a la presentación. Era en la librería amiga Somnis de paper. Fue Miguel Ángel y mientras estaba allí ya pensó: “esta historia es tan potente que tiene una adaptación al cómic”. Laura escribe muy bien, tiene una prosa muy bonita. Se lo leyó allí mismo, en la librería, las cuatro o cinco primeras páginas y cuando llegó a casa me dijo: “vamos a hacer esto”. Ha sido un proceso largo porque Laura no nos conocía.
Teníais que ganaros su confianza…
Of course. Teníamos un amigo en común. Le dejamos a Laura el libro de Una posibilidad entre mil para que se lo leyera y tal. Oh well, antes de leérselo confió en nosotros. Y a partir de ahí comenzamos a trabajar con ella y, above all, con la Asociación de Víctimas del Metro del 3 of July.
¿Tuvisteis contacto con fuentes directas para documentaros? ¿O lo hicisteis exclusivamente a través de Laura Ballester y su libro?
Lo que hicimos al final ha sido una mezcla de todo. La base principal ha sido el libro de Laura, pero también hemos hablado mucho con la asociación de víctimas y hemos trabajado sobre todo lo que hizo la cooperativa Barret: el documental La estrategia del silencio y la web de 0responsables. Había muchísimo material, el programa de Jordi Évole también… Lo que hemos intentado es hacer un resumen de toda la historia, de todo lo que ha pasado. Y luego hay una diferencia respecto al libro de Laura, and it is that, este se publicó en 2014 y, Of course, transcurrieron dos años más en los que han pasado muchas cosas. In the end, The day 3 es el epílogo de todo lo que ha pasado después. The day 3 era una forma de aportar otro granito de arena. Estaba el documental, estaba la web, estaba el libro de Laura… pero publicarlo en cómic creo que sí que ha ayudado un poco a volver a sacar la historia a la luz.
¿Ayudó haber publicado ya dos cómics sobre experiencias personales a la hora de hablar de las experiencias traumáticas de otras personas?
Yeah. Nosotros siempre comentamos que no nos hubiéramos atrevido a hacer este libro si no hubiéramos hecho antes Una posibilidad entre mil why The day 3 es un libro muy, muy complicado. Ya no es solo la historia de las víctimas, son todos los temas ferroviarios, temas jurídicos, de papeleos… La historia es muy compleja. Pero al haber hecho tres cómics ya, nos atrevimos. Y a mí me sirvió mi experiencia, above all, a la hora de hablar de las víctimas. Porque claro, lo que más nos preocupaba era como contar una historia que no habíamos vivido. Cuando estás contando la tuya sabes lo que quieres poner y lo que no, pero en una que tú no has vivido dices, oysters, el respeto a las víctimas está por encima de todo. A parte de hablar mucho con ellas, sí que intenté ponerme en su lugar para pensar cómo se han sentido ellas. For example, una de las viñetas más difíciles fue una en la que los dos protagonistas llegan a la boca del metro, no saben nada y están unas horas esperando. Lo que hice fue imaginarme el momento más duro de mi vida, que fue cuando se llevaron a Laia y me dijeron que se iba a morir, cómo me sentí yo en aquel momento. He recurrido a mis propios sentimientos, a mis propias situaciones graves personales, para intentar reflejar cómo se sentían ellas. Besides, Rosa y Beatriz Garrote nos han ayudado un montón, han estado ahí leyéndose los PDF por las noches, muy a nuestro lado. Teníamos muy claro también que ellas tenían que sentirse identificadas, what, si alguna cosa no les gustaba la íbamos a cambiar. Tenía que ser su historia y tenían que estar contentas con el libro. El trabajo conjunto ha dado su fruto porque ellas están super contentas.
¿A parte de la que ya has comentado, cuáles han sido las viñetas más difíciles de dibujar?
No te he acabado de contar la primera. Then, cuando pasó todo lo de Laia, para mí fue como si el tiempo se detuviese. De alrededor, ya no oyes ni quién está a tu lado, no ves a la gente, pierdes un poco la noción del tiempo y del espacio. Por eso hice la viñeta en la que están ellos dos [los protagonistas] y a la gente de atrás no se la ve.
