MUSEO DE BB.AA. Saint Pius V, 9
Era el año para que el Museo de Bellas Artes de València volviera a dedicarle una sala dedicado al más insigne pintor valenciano de todos los tiempos. Existió una, que se desmontó en 2019, and this 2023 han confluido dos factores que favorecen la nueva puesta de largo: el centenario de la muerte del artista y la adquisición por parte de la Generalitat Valenciana de la Colección Lladró y sus siete Sorollas. La propuesta no se acerca ni de lejos al Museo Sorolla de Madrid, eso es otra liga, pero marca músculo (pequeño), sirve de reclamo y hace justicia al integrar a Sorolla en la nómina de artistas que como Pinazo, Degrain o Benlliure tienen sala monográficas dentro del recorrido museográfico. Se exponen 46 de las 54 piezas de Sorolla que custodia el museo para dar una idea de su versatilidad, empezando por un bodegón de 1878 (la obra más antigua que se conserva de él) adquirido por Antonio García Peris en un puesto del Mercat Central antes de saber que Sorolla se convirtiera en su yerno. Se exponen los cuadros con los que Sorolla concursó para ganar la pensión de la Diputació de València (firmados con una J), una obra maestra de juventud como El niño de la bola, marinas, paisajes y el gigantesco I am the bread of life, un lienzo de temática religiosa poco habitual en la producción pictórica del valenciano. Y retratos, muchos retratos. Sorolla manejó el género de manera muy diferente según la temática: intimista en retratos familiares, psicológicos en retratos masculinos como el de Luís Tramoyeres (primer director del Museo de Bellas Artes), algo pomposos como el de la cantante de zarzuela Isabel Bru o costumbristas como Grupa valenciana, donde sus dos hijos, María y Joaquín, posan con la indumentaria tradicional valenciana sobre un caballo ricamente enjaezado. ¿Qué más se le puede pedir a la Sala Sorolla? Los cuadro El padre Jofré defendiendo a un loco o El grito de Palleterpropiedad de la Diputació, pero de momento, esto es lo que hay. S.M.