Arrancaba la 11ª edición del festival La Cabina con la proyección en el Palau de la música de la película Ignorance is bliss de la directora holandesa Muck Van Empel, que ayer martes presentaba su trabajo en una nueva sesión con público en La Filmoteca. Ignorance is bliss cuenta la historia de Lola, una joven ayudante de una lanzadora de cuchillos que vive en un circo ambulante. Mientras descubrimos cómo es la vida en esta pequeña comunidad, las noticias de los telediarios dan cuenta de un atentado terrorista sucedido en Alemania. Todo el mundo en el circo parece conmocionado por la noticia, pero Lola no se muestra muy interesada por ello. De hecho, al contrario, parece que huye de cualquier información que haga referencia a ese suceso, aislándose del dolor de los demás y del mundo que la rodea. Un día conoce a un chico ciego que ha entrado en la compañía y todo cambiará. Ignorance is bliss volverá a proyectarse el próximo jueves día 22/11 a las 22h.
Abriste el miércoles el festival con tu película. ¿Cómo te sentiste?
Sí, fue abrumador (risas). Fue muy impresionante y muy guay ser la película de apertura.
Aquí en España tenemos una discusión sobre el valor de los mediometrajes y cortometrajes como un género en sí mismo, sobre todo frente a los largometrajes. ¿Cuál es tu opinión?
Bueno, estoy muy contenta de que exista este festival para este tipo de películas entre 30 y 60 minutos porque con ellas puedes contar una historia con una línea dramática diferente. En un largometraje tú necesitas tener una historia completa con otras historias paralelas o laterales, y en una historia corta de diez minutos solo puedes abordar un solo aspecto, pero esta duración es muy valiosa para contar otro tipo de relatos. Yo fui afortunada porque, cuando estaba editando la película, mi productor me dijo: no pienses en festivales, piensa en lo mejor para la película. Y al final la duración fue 30 minutos, una duración muy difícil para festivales, pero creo que para esta película funciona mejor.
Es una situación extraordinaria que un productor te deje hacer lo que quieras en ese sentido.
Sí, fui muy afortunada (risas)
¿Era amigo tuyo? (risas)
No, es mi película de graduación. Me gradué con esta película en la Academia del Cine de Amsterdam, junto a mis compañeros de clase. Los tres productores estuvieron muy cerca de nosotros durante cuatro años, nos conocíamos bien unos a otros y eran conscientes de que si hacíamos una película más corta íbamos a perder parte de su impacto.
Supongo entonces que es tu primera película.
Sí.
Dinos una o dos cosas fundamentales que aprendiste con esta experiencia.
¡Oh! (risas) Creo que lo más complicado fue entender cómo contar una solo aspecto o tema, porque yo quería contar muchas cosas y fue una auténtica batalla el luchar para conseguir meter todas esas cosas en una sola película. Eso es lo que aprendí, cómo concentrar una cuestión principal, pero empleada como esa red más amplia que acoge otras muchas cuestiones.
Estoy pensando en el título de tu película: la ignorancia da la felicidad. Un título irónico, por supuesto. Tu película habla de esa tentación de mirar hacia otro lado cuando tienes problemas, como hace tu protagonista. ¿De dónde viene esa idea? ¿Por qué querías hablar de esto?
La ignorancia da la felicidad, sí. Pero nosotros podemos cuestionarnos esto o pensar cómo podemos