Ela Vin es Esther Vinuesa. Cantante, multinstrumentista y compositora que durante este final de año está presentando su tercer álbum, titulado Tlazohcamati (2019), de producción, edición y distribución propia. Un disco que sigue la línea de los anteriores, Solitoria (2016) y Danzantes (2018), pero donde el tempo de las canciones es más pausado y espiritual. Se reconocen elementos latentes en las composiciones de Ela Vin: el mar, sus viajes a México, Yann Tiersen… sobre una atmósfera de base folk, pop melódico y siempre con ese sutil aroma latinoamericano que es el esqueleto que da rienda suelta a una sensibilidad exquisita. SERGIO BELLO
¿Qué destacarías de este, tu tercer álbum? ¿Cómo ha sido el proceso creativo? ¿Ha tenido algún hilo conductor conceptual?
Destaco mucho la producción certera de cada una de las canciones en relación a su reposo y evolución. Cada una ha tenido un origen diferente en el tiempo y ha ido madurando a distintos ritmos. Yo también he ido madurando en todo este proceso como persona y como artista. En consecuencia creo que he ganado en expresividad y calidad interpretativa. En cuanto al hilo conductor, es el sentimiento de amor el que las une a todas [las canciones].
¿Por qué el título Tlazohcamati? Sabemos de tu relación con México, pero ilústranos sobre el significado de esta palabra.
Es una palabra en lengua náthual que conocí a través de mi amiga Jimena, que significa, básicamente “gracias”, pero que va más allá: “saber reconocer”, “saber apreciar en el otro”. De alguna manera es un agradecimiento a todas las personas y experiencias que me han conmovido y servido de inspiración. Mi relación con México supuso un punto de inflexión a nivel personal y cultural muy fuerte, eso es cierto. Pero no todas las canciones de este disco parten de esa experiencia. También hay otras fuentes de inspiración, otros lugares, otros viajes.
Aunque existe un claro protagonismo a nivel vocálico, a nivel técnico y de arreglos instrumentales es un disco muy compensado. Háblanos del proceso de grabación…
Creo que a nivel vocálico he conseguido una calidez que empasta muy bien con la emoción que lo genera, la melodía que lo expresa y luego con todo el envoltorio final. Contar con Xema Fuertes y Cayo Bellveser en la producción, grabación y composición de arreglos ha sido todo un lujo. Del mismo modo que lo han sido las colaboraciones de Óscar Pena y Txema Mendizabal. Un proceso que se ha definido por la fluidez y el buen entendimiento musical. Al igual que con Anna Estellés, realizadora del videoclip para el tema «Déjà vu». Ha sido una suerte contar con ellos. Como en anteriores trabajos cuido al detalle el producto final. Cerrar el círculo compositivo a través de la imagen y la palabra es importante porque siento que gana en significado y fuerza todo el proceso de creación.
¿Qué fechas nos puedes adelantar de conciertos?
El 29 de febrero daré un concierto en Centro Excursionista de València y en primavera, entre abril y mayo, en el Convent Carmen.