Dansa València tenía que haberse celebrado en marzo con la pompa que corresponde, pero llegó el Coronavirus y se lo llevó todo por delante, incluido este festival que recuperamos en noviembre centrado en resaltar las singularidades territoriales del estado español en lo referente a la danza. Empezamos el repaso a la programación con el estreno absoluto de la producción propia del Institut Valencià de Cultura con Asun Noales al frente, La mort i la donzella [18-29/11], que coreografía la música del cuarteto de cuerda nº14 en Re menor de Franz Schubert. La compañía de Noales, Otra Danza, participa también en el festival con la obra Vigor Mortis [11] junto a otras agrupaciones valencianas como Fil d’Arena, que cuestiona la idea de la migración en un mundo superpoblado y en continuo movimiento en su obra Sénia [12], Dunatacà, que hace danza contemporánea con las inquietudes, opiniones y deseos de las personas mayores en Voces [12] o, un año más, La Veronal de Marcos Morau, presentando esta vez Fukuoka [10].
Saltamos a Madrid para descubrir la nueva creación de la israelí Sharon Fridman, Dosis de paraíso [15], una exploración sobre el amor y las relaciones en diálogo con las nuevas tecnologías y Peep Box 350º [13] de Mey – Ling Bisogno, inspirada en los jóvenes de países en conflicto que se unen para desafiar al poder establecido. Y del centro a la periferia, a Andalucía, desde donde viene La Phármaco a presentar La domesticación [10], el primer capitulo de la trilogía Bekristen / Cristianos que reflexiona sobre la compasión como necesidad humana, trauma social y fracaso colectivo. La gallega Janet Novás baila Mercedes máis eu [14], una pieza hecha en colaboración con la compositora Mercedes Peón, y el coreógrafo Jon Maya, en Soliloquios, propone una reinterpretación del aurresku en espacios museísticos [15]. Nos ponemos flamencos con Manuel Liñán, que rompe los patrones de género en ¡Viva! [12] y con Olaga Pericet, revisando la figura de Carmen Amaya, una de las bailaoras de flamenco más grandes de la historia, en Un cuerpo infinito [14]. También habrá mucha danza en la calle, la plaza del Patriarca será escenario de propuestas urbanas como Young blood, we see you [15], que reivindica la energía, la creatividad y la implicación de las nuevas generaciones echando mano de la cultura hip hop. En noviembre, danza de todos los palos y de todos los lados. AU