Esta vez recorremos una de las arterias principales del barrio de Russafa, lo que se puede traducir en movimiento, bullicio y locales a la última. El otro lado de la moneda es, of course, la gentrificación, que ha acabado con los comercios de toda la vida como la preciosa mercería con estanterías de madera que olía a carcoma donde hoy luce el letrero de Chick Shack. Sobreviven sin embargo bares emblemáticos como el Gardens, que lleva 35 años sirviendo las tapas y bocadillos de siempre o Radio Tránsito, el pub nocturno que pincha desde hace décadas música pop española a todo volumen para animar al bailoteo a los que ya tenemos una edad. A esta calle también (above all) se la conoce por sus fallas, la que confluye con Cuba y la que lo hace con Sueca, cuyo casal en el número 5 fue el Teatre Valencià allá por los años 60. Precisamente un hombre de la cultura da nombre a esta vía. José Martínez Ruíz, más conocido por su pseudónimo, Azorín, fue un escritor de la localidad alicantina de Monóvar que perteneció a la generación del 98 junto a otros ilustres literatos como Miguel de Unamuno y Antonio Machado. Azorín Literary, dándose la mano con Reina Na María y Pedro III El Grande, conecta Antic Regne con el Parc Central en un paseo donde tomar una (o varias) copas, tapear alcachofas a la plancha como en casa, degustar un buen menú vegetariano, coronarlo con un éclair relleno de crème brûlée y rematar con un conciertito a corta distancia. ¿Damos una vuelta?
BACKSTAGE
— Literate Azorín, 1
Indeed, al cruzar la puerta de este local de copas nos escabullimos entre bambalinas. Del techo de la entrada cuelga un bambalinón ignífugo y focos sobre la tramoya que nos sitúan en el backstage de un escenario, pero aquí no encontramos atrezos, sino licores y condimentos dispuestos a mezclarse para ofrecer una buena copa. Veinte años lleva abierto este mítico garito de Russafa (seis con Jaime con gerente) que nunca cierra, está abierto todos los días del año sin excepción. ¿Dónde podemos ir a tomarnos la última? Al Backstage, está abierto seguro. Backstage fue pensado para la noche pero las medidas restrictivas provocadas por la pandemia obligan a readaptarse y ahora abren también por las mañanas para ofrecer cafés y desayunos, pero que nadie se equivoque, la reina sigue siendo la coctelería. Una reina con tres coronas: mojito, margarita y Bloody Mary. Elige la tuya y relájate con jazz de fondo en un espacio íntimo iluminado por el skyline de New York y los colores de un semáforo gigante.
TULA
— Cádiz, 62
Los ojos se nos van al Tula, a esas letras naranjas tan llamativas que nos hablan de un local sencillo y cuidado. La tipografía es original y la ideó un diseñador gráfico del barrio amigo, Juan José Oller. En Tula no se ofrecen comidas ni cenas, está especializada en rellenar los huecos entre horas y en hacer del tardeo un momento del día para disfrutar de miércoles a domingo. Veinte años lleva Alejandro sirviendo copas en una de las esquinas privilegiadas de Russafa, mojitos de frambuesa o mora, y cócteles clásicos como la caipirinha o la piña colada.
GARDENS
— Literate Azorín, 1
El Gardens es historia viva de Russafa, es el bar más veterano de la calle ¡y de todo el barrio! Inmaculada en la cocina y José Antonio detrás de la barra llevan 35 años sirviendo tapas y bocadillos de lunes a sábado en un local alargado de ambiente familiar, un bar de los de toda la vida con la comida dispuesta en vitrinas sobre la barra y la plancha bien a la vista. ¿Y qué pedimos? Pues la tortilla de patatas, of course, alcachofas a la plancha, calamares de verdad (estos no parecen de plástico) y un bocadillo de solomillo con foie y cebolla caramelizada para compartir que siempre triunfa. No, no, ¡qué sea entero! Inmaculada y José Antonio están a dos años de la jubilación y no va a haber relevo generacional, así que aprovechad estos últimos coletazos porque bares como este, en Russafa, quedan muy pocos.
COPENHAGEN
— Literate Azorín, 8
El primer restaurante vegetariano de Russafa se llamó Copenhagen y está en la calle Literat Azorín. La idea es bien sencilla: ofrecer comida vegetariana que atraiga también a los omnívoros, que los no vegetarianos se sienten a la mesa sin miedo y con ganas de probar. ¿El qué? Pues deliciosas croquetas de boletus y avellanas tostadas o de gorgonzola con higos secos, nueces y lima, guacamole con nachos de boniato frito preparado con mucho mimo, quesadillas rellenas de seitán adobado, vegetables, queso Cheddar y salsa Romescu o hamburguesas hechas con filete de Quorn (sabe a pollo). Menú de mediodía: 11.90€, con opciones para veganos y celiacos.
