“Daría lo que fuera por poder viajar en el tiempo y ver a Elvis en directo”

JUAN CARLOS MATAIX (TOXICOSMOS)

Hace 25 años, Juan Carlos Mataix empezó a radiar desde la emisora de la Universidad Politécnica de Valencia un programa llamado Toxicosmos en el que repasaba toda la actualidad musical nacional e internacional del momento. Colocando al pop en el centro del tablero y prestándole mucha atención a la escena local, Toxicosmos sigue en pie un cuarto de siglo después en FM y en formato podcast y lo celebraba el mes pasado con una fiesta en Play Club, su casa, junto al vocalista de Dorian Marc Gili y el dj londinense Colin Peters. Haciendo lo que más le gusta: pinchar sus canciones favoritas. Además de dirigir y radiar desde el estudio (lo hace todo él), Juan Carlos es un dj que ha pisado los escenarios del FIB, el SOS, el Festival de les Arts, la Razzmatazz de Barcelona o la 8yMedio de Madrid. En esta entrevista hablamos con él sobre sus comienzos, sobre el tejido musical en nuestra tierra, sobre el boom de los festivales y sobre música en general, que de eso, en definitiva, va todo, de música que alegra el alma.

Para empezar, ¡enhorabuena por estos 25 años de vida de Toxicosmos! Cuéntanos, ¿cómo empezó el proyecto?
Todo surgió cuando empecé a estudiar en la universidad. En los pasillos de la Facultad de Informática [de la Universidad Politécnica] había un cartel anunciando una emisora universitaria y la posibilidad de presentar proyectos y, como la radio y la música eran algo que siempre me habían atraído, me presenté en una de sus reuniones con la idea de hacer un programa de actualidad musical independiente, de compartir las canciones que me emocionaban y no escuchaba en ninguna radio.

Empezaste en una emisora de frecuencia modulada al uso y ahora también te podemos encontrar, lógicamente, en plataformas de podcast. ¿Qué te parece el boom de podcasts? ¿Se hacen buenos podcasts de actualidad musical?
Lo cierto es que fuimos de los primeros en emitir a través de la red. Tuvimos web casi desde los inicios y gracias a que la radio pertenecía a la Facultad de Informática podíamos usar sus medios para emitir toda la programación a través de Internet. Fue una suerte contar con la facultad por aquel entonces, nos ayudaban y lo teníamos todo muy fácil. En los primeros años, cuando nadie emitía por Internet, nosotros ya teníamos oyentes de Estados Unidos o Japón ¡y algunos aún los mantenemos!
Respecto al momento actual, cuanta más oferta, mejor para los oyentes, y ahora hay muchísima. Tener la facilidad de grabar en casa un programa y subirlo a una plataforma sin intermediarios lo democratiza todo mucho y da oportunidades a gente con talento que de otra forma no podría mostrar su trabajo. Así ganamos todos en calidad. Hay muchos podcasts y muy buenos.

Otra burbuja es la de los festivales de música. Tu has sido dj en muchos de ellos y, evidentemente, te conviene que haya muchos, pero ¿crees que está empezando a explotar la burbuja? ¿Hay público para tanto festival? ¿No se parecen peligrosamente los carteles de muchos de ellos?
Ahora mismo hay público para la mayoría porque hemos salido de una pandemia y la gente tiene muchas ganas de divertirse y de conciertos en directo. Puede llegar a ser una burbuja peligrosa (sobretodo empresarialmente, no tanto para el público), ya ha se ha cancelado algún festival este año, pero que haya oferta siempre es bueno.
Respecto a que muchos carteles se parezcan, hay que tener en cuenta que un festival es un negocio y si un grupo está triunfando lo quieren todos los festivales y se va a repetir en muchos. Pasa mucho con los grupos nacionales, que son los que más a mano tienen los promotores. De todos modos, hay diferentes modelos de festival y hay para elegir, optando por opciones más económicas con grupos nacionales o entradas más caras con bandas internacionales, festivales más comerciales o más puristas. Al haber tantos festivales muchos coinciden en bandas, pero ninguno es exactamente igual y buscando, seguro que encuentras el que se adapta a ti. Lo bueno de un festival es que, vayas al que vayas, siempre te lo pasas bien y descubres algo.

¿Qué sesión tuya recuerdas con más cariño? ¿Por qué?
La primera vez que actué en el FIB, en 2002. Era mi festival favorito, yo era muy joven y tener la oportunidad de subirme al escenario y compartir cartel con The Cure o Belle and Sebastian era un sueño. La oportunidad me la dio Aldo Linares cuando trabajaba en el festival. Además, Aldo era todo un referente para mi como DJ. Ahora lo sigo en su otra faceta: es sensitivo en Cuarto Mileno.

