Si te apañas con el inglés, atento a lo que nos ofrece online en abierto esta semana el National Theatre de Londres (hasta el jueves 7/5). Un clásico de la novela gótica hecha teatro en 2011 con Benedict Cumberbatch y Jonny Lee Miller de protagonistas y Danny Boyle (Trainspotting) en la dirección: ¡Frankenstein! ¿Te parece poco? Pues en un alarde de virtuosismo y savoir faire, los dos actores, que van muy sobrados, se intercambiaron los papeles del monstruo y el científico Víctor Frankenstein para que podamos disfrutarlos interpretando los dos roles. Ya desde la primera escena queda clara la potencia económica y artística de la institución londinense, referente de la escena mundial: el maquillaje de nuestro ser monstruoso lleno de cicatrices, el decorado (una matriz gigante de la que nace la criatura para dar sus primeros pasos), una iluminación cenital con cientos de bombillas… Mucho, mucho dinero invierten estos ingleses en cultura y el resultado es absolutamente magistral, como lo es la interpretación que hace Cumberbatch de este monstruo que lo va aprendiendo todo sobre la marcha. A andar, que el metal quema, que los libros no se comen, y que va a tener que aguantar el desprecio (generado por el miedo) de la gente que se cruza su camino, también de su propio creador, un científico vanidoso que quiso jugar a ser Dios y se topó con el muro de la ética. Al amparo de un alma caritativa, el señor De Lacey, el monstruo aprenderá a leer y escribir, sobre los sueños, los prejuicios, la venganza, la soledad y el amor, y conocerá la maldad de los hombres ¿Los hombres nacen del pecado original y deben redimirse, o nacen puros y es la sociedad la que los moldea?, plantea De Lacey en un momento dado. Mary Shelly parecía tener lo claro porque, si algo domina este monstruo virginal es el arte de la imitación, y así es como aprende a odiar, a mentir y humillar, imitando a los humanos. Responde a la bondad con bondad y a la maldad con maldad. Es solo uno de los grandes temas de este clásico de la ciencia ficción que nos habló, ya en 1818, de la lucha entre la fuerza y la razón, y de los peligros de una ciencia que, vestida de Prometeo, se atreve a robarle a Dios su omnipotencia. Puro deleite. S.M.
Assassinat a l’Orient Express
DEL DIJOUS 19/12 AL DIUMENGE 12/1
Hércules Poirot ha de resoldre un assassinat dins d’un tren aïllat per la tempesta, sabent que el culpable és entre els passatgers.