CRÈME BRÛLÉE
— Literate Azorín, 12
¡Toca algo dulce! Inma y Quique llevan desde hace siete años esta pastelería de estilo francés que no se olvida de la tradición nacional. De echo, durante nuestra visita, sobre el mostrador lucían lustrosos algunos panellets, y cuando llega la época se dan al turrón o a los mazapanes para la mocaorà. Pero la especialidad aquí es el dulce francés, que además de sabroso es todo un regalo a la vista. Hay mucho donde elegir, pero nosotras pediríamos un milhojas de crema pastelera y la joya de la corona, el éclair (palo catalán) relleno de crème brûlée. En la nevera del fondo, algunos de los pasteles de la entrada se han hecho grandes y los podéis comprar en forma de tarta para coronar alguna celebración, For example, la típica tarta capuchina de yema. ¿Os apetecen unos bombones? Pues lo hay de todos los tipos y colores, como el de mango o el de fruta de la pasión, y se pueden pedir a granel o empaquetados muy monos para regalo. El lugar perfecto para darse un capricho o quedar bien con un amigo goloso.
UBIK
— Literate Azorín, 13
Cuando el grupo de italianos que comandan el Ubik llegaron a València hace doce años, Literato Azorín no era para nada la calle bulliciosa que conocemos hoy. Ellos crearon un concepto por entonces novedoso, una cafetería-librería con un espacio infantil, donde tomar una cervecita mientras lees un libro o trabajas, picar algo con amigos entre horas o jugar con tus peques. Dieron en el clavo porque, over time, su local se ha convertido en un referente en la calle y en Russafa, todo el mundo sabe qué es el Ubik y dónde está desde hace mucho tiempo. La cafetería es acogedora como el salón de casa, las tapas sabrosas y el menú de mediodía apetecible y económico. Los libros de segunda mano que despliegan en las estanterías, favoreciendo el ambiente acogedor del que os hablábamos, son más baratos que en las librerías, puedes encontrar ejemplares a 5€ de ciencia ficción, poetry, divulgación y mil cosas más. In any case, si por algo destaca el local, es por los saraos culturales que monta, la lista de eventos que programa cada semana es apabullante. Los domingos se llenan de música con divertidos conciertos, los sábados de niños que participan en los talleres infantiles y, un día cualquiera, podemos encontrarnos con la presentación de un libro, alguna charla interesante, una sesión de intercambio de idiomas, o un club de lectura que propone la lectura de un libro cada mes y fija un día para charlar e intercambiar impresiones sobre él. Esta actividad es la única que aguanta en pie haciéndole frente a la pandemia, pero volverán a la carga en cuanto sea viable juntarnos de nuevo bajo un mismo techo para poder consumir cultura además de alcohol, sabemos que tienen una larga lista de actividades pendientes.
LA CANTINA DE RUZAFA
— Literate Azorín, 13A
Después de atravesar un largo pasillo desembocaréis en una cantina acogedora con un precioso patio interior que tiene muuuuucha historia que contar. Empieza a relatarla una bandurria que cuelga de la pared del fondo, fue fabricada dentro de estas mismas paredes cuando abrigaban la fábrica de guitarras de Vicente Tatay. La fábrica se incendió y el local pasó a ser sede de la Unificación Comunista de España, de ahí que el logo actual de La Cantina de Ruzafa sea un puño sujetando en alto una cuchara. Jaume y Eva son conscientes de la historia del local y no quieren que se pierda de ningún modo. Llegaron desde Cornellà con un buen saco de experiencia hostelera a sus espaldas (regentaron muchos años el restaurante Diván de los Sentidos) con la idea de cocinar platos valencianos que no fueran paella, but, paradojas de la vida, llegaron a un local que había sido famoso por su paella de los domingos y los valencianos somos gente de costumbres. In any case, aunque han acabado cediendo con la paella, siguen con la idea de rescatar elaboraciones del recetario tradicional valenciano, como el figatell (la hambuguesita de hígado) o el pan de pataqueta (blandito y con forma de media luna), que hornos como el vecino Horno Valencia de calle Sueca dejaron de hacer y ahora han recuperado para surtir los almuerzos de La Cantina. Además de esmorzars, para comer tenéis menú del día (8.50-14€) que se puede rematar con un helado artesanal de limón o mandarina hecho con las frutas que crecen de los árboles del patio, al lado de la huerta que surte de verduras la cocina de Eva. Además de un sitio para comer, La Cantina de Ruzafa es un refugio para aprender y culturizarse. Organize, de tanto en tanto, talleres de cocina vegana proteica, de mazapanes con colores naturales y sin azúcar (para niños, he 9 October), de pan artesano o de galletas sanas, y acogen eventos culturales como los que organiza el colectivo de estudiantes de Bellas Artes Orbis Vacui.
