TEATRO OLYMPIA. Sant Vicent Màrtir, 44
Considerada la mejor obra de la temporada en Broadway, y con el reto que representa ser secuela de uno de los clásicos del teatro europeo (Casa de muñecas de Henrik Ibsen rompió con algunos moldes sociales en una época de rígida moral), el audaz texto del joven dramaturgo norteamericano Lucas Hnath, La vuelta de Nora (Casa de Muñecas 2) despierta la más que justificada curiosidad por conocer el devenir de una empoderada Nora tras quince años de aquel mítico portazo-huida-redención. Y por ver, a través de un prisma contemporáneo, cómo se articulan universalidades propias de la condición humana –per se atemporales– con una realidad mordiente. Encarnada en las vicisitudes de los personajes en los que el espectador se ve indefectiblemente reflejado. Brillante el elenco, por cierto, encabezado por Aitana Sánchez-Gijón. La frase-gatillo pronunciada por Torvald “tenemos que hablar” es una de las más cristalinas metonimias intercambiadas por cada uno de nosotros cada día. La máscara de un sinfín de atrezzos argumentales y emocionales por cuyos resquicios nuestros congéneres –nuestros seres queridos– vislumbran los variopintos matices que, a fin de cuentas, dibujan nuestras mentes, nuestras vidas, las de cada uno de nosotros. SERGIO BELLO