“ESTA NOVELA SURGE LENTAMENTE DE MI FASCINACIÓN POR LAS MIL Y UNA NOCHES”

Esta semana, mi entrevistado es el escritor valenciano Enrique Vaqué. Doctor en Ciencias Químicas y Máster en Administración de Empresas, su labor profesional en el ámbito de las materias primas (café, cacao…) le ha permitido viajar por todo el mundo, desde las selvas del Amazonas hasta las colinas más altas del Camerún. Tras ganar el Premio Pedro de Estopiñán de Poesía, combina su puesto de ejecutivo de un grupo empresarial químico con clases de posgrado universitario y su perenne devoción por la escritura. A su primera novela Los colmillos del trópico (2012), le ha seguido Los señores del fin del mundo (Almuzara), obra finalista del Primer Premio de Novela Albert Jovell, por la que me concede esta entrevista. GINÉS J. VERA.

Los señores del fin del mundose mueve a caballo entre el género de aventuras y el histórico, se lo habrá pasado muy bien escribiéndola.
Sí, la novela, cuando está sentida, cuando tú ves al personaje y cuando tú ves el entorno te metes en ella. Condición sine qua nonpara que el lector también se meta en ella. Para mí es muy importante que sea como una especie de experiencia que haga que la persona se traslade verdaderamente a otra época. Trabajo mucho eso. ¿Cómo se trabaja? Esto se trabaja sobre todo con el escenario y, sobre todo, con una descripción impresionista que se basa por ejemplo, en un momento determinado en cómo huele, o qué ruidos hay, o la sensación táctil, constantemente para la que la persona no pierda, digamos, la inmersión en el mundo en el que tú le quieres meter.

Para los lectores curiosos no solo incluye numerosas notas a pie aclaratorias, sino también un glosario de términos al final del libro.
Sí. Estaba intentando reproducir la cultura árabe de manera accesible, sí te hace falta un proceso de traducción y la forma de aproximarme que he visto es en vez de hacer explicaciones largas, o en vez de circunloquios o en vez de perífrasis o lo que he hecho es utilizar la palabra original. Claro, eso hace que el libro tenga ciento y pico notas a pie de página, que es un poco incómodo porque parece que corte la lectura, pero yo creo que es el precio que tiene que pagar, entre comillas, el lector para poder sumergirse de verdad en una cultura que no es la nuestra. Pero insisto, mediante un proceso de traducción.

Entre la labor de documentación está aquella relativa a la ciencia médica de la época, creo que ha contado con la ayuda de un cirujano para la supervisión de esta parte.
Sí, un cirujano que es mi hermano, Javier Vaqué, que es cirujano general en La Fe, y que me ha evitado cometer muchos errores. El conoce como opera el cuerpo humano cuando se le realizan determinado tipo de operaciones…

Aunque la medicina, en este caso, sea de aquella época y su hermano ejerza la medicina en la época actual
Sí, porque el cuerpo humano es el mismo.

El protagonista, el modesto mutabibva a contarle a la reina Isabel de Castilla sus peripecias casi de una forma parecida a esa tradición oral que conocemos de Las mil y una noches, un parecido intencionado, imagino.
Sí, hay un guiño primero porque esta novela surge lejanamente de mi fascinación por ese conjunto de libros que es Las mil y una noches, entonces, que él le cuente a la reina, que le cuente las peripecias en varias noches es un guiño evidentemente programado, pensado, no casual. Se busca de hacer un homenaje, dijéramos.

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