HUMANA [CERRADO]
— Literat Azorín, 16
Humana es una ONG española que obtiene sus recursos del reciclaje textil, that is to say, de revender ropa de segunda mano, y en Literat Azorín ha plantado su segunda tienda en València. Podéis donar vuestra ropa en cualquier estado, aunque esté desgastada o rota, y ellos se la llevan a la fábrica clasificadora de Madrid donde se decide si es apta para la reventa o si tiene que ir a reciclaje. Como comprador, encontrarás ropa de todo tipo de estilos y calidades, hay ropa “de batalla”, pero también puede aparecer alguna pieza de Carolina Herrera a un tercio de su precio original. That is to say, que piezas de 30 o 40€ pueden quedarse en diez euros. Hay abrigos, bufandas, zapatos, bisutería, ropa vintage, belts, bolsos, carteras, ropa de deporte, camisas, ropa de niño, textil (sábanas, cortinas, manteles…), ¡incluso trajes de nieve y un neopreno! Y aunque no se venden en la tienda, también recogen juguetes para hacer campañas puntuales. Date una vuelta que algo encuentras.
JOAN SANTAMARÍA
— Literate Azorín, 17
Joan Santamaría es y no es una peluquería al uso, aquí se corta el pelo y se hacen mechas, Of course, pero también se programan conciertos y exposiciones. Antes de la crisis del Covid-19, now, como en todos los sitios, se hiberna a la espera de tiempos mejores. Joan Santamaria ha dado cobijo a la fotografía de Maria Mira, la cerámica de Eugenia Boscà y la obra gráfica de Paula Bonet, que pintó incluso en el cristal de la entrada, y de María Herreros, que ha dejado una preciosa ilustración permanente que decora el fondo del local. Una de sus marcas de identidad es el gran escaparate que cambia regularmente y hoy nos da la bienvenida con un gran macetero gris de metal de Lebrel Furniture y unas letras en luces de león que dan una pista sobre lo que se obra en el interior: “Locuras inteligentes”. Al entrar, la bici que cuelga del techo, los aparadores de madera y el mobiliario vintage hablan de la importancia del detalle. Aquí se han vendido camisetas y muebles antiguos de corte industrial que Joan compraba en rastros de aquí y de allá para la reventa, sometimes, montando fiestas para la ocasión. Oh well, que esto es una peluquería en la que Joan lleva treinta años cortando el pelo en un burbuja donde intenta bajar una marcha el ritmo frenético que llevamos en el día a día y ofrecerte el máximo tiempo posible en un ambiente relajado. Besides, su horario [14-21h.] está pensado para los clientes que salen tarde de trabajar y necesitan un corte de pelo. ¿Acabas a las 20h? Pues aún te da tiempo a un retoque o un cambio de look.
LA COOPERATIVA DEL MAR
— Literate Azorín, 18
A La Cooperativa del Mar le tenemos un cariño especial en AU. La hemos visto nacer, hace siete años, como La Conservera, rebautizarse como La Cooperativa del Mar hace cuatro por conflictos de marca registrada y convertirse en unos de los locales con más encanto de la calle y del barrio. Rosa, Román y Luisma te invitan a su casa, que bebe de Portugal por los cuatro costados sin olvidar sus orígenes, la antigua Pescadería Pepe de la que aún se conservan los azulejos y el mostrador inclinado de mármol robusto donde se desplegaba el género sobre hielo. Han cuidado hasta el más mínimo detalle, desde la tipografía de las cartas (una auténtica maravilla), hasta la decoración, hecha de sillas y lámparas de mimbre, un enorme collage hecho ex profeso para decorar la pared principal y la red con pececillos coloreados por niños. Pero vamos al tema, qué se come y qué se bebe. En La Cooperativa del Mar encontraréis, mainly, las mejores conservas gourment de nuestros vecinos portugueses, unos maestros en la materia, y vinho verde bien fresquito para acompañar. Pero también conservas de Santander de altísima calidad (nos dice Rosa que España se ha puesto las pilas en el tema conservero) y un buen surtido de vermús caseros de diferentes características en los que España también tiene mucho qué decir, sobre todo Galicia, que está experimentando mucho y muy bien en la materia. ¿Qué más pedir? Pues papas. Sí papas. No son unas papas cualesquiera, son grandes y gruesas, y te las sirven con anchoas, aceitunas y un majadito espectacular, o con mejillones y guindillas. ¡Son las mejores de la ciudad! Y también el bocadito estrella, corteza de bacalao con guacamole y mojama, éxito de público total que siempre arrasa. Cada cierto tiempo varían los aperitivos, pero este ha venido para quedarse, y nos comentan que el próximo que saldrá a subasta tiene que ver con el bacalao ahumado. Bacalao a la una, bacalao a las dos… ¡Adjudicado!
