F. BANCAJA. Pl. Tetuán, 23
Florencia fue la cuna del Renacimiento y París del Impresionismo, Nueva York atrajo los ojos golosos del mundo del arte después de una Segunda Guerra Mundial que había arrasado Europa y hoy es Londres el epicentro artístico mundial. No hay quien le tosa. De ahí que la Fundación Bancaja haya decidido congregar en London calling a un grupo artistas en la cresta de la ola bajo dos premisas, que sigan en activo y que su arte beba (e influya a su vez) de la capital británica, dueña y señora del cajón más alto del pódium gracias a la conjunción de varios factores: la riqueza (semilla fundamental el florecimiento artístico desde los tiempos de los tiempos), la proliferación de escuelas de arte (donde han estudiado la mayoría de los artistas que podemos ver en esta exposición), unos medios de comunicación que le dan espacio y difusión al arte, la multitud de galerías de primer nivel y museos de prestigio, y la existencia de premios como los Turner que involucran a toda la sociedad en el debate artístico. Arado el terreno, los artistas crecen como amapolas. Podrían haber muchos otros en London calling, pero los que hay son indiscutibles, empezando por el más mayor, David Hockney, el artista vivo más cotizado del mundo que a sus 83 años se ha puesto a hacer obra con iPad y ordenador. Otro de los grandes nombres es el de Damien Hirst, la polémica hecha arte de títulos imposibles, que llenó páginas de periódicos en los años noventa con sus animales muertos preservados en formol. Hirst explora en muchas de sus obras la relación entre la vida y la muerte, tema que destila Yatra, la pieza de círculos concéntricos hechos con mariposas muertas que se expone en Bancaja.
Idris Khan estratifica la información para llegar a la abstracción, lo hizo con el Corán en sus inicios y lo hace en esta muestra con una partitura musical y con los sentimientos que le provocaron el aborto de su mujer y la muerte de su madre, estampados reiteradamente en círculo sobre una serie de láminas de vidrio superpuestas que le dan otra dimensión de profundidad al dibujo. Las obras de Anish Kapoor presentes en la London calling concentran dos características muy típicas del artista, el uso del color rojo y el acero inoxidable. Por un lado, dos discos de acero inoxidable con laca roja os devolverán, invertido, vuestro reflejo y el de la sala, que pasarán a formar parte de la obra. Por otro lado, piezas hechas con silicona que reproducen formas orgánicas —“flesh” que dirían los ingleses— estrechamente relacionadas con uno de los grandes representantes de la escena artística londinense de la segunda mitad del siglo XX que, por cierto, comparte exposición en el piso de arriba con Lucian Freud: Francis Bacon. Dos gigantes del arte que precedieron a la savia nueva que desfila por la muestra. Jake y Dinos Chapman, controvertidos en sus representaciones grotescas con referencias a la historia del arte y a la cultura popular, han fundido en bronce un chaleco bomba como los que se utilizan en los atentados terroristas, y han intervenido la serie de grabados Los desastres de la guerra de Goya que, casualidades de la vida, se muestran en otra de las exposiciones actuales de la Fundación Bancaja. En las escenas dramáticas de la Guerra de la Independencia Española se cuelan cerdos copulando y James Hetfield, el cantante de Metallica, entre muchos otros personajes. Mat Collishaw está presente con Last meal on death row, Texas, una serie de cuadros con la última cena que pidieron varios condenados a muerte en una cárcel de Texas pintada a imitación de las naturalezas muertas de la Holanda del siglo XVII. Completan la lista Michael Craig-Martin, Phyllida Barlow, Sean Scully, Richard Deacon, Tony Cragg, Antony Gormley, Cornelia Parker, Julian Opie (que protagoniza ahora mismo una exposición en La Nau), Grayson Perry, Yinka Shonibare, Rachel Whiteread, Rachel Howard, Jason Martin y Annie Morris, veinte artistas en total que conforman el grupo de cabeza del arte contemporáneo mundial. No están todos lo que son (Tracey Emin, por ejemplo, no quiso participar), pero son todos los que están. AU
