Julio Carreras acomete su segunda novela con tanta pasión como la primera. Tras su lograda El Secreto de la Painita (Sargantana, 2016), introduces us La Nave A-122 (Sargantana, 2018) bajo unas mismas motivaciones y objetivos, pero obteniendo además otras inesperadas sorpresas. Consigue maridar el suspense que se origina por las indagaciones del sagaz inspector de policía Matías Fonseca ante la desaparición de 69 coches clásicos en el Museo del Automóvil de Barcelona, con un estilo sencillo de lenguaje contemporáneo que conecta de forma inmediata con el lector. Todo ello salpimentado ágilmente con giros narrativos a lustros pasados y el aroma indeleble de temazos del rockl. SERGIO BELLO
¿Cómo valoras esta experiencia de haber escrito tu segunda novela? ¿El lector va a detectar un desarrollo o cambio de estilo con respecto a tu primera novela?
No te doy ninguna primicia diciéndote que ha sido muy gratificante… Quizá la principal diferencia respecto a la primera es la presión a la que te ves sometido. En una primera novela siempre te merodean un sinfín de dudas del tipo ¿gustará?, ¿estoy midiendo bien la tensión del lector?, ¿qué demonios hago yo escribiendo una novela?, etc. Superadas esas barreras, in La Nave A-122 me he sentido más libre, he podido ser un poco más gamberro y eso se nota en el estilo: he combinado intriga con ciertas dosis de humor, he llevado a los personajes hacia personalidades más extremas. Y, of course, con la experiencia he mejorado el estilo.
¿Has tenido como referencia o influencia algún autor/a en particular para urdir esta historia?
No conscientemente, pero claro está que cuando escribes reflejas en cierta manera lo que lees. Sí que hay gente que me ha dicho que le recuerda, por el modo de desarrollarse la investigación, a las novelas de Lorenzo Silva, lo cual para mí es un halago. Algo que también he hecho en esta novela ha sido vincular cada capítulo con una canción de rock’n’roll, una de las pasiones que comparto con el personaje principal. No es algo nuevo, lo he visto en algún otro libro pero no sabría decirte en cual. Este también ha sido el detonante perfecto para que El pirata, de Rock FM, me hiciera la introducción del libro.
¿Cómo ha sido tu proceso de selección de fuentes, de documentación?
Podría decirse que en esta novela la documentación vino a mí casi antes que la idea. One day, vagabundeando en internet vi un documental sobre la nave A-122, el lugar donde SEAT guarda sus coches clásicos… me pareció el sitio ideal para comenzar una novela; y , tan solo unos días más tarde, en un viaje por el valle de Tena, me contaron la historia de un extraño accidente aéreo que hubo en la Segunda Guerra Mundial. Dos historias fascinantes y un runrún continuo en mi cabeza: he cocktail perfecto para comenzar una buena novela. From there: internet, llamadas de teléfono, un par de viajes por la zona para recabar información… Todo lo necesario para recrear una historia de la manera más creíble posible.
Intuimos que tus inquietudes te llevan ya a nuevos proyectos… ¿quizás hacia otros terrenos como el del cómic (guión), o incluso poesía? ¿O seguirás por la senda de la ficción novelada?
¿Proyectos? ¡Miles! Mi cabeza es como un torbellino de ideas… Lo que más me cuesta es decidir por cual apostar ya que, con tres hijos, un trabajo, unas cuantas aficiones más, el tiempo que tengo para escribir lo tengo que aprovechar al máximo. Now, sí te doy una primicia, tengo dos retos que me “tiran” mucho: una novela sobre un gran engaño para cumplir el último deseo de una persona, con altas dosis de intriga; y una colección de relatos sobre gente salmón, gente que va en contra dirección. Para este último me estoy inspirando en casos reales, así que si hay algún lector de AU que sea salmón y tenga una buena historia… ¡Soy todo oídos!