THE SUSHI ROOM
— Literate Azorín, 25
The Sushi Room no es un japonés cualquiera, desde la puerta ya se aprecia el detalle y la perfección con la que el restaurante ha sido diseñado. Detrás está la mano profesional de CuldeSac, la consultoría de diseño especializada en la transformación creativa de negocios, que ha llenado el espacio con cartelería luminosa de finales de siglo y una estructura de madera clara que sujeta toldos de colores cálidos y lámparas preciosas sobre un suelo cubierto de antiguo adoquín japonés. All, absolutamente todo está cuidado hasta el detalle, la vajilla artesanal, la bodega del fondo opacada por cristales de diferentes texturas, la música… Un ambiente maravilloso que nos prepara para lo que hemos venido, para comer. The Sushi Room es cocina tradicional, fusión, pescado y arroz. Of course, en la carta encontraréis sashimi y sushi (también agrupado en un menú degustación para dos personas a 68€), nigiris tradicionales y no tanto, con pasta de trufa o foie, de toro con cacahuete, o de ventresca de atún soasada, huevo de codorniz y crujiente de patata morada. ¡Y ojo con los uramakis! Los preparan con filamentos de boniato crujiente y reducción de fruta de la pasión, o con anguila tempurizada y espuma de leche de tigre. Todo esto y aún no hemos tocado los ceviches ni los entrantes, que suenan así de bien: gyozas de pato en salsa (es-pec-ta-cu-la-res), croquetas nikkei de carne de cangrejo con su salsa huancaína (peruana, con pasta de ají amarillo), vieiras braseadas con mantequilla, o chicharrón de calamares con salsa agridulce sambal. Prepara la cartera y date un homenaje, en The Sushi Room te ofrecen una buena experiencia gastronómica que nace de Japón para fusionarse con el resto del globo.
ALADROC
— Literate Azorín, 26
Al entrar en Aladroc os rodeará un precioso banco de pescaditos pintados a mano que nos dicen por donde van los tiros. En Aladroc, bar hermano de La Finestra, lo que se sirve es pescado fresco de la lonja cocinado a la brasa y mejor que no vayáis con una idea en la cabeza porque la carta va variando según lo que ha traído el mar esa mañana. Yes indeed, si hay pulpo, que cocinan a la brasa, con patata asada y salsa Romescu, no os le penséis ni un momento. Y a mediodía, pasta fresca que elaboran ellos mismos acompañando algún pescado o marisco, como el mejillón, que también preparan a la brasa con crema de patatas y jengibre. ¿Apetece?
GRIS – GABINETE DE DIBUJOS
— Literat Azorín, 33
En Gris visten tus ilustraciones, pinturas y fotografías con el traje que más se ajusta y realza el contenido. Enmarcando son perfeccionistas hasta el extremo y trabajan con una profesionalidad que le hace la vida más fácil a cualquiera, Luis te propondrá el material y la forma del marco, el color y el tamaño del paspartú (si conviene) y el tipo de cristal que se ajusta para sacarle el máximo partido a tu pieza según el presupuesto del que dispongas. La puerta de al lado da acceso al Gabinete de Dibujos, una galería especializada en dibujo contemporáneo que empezó siendo un pequeño escaparate en su antiguo local de la misma calle y ahora es una sala dedicada a mostrar la obra de algunos de los artistas más interesantes de la zona y más allá, como Roberto Mollá, Ernesto Casero o Nieves Torralba, que protagonizó la primera muestra individual de la galería con grafitos de gran formato que reproducían con gusto y elegancia formas vegetales. Ahora es Felipe Ortega-Regalado el que tiene obra expuesta dentro de la exposición No soy yo quien dibuja. Gris es calidad en la enmarcación y el Gabinete de Dibujos arte gráfico de primer nivel que siempre merece la pena visitar.