Sabemos que eres un fanático del vinilo. ¿Qué hace tan especial a este formato? ¿Cuántos tienes aproximadamente? ¿Algún tesoro especial que guardes como oro en paño?
El vinilo es el único formato que te permite manosear una canción. Puedes tocar los surcos con tus dedos o ver como la aguja del tocadiscos lo recorre y es una gozada. Además, por el tamaño, es el formato con el que más puedes disfrutar del arte de su portada. Y el sonido es muy especial, sonar al aire transfiere al sonido una espacialidad que el CD o la música online no puede ofrecer. Yo tengo vinilos, unos cuantos, es mi formato favorito, pero tengo más CDs por la época en la que compraba más discos y era lo que se llevaba. Entre unos y otros, calculo que unos 7.000 y claro que tengo joyitas en vinilo que adoro: Eve of destruction de Barry McGuire, The queen is dead de The Smiths, que me compré en Gran Bretaña, Pet sounds de The Beach Boys, algún vinilo de Françoise Hardy de mi madre…

También estás muy al tanto de las novedades editoriales que se publican sobre temas musicales. ¿Qué has leído últimamente? ¿Saber de la vida de los artistas ayuda a entender su música?
Leer ayuda en todo, siempre. Y si es sobre un artista que te atrae, mucho más. La verdad es que sí, me encantan las biografías de bandas o músicos y se aprende mucho. A veces no son mis artistas de cabecera, pero son iconos y me encanta saber de ellos. Hay libros nuevos super curiosos como el que habla de Julio Iglesias y su llegada a América, de Hans Laguna, lleno de anécdotas. O el más reciente que me he leído, la biografía de Frank Sinatra que ha escrito su road manager sobre esas noches interminables entre copas de Jack Daniels y dudosas amistades. Leer sobre la vida de esta gente es fascinante.

En el programa se repasa la actualidad musical nacional e internacional, y le prestas mucha atención a las novedades que salen de la Comunidad Valenciana. ¿Cómo ves el panorama local? ¿Se está haciendo buena música desde Valencia?
Se hace mucha y muy buena. Allá por el 98, cuando empezó el programa, se vivía en Valencia la llamada “explosión naranja”, que dejó muy buenas bandas y discos. Creo que no ha vuelto a haber una escena tan interesante en la ciudad hasta ahora. Hay muchísimos grupos, artistas y productores nuevos. Muchos que experimentan con el pop y la electrónica como Rebe, Amor Butano, Mani Dii, Tortel o el productor Leftee. Otros que tienen un corte pop más clásico pero con influencias muy actuales como Los Premios, Islas o Tú ves Ovnis, que me encantan. También me fascina lo que hacen La Plata, Semana Santa, Laborde o Lisasinson. Hay proyectos de pop del de toda la vida como Ramirez Exposure, L’Ultim Europeu o Flores. Y más rocanroleros como Santero y los Muchachos. Y por suerte, siguen bandas como La Habitación Roja, todo un estandarte en la música hecha en nuestra tierra. ¡Tenemos de todo para elegir!

Cómo estamos en un mes entre dos aguas aprovechamos para preguntarte: musicalmente hablando, ¿qué ha sido lo mejor de 2022 y por qué? ¿Qué lanzamiento esperas con expectación este 2023 en el que entramos?
Una de mis canciones favoritas del 2022 la firmó Harry Styles. No es nada indie y quizás demasiado obvio, pero “As it was” me parece una canción pop brutal. Me quedo con ella como canción del año. Y para el 2023 espero con muchas ganas el disco de Frank Gálvez. Los temas que ya ha dejado conocer me parecen realmente maravillosos, melodías perfectas, letras bonitas, combinación de voces chico-chica… una joyita. Creo que es un buen ejemplo de lo que es Toxicosmos como programa de radio: un espacio en el que suenan buenas canciones sin importar si son más o menos indies, más o menos mainstream.

Si solo pudieras escuchar un disco local, uno nacional y uno internacional el resto de tus días, ¿cuáles serían?
De entre los valencianos me quedaría con el debut de La Habitación Roja de 1998. Se publicó el año que comenzó Toxicosmos y sus canciones me marcaron mucho en su momento. De vez en cuando lo vuelvo a escuchar y me sigue emocionando igual. Mi disco nacional favorito es Un soplo en el corazón de Family. Es el mejor disco de pop en español de la historia. Y para completar la trilogía me quedo con Viva hate de Morrissey, un disco que escuchaba mucho en el walkman cuando iba al instituto y me trae muchos recuerdos. Lo tenía grabado en casete, hasta que un día me regalaron el CD por un cumpleaños. Después yo me lo compré en vinilo de segunda mano en un viaje a Manchester y es de mis discos más apreciados.

¿Qué concierto no te perderías por nada del mundo?
Daría lo que fuera por poder viajar en el tiempo y ver a Elvis en directo. O a The Beatles. Como es imposible, me conformo con haber visto a Morrissey y a Brian Wilson.

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