Nos concede una entrevista el científico y divulgador José Manuel López Nicolás (Murcia, 1970), Profesor Titular del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular A de la Universidad de Murcia, y miembro del grupo de investigación Bioquímica y Biotecnología enzimática. Es así mismo autor de más de cien artículos científicos en las principales revistas científicas del campo de la nutrición, la bioquímica y la tecnología de los alimentos y socio fundador y expresidente de la Asociación de Divulgación Científica de la Región de Murcia. Ha escrito los libros Nuevos alimentos para el siglo XXI y Vamos a comprar mentiras y, recently, Un científico en el supermercado (Planet), por el que le preguntamos. GINÉS J. VERA
Un científico en el supermercado va ya por la segunda edición, al menos así lo indica el ejemplar que poseo. Teniendo en cuenta algunas de las cuestiones que se mencionan al final del libro sobre ser culto y saber de ciencia creo que es una muy buena noticia, ¿no le parece?
Of course. La divulgación de la ciencia está en auge y que este libro vaya ya por la segunda edición así lo demuestra. A la gente la ciencia, si se le cuenta de forma amena y entendible, le interesa mucho. Además si se les habla de la “ciencia de las pequeñas cosas” su interés aumenta.
Me gustaría preguntarle, dado que es divulgador y docente, por el último informe Pisa. Según se ha sabido, los alumnos españoles de quince años muestran los peores resultados en ciencias desde que arrancó el famoso test en el año 2000. Dos cuestiones que van de la mano. ¿A qué cree que es debido este desplome y qué plantearía usted como solución?
No tengo una respuesta única. Creo que son muchos los factores que influyen en el desplome pero lo que es evidente es que hay que poner solución a esta tendencia. No estoy de acuerdo con aquellos que dicen que no hay que hacer caso a los informes Pisa. No son el único barómetro a tener en cuenta pero desde luego sus resultados son muy preocupantes.
En su libro se habla de ciencia, de avances científicos a varios niveles, incluida la ciencia de las pequeñas cosas y la del día a día, de ahí el título. A quienes eso de los avances no lo llevan muy bien, algo que por otra parte nos dice que ha ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad. Afortunadamente ya no se manda a la gente a la hoguera, ¿quizá al ostracismo? ¿Por qué le tenemos tanto apego a la zona de confort? ¿Las fake news científicas son otra manera de poner palos en los radios de la bicicleta del progreso científico?
Tradicionalmente se ha recibido la llegada de nuevas disciplinas científicas con recelo. Por ello informo en el libro de en qué consisten ciencias “modernas” como la nutrigenómica, la nanotecnología, etc. No nos gusta salir de nuestra zona de confort y desde luego hay que combatir las fake news desde la divulgación de la ciencia. Me ha gustado eso que comentas de enviar a la gente al ostracismo. Muchas veces es así con personas que irrumpen yendo en contra de lo “políticamente correcto”, pero hay que perseverar y no desmoralizarse ante la gente que pone palos al carro de la ciencia.
Hay gente a la que no le gustan las verduras. Incluida la remolacha. No sé si cuando lea lo buenas que son frente a la quimioprevención del cáncer o mejorando nuestro sistema inmune se animen con ellas. Pero sin abusar de los supuestos helados de fresa, con los que nos introduce el tema, by the way. ¿Qué añadiría al respecto y sobre el consumo de “cinco al día” de frutas y verduras?
Es evidente que hay que elevar muchísimo el consumo de frutas, verduras y hortalizas y reducir el de carne y azúcares. Además eso no solo incidirá en mejorar nuestra salud, sino también en el medioambiente. Yes indeed, hay que llevar cuidado con lo de 5 comidas al día. Lo importante no es tanto cuántas veces comas, sino lo que ingieres en cada comida, amén del ejercicio físico y el descanso que hagamos.
Aparecen el su libro científicos y estudiosos de diversos países, algunos con premios Nobel. Pero también nombres propios españoles. Desde Juan Revenga a Miguel Ángel Alcalde o José Manuel Sánchez Ruiz. Háblenos de ello. Me ha resultado especialmente curioso eso de “resucitar” proteínas fósiles para combatir algunas enfermedades víricas.
En España tenemos actualmente grandes investigadores que, a lo mejor son menos conocidos que otros extranjeros, pero que hacen ciencia de primer nivel. El caso de la “resucitación” de proteínas me fascina. Se trata de estudiar moléculas bioactivas que en una época de la humanidad tuvieron un papel muy importante para el humano pero que, por temas relacionados con la evolución, dejaron de funcionar y desaparecieron, Hay grupos en Espala que se encargan de volverlas a “resucitar” y emplearlas en al resolución de problemas actuales. Es maravilloso el trabajo que hacen investigadores como los que has nombrado.