MOMENTOLUX
— Literate Azorín, 30
Momentolux es un laboratorio de fine art especializado en impresión y montaje de obra artística para artistas, galerías y museos. No hablamos de un laboratorio fotográfico al uso porque aquí solo se trabaja con obras de arte y se siguen las estrictas normas ISO que exigen los museos para que los niveles de conservación sean máximos y la obra impresa pueda sobrevivir inalterable entre 150 y 250 years. Trabajan por proyectos, that is to say, que artistas como el fotógrafo guatemalteco Luis González Palma acuden a ellos buscando opciones de impresión y montaje que se adapten al objetivo marcado, en su caso, sacarle el máximo lucimiento al pan de oro con el que trabaja. Las soluciones son infinitas según cada caso, pueden pasar por la impresión en metacrilato, en cajas de luz, sobre sedas naturales o papel japonés, muy adecuado para la restauración de documentos debido a sus fibras largas. Trabajan con instituciones de renombre como la Fundación Tapies, la Fundación Telefónica, el MACBA o la galería Luis Adelantado, artistas como la argentina Ananké Asseff y festivales como Intramurs, que les encargó la impresión de la fotografía con la que Spencer Tunick agradeció a los 1.300 participantes su posado desnudo frente a las Torres de Serranos en la edición de 2019. En la entrada del local han reservado un pequeño espacio para exponer obra y, cuando nosotras lo visitamos, colgaban de las paredes fotografías de Alberto Adsuara que hurgan en la relación que se establece entre las obras clásicas del Museo de Bellas Artes de València y el observador que las contempla. Y el observador que observa al observador… En fin, ellos te lo explicarán mejor.
NUBE 7
— Literate Azorín, 30 Low, dcha.
Por las tardes la calle se llena de peques curiosos que caminan hacia Nube 7, el lugar donde se preguntan el porqué de las cosas. Este centro educativo especializado en enseñanza STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Mathematics) les propone pasarlo pipa trasteando con la tecnología. Los miembros del Club Maker aprenden electrónica, programación, robótica, diseño e impresión 3D, y utilizan lo aprendido para crear, desde videojuegos, hasta imanes de nevera; el en el Club de cine los pequeños aprenden a contar historias, a grabarlas con su móvil y a editar sus vídeos; y el Club de Ciencia potencia las habilidades científicas y lógico-matemáticas a través de experimentos y actividades divertidas. En tiempos normales ofrecen talleres de ciencia para familias, programación de videojuegos o Halloween en 3D (donde experimentan con calabazas, zombies o calaveras virtuales), así que cuando las cosas vuelvan a su cauce estaremos atentos. ¡La curiosidad no tiene límites!
ROLLING FOOD
— Literate Azorín, 42
Inma se dedica a la asesoría nutricional para personas, colegios y colectividades. Elabora y supervisa menús escolares de escuelas infantiles y colegios, pero también te puede asesorar a ti sobre tu alimentación, primero analizando tus hábitos y después trazando una estrategia que te lleve hacia el objetivo, ya sea superar un problema de salud o aprender a comer más saludable. Besides, realiza talleres esporádicos donde cocina en directo (now online), de alimentación saludable, de tapas navideñas, para condimentar con especias y hierbas aromáticas o para aprovechar las sobras de un pucherazo de legumbres. ¿Nos hacemos unos falafels? Si quieres mejorar tu alimentación puedes ponerte en contacto con ella por mail ([email protected]) o por teléfono (669 401 071).
ARTE 43
— Literate Azorín, 43
until 43 es una tienda de material para las bellas artes y también una academia. Se dan talleres de ilustración para adolescentes y clases regladas de arte para niños, que aprenden a dibujar con acuarela, pintura acrílica y carboncillo, o a modelar la arcilla con técnica y gracia. Besides, también pueden celebrar su cumple realizando con amigos una actividad manual temática centrada en el arte de los íberos, las bullas romanas (amuleto que se les colocaba a los niños varones después de su nacimiento) o la pintura rupestre. Para los adultos también se han hecho talleres, para aprender a manejar materiales como el mixed media que combina dos o más técnicas artísticas, con tela para fabricar bolsos, o de decoración de calaveras y cabezas de Darth Vaders (con un agujero en medio donde cabe la lata cerveza 😉 Además, si tienes un proyecto concreto, te ofrecen la guía personalizada de una profesora que te dirige y aconseja la mejor manera de llevarlo a cabo. Una señora customizaba un mueble al fondo de la sala cuando nosotras les hicimos la visita. ¿Tienes tú algo en mente pero necesitas una ayudita?
