Almorzamos con el hispano-uruguayo Federico López, afinador profesional de pianos (también clavecín) que desde hace quince años viene desempeñando su oficio en Clemente Pianos con absoluta dedicación. Un técnico que suele trabajar siempre de oído pero sin desdeñar los sofisticados aparatos de afinación existentes hoy en día porque, tanto en el instrumento acústico, como en la afinación, la artesanía y la tecnología están íntimamente ligados. Federico López, quien le ha afinado el piano a artistas como Bob Dylan, Serrat, Martha Argerich, Bebo Valdés o Elton John, nos desvela, entre herzios y decibelios y con increíble sencillez, los vericuetos de esta profesión esencial para que artistas e intérpretes, in retrospect, puedan hacer magia jugando con teclas negras y blancas. SERGIO BELLO
Federico, ¿cuáles son los diversos trabajos que pueden realizar los técnicos en tu profesión?
Distinguiría, en primer lugar, el trabajo en taller: restauraciones, regulaciones, reparaciones, que es un “mano a mano” con el piano, algo solitario. Después está salir a afinar pianos de clientes: escuelas de música, conservatorios y particulares, donde suele haber un trato especial, de confianza y de mucho respeto al entrar por primera vez en un hogar, For example. Y luego estaría la afinación de concierto (auditorios, salas, teatros…) en la cual el nivel de exigencia es máximo y suele haber trato directo con el/la pianista/artista, y ahí la tarea es traducir las peticiones del pianista a la mecánica del piano, dejar el piano a gusto del pianista para ese concierto.
Presuponemos algunas cualidades en tu persona y en tu formación para el desempeño de tu trabajo: paciencia, sensibilidad, conocimiento de las maderas, habilidad.
¡Sí, hay que ser “manitas”! El piano es una obra de ingeniería brutal, muchos tipos de madera son utilizados para según qué piezas del mismo, pero la pieza clave sería la tabla de resonancia o armónica del piano, que es la que amplifica el sonido y que requiere un trato especial… Suele ser de abeto, ejemplares seleccionados y talados en determinado momento del año, dejada secar en bosque y luego en las cámaras aclimatadas. Está todo ello muy profesionalizado, desde la tradición artesanal de los primeros pianos en el siglo XVIII. Alemanes y japoneses son los que acaparan la mayor parte del mercado en la fabricación de pianos, aplicando la última tecnología en el tratamiento de la madera. In any case, formarse y reciclarse continuamente es imprescindible para ejercer esta profesión adecuadamente.
Sabemos el resultado, el fin… pero ¿cuál es la esencia de tu trabajo, el objetivo real al afinar un piano? ¿Y de qué te sirves para llevarlo a cabo?¿Cuánto hay de intuición, analogía, y oído por un lado y cuánto de ciencia por otro?
La afinación son básicamente matemáticas. Lo que se aprende, educando al oído, es a distinguir la relación que tiene que haber entre dos sonidos, entre dos notas, y aprender a escuchar batimentos que se generan por las diferencias de frecuencia. Hoy en día es cierto que hay aparatos muy precisos y veo bien utilizarlos, pero yo considero que hay que saber hacerlo bien de oído y apoyarse en los aparatos como complemento.
Descríbenos qué se siente al afinarle el piano a un artista que, además de ser un grandísimo pianista (sobre todo en clásica), admiras especialmente su música.
Siempre hay un plus de adrenalina muy potente cuando se le afina el piano a un artista por quien sientes admiración y respeto, pero a la vez ganas de tenerlo cerca, de ganártelo y de que esté contento con tu trabajo. Y claro… la satisfacción del trabajo bien hecho es mayúscula, ¡imagínate!
¿Qué te ha regalado está profesión?
Conocer cómo vive la gente. Cuando entras a una casa para afinar y traspasas la intimidad que impregna ese hogar al final uno se da cuenta de cómo viven, quiénes son. Aunque vivamos en la misma ciudad, hay muchas maneras de vivir, muchos tipos de familia, muchas maneras de ser y de estar en este mundo. Vidas interesantes que se intuyen a partir de la energía que se halla en cada casa, y que en ocasiones forjan amistades a raíz de ir a afinar el mismo piano a la misma casa durante muchos años.