Esta semana, mi entrevistada es Laura Mata Román. Nació hace “unos cuantos años” en Malagón -según leemos en su biografía-, en un caluroso mes de agosto. De aquel pueblecito manchego de Ciudad Real se trasladó con su familia a Valencia. Aquí creció, estudió, trabaja actualmente, vive, disfruta, y escribe. Con casi 20 años en el sector del libro, promocionando en colegios y librerías, dice haber cumplido uno de sus sueños: publicar, ya que en marzo de este año se publicó su primer cuento infantil. Con Clara, Neo y el Carámbano dice continuar “dando forma a un castillo de sueños cumplidos”. Precisamente por este libro, Clara, Neo y el Carámbano (Malian editora), le preguntamos. GINÉS J. VERA
¿Cómo surge la idea de escribir Clara, Neo y el carámbano?
Desde pequeña me ha gustado escribir, y a través de la escritura transmitir sentimientos y emociones, y en esta historia se mezclan las ganas de transmitir el interés por la lectura, el amor a los animales y a la naturaleza de una manera lúdica, con un relato que pueda atraer a los niños. Clara es una niña que me inspiro como ejemplo del gusto por leer, y Neo, que existe realmente, me inspiro que en la diferencia también hay muchas habilidades.
Tan protagonista como Clara es Neo, un gato muy especial que nos muestra lo guay que es leer. Imagino que es uno de los grandes mensajes de esta historia.
Neo es el gato de una de mis mejores amigas. Aún vive, y como en el libro, le falta una pata, pero es un gato feliz. Al Neo del cuento le gusta leer, y es capaz de hacer lo que sea para conseguirlo. Es el gran mensaje de la historia. En estos tiempos de pantallas digitales, tenemos que aprender a combinar ambas cosas y dejar un gran espacio a la lectura.
Uno de los lugares en los que transcurre Clara, Neo y el carámbano, es el pueblecito de Vistabella, junto al Penyagolosa, con su campanario y sus calles nevadas en invierno. Háblenos de él.
Vistabella es un pueblo precioso, con calles empedradas, alguna tienda, el horno, un colegio pequeñito, una iglesia maravillosa… un pueblo del Maestrazgo rodeado de naturaleza. Lo caracteriza que esta a los pies del pico más emblemático de la Comunidad Valenciana, el Penyagolosa, montaña que todos deberíamos conocer. Descubrí Vistabella a través de los padres de Clara, la protagonista del cuento, y desde entonces me gusta visitarlo de vez en cuando, subir al Penyagolosa, pasear por sus calles y disfrutar de su excelente comida.
Creo que dedica este cuento, el segundo que publica -el anterior también este año, en marzo-, a sus dos hijas. ¿A qué edades recomienda este libro?
Indeed, el libro esta dedicado a mis hijas, porque realmente, me siento muy orgullosa de ellas, son grandes personas, y grandes lectoras, y tienen los valores que siempre he intentado transmitirles.
¿Hay algún Neo en casa de Elena e Irene?
Neo no existe en sus casas. Hace tiempo si que hubo un gato Miquel, y otro Gepeto, vivían en el campo, eran gatos libres, y haciendo uso de esa libertad, cuando les pareció se marcharon a conocer otros horizontes.