Hubo otra muy difícil, la del depósito de cadáveres. A esa le di un montón de vueltas. Porque Miguel Ángel, cuando hizo la planificación, me puso: “entra en el depósito de cadáveres”. Y yo me lo puedo imaginar, pero nunca he estado en un depósito de cadáveres. Mucha documentación gráfica no hay tampoco. Le estuve dando vueltas y no me apetecía dibujar tal cual la escena porque yo no sé si los cuerpos estaban en el suelo, estaban en la mesa… Me parecía muy crudo. So, lo que hice fue pensar, vale, cuando tú entras a una habitación así, ¿qué es lo que realmente te importa? No te importa si las sábanas son de un color o de otro, si hay camillas o no, si hay doctor o no hay… Lo que te importa es si la persona que tú quieres está ahí dentro. So, lo que hice fue hacer una metáfora visual con las etiquetitas que ponen en los cadáveres, que también recuerdan a las que les ponen a los bebés al nacer… Y en las etiquetas escribí la relación que te puede unir a una persona: madre, pareja… Decidimos no poner los nombres de las víctimas en esa página. Porque si tú pones los nombres concretos la gente piensa, “a mí no me ha tocado”. Pero al poner la relación emocional que tienes con esa persona todo el mundo se puede sentir identificado. Me costó mucho llegar esa conclusión en esta viñeta, pero estoy muy contenta porque creo que sí que define lo que siente uno cuando entra a un depósito.
Also, For example, tuvimos muy claro desde el principio que no íbamos a dibujar todo lo que se encuentran en el túnel después de la tragedia. Igual con la secuencia del accidente, cuando la gente salió disparada por las ventanas y fue arrollada por el tren. Hubo un momento al principio que sí que se nos pasó por la cabeza, pero hablando con las víctimas en seguida lo descartamos.
Les iba a afectar…
Of course, ellos ya saben lo que ha pasado, no hace falta crear esa imagen. Lo único que habría hecho es provocar morbo y además hacerles daño a ellas. Creo que es mucho más potente simplemente describirlo y ya la gente que lo imagine.
¿Cómo llegaste a la solución de dibujarles a los políticos tentáculos en vez de cabezas?
Lo de los tentáculos está un poco relacionado con los gusanos y los tentáculos del poder, que salen de la Generalitat. Se le ocurrió a Miguel Ángel a partir de una cosa muy curiosa, nunca sabes de dónde te van a venir las ideas. Hay una canción de Pink Floyd, de El Muro, que dice que cuando quieras ver al imperio británico caer solo tienes que seguir a los gusanos. A él era una imagen que le resultaba muy potente. Cuando alguien quiere manipularte, cuando los políticos o los gobiernos quieren tapar algo, están los gusanos bajo tierra. A partir de los gusanos yo pensé en los tentáculos, aunque al principio habíamos pensado en hacer como una maraña. Lo que teníamos claro es que no queríamos dibujar a los políticos y a la gente que había actuado tan mal. Queríamos poner la cara desdibujada, es que no se merecen ni que me ponga a dibujarlos. Y también por quitarles esa cara de humanidad, que es todo lo que les faltó. Al principio hicimos un borrón con una especie de hilos, pero no funcionaba gráficamente. Y dándole vueltas, dándole vueltas, al final llegué a la conclusión de que los tentáculos definían más. Besides, me daban mucho juego gráficamente cuando intentan enredar a la gente. Era una forma de deshumanizarlos y de reflejar los tentáculos del poder.
¿Qué podemos ver en la exposición de Peptia Lumier?
La mayor parte de la exposición es The day 3, obviously, porque ha sido el trabajo más importante de estos dos últimos años. Pero también hemos querido poner otro tipo de trabajos que, aunque son de encargo, los acabas haciendo tuyos, porque los disfrutas. La hemos llamado Tres en referencia a The day 3 y a las tres partes que tiene la muestra: The day 3 por una parte, con originales a tinta y a lápiz y unos cuadritos especiales a gouache, a color, hechos específicamente para la exposición. La segunda parte son trabajos que he hecho para prensa y publicidad, y la tercera parte es el otro cómic que hice a la vez que The day 3, que es el de Blasco Ibáñez. Un cómic de encargo, pero con el que hemos disfrutado mucho y hemos aprendido un montón.
¿Cómo ves el momento de la ilustración en Valencia hecha por mujeres?
Yo creo que estamos en un momento dulce. En general en el feminismo estamos en un momento dulce. Aunque tenemos que ir con cuidado, con los nuevos movimientos políticos que están llegando tenemos que estar muy alerta. Y a nivel de ilustración, cada vez hay más mujeres, tanto en ilustración como en cómic. Yo donde más lo he notado es sobre todo en cómic, que es lo mío y lo que más me gusta. En mis primeros salones del cómic de hace veinte años, estaba yo, o una amiga y yo, now, hay un montón de compañeras. Sí que ha habido un crecimiento exponencial y un desembarco de autoras importantísimo. Y valencianas muchísimas. In fact, tenemos un colectivo de autoras de cómic en España y estamos siempre en contacto, contándonos las cosas, intentando impulsar iniciativas de visibilización y haciendo piña. Autoras hay un montón, y haciendo cosas interesantísimas.