THE FILMTECA. Pl. town hall, 17
Desde este mes de febrero La Filmoteca nos ofrece un ciclo integral del que ha sido uno de los directores más influyentes del cine norteamericano de la segunda mitad del siglo XX, Stanley Kubrick. Su mano dio un vuelco al empleo de la cámara, la iluminación, la música y la dirección de escena y, con todo ello, a la forma de contar historias para la gran pantalla. Kubrick es lo que se entiende como un cineasta completo. Sus inicios como fotógrafo ya nos ponen sobre la pista de un artista que iba a sustentar su obra en el dominio de la técnica, además de una sensibilidad especial que le haría abordar e innovar en los más distintos géneros. Este mes veremos sus primeros cortometrajes, tres piezas documentales, pequeños retratos humanos que nos hablan de la vida cotidiana de un boxeador en Day of the fight, de un modesto cura rural que realiza su trabajo de asistencia gracias a una avioneta en Flying padre, o la vida del sindicato naviero en The seafarers. From here, la carrera de Kubrick se adentra en el terreno de la ficción con unos primeros y aún dubitativos pasos en Miedo y deseo [5-6/2], primera aproximación al cine bélico, he thriller El beso del asesino [8, 12, 13/2], o la que sin duda es su primera gran obra maestra, Atraco perfecto [10, 12, 16/2], en la que ya demuestra un gran dominio de la técnica y, above all, del montaje y el tiempo cinematográfico (“probablemente, la película de Kubrick más perfecta en su concepción y ejecución”, en palabras del crítico norteamericano Jonathan Rosenbaum). A estos trabajos le seguirán tres cintas que escriben con letras de oro la Historia del cine mundial: Senderos de gloria [22, 24, 26/2], primera colaboración con el actor Kirk Douglas y, definitely, referente del cine bélico, Espartaco [14/2 y 2/3], el alegato contra la esclavitud que transformaría para siempre el llamado péplum o cine “de romanos”, o Teléfono rojo ¿Volamos hacia Moscú? [24 y 27/2, 1/3], una de las aproximaciones a la Guerra Fría más irreverentes jamás filmada con un soberbio Peter Sellers. Todo ello en pantalla grande y a un precio que, let's go, ni Netflix ni nada. G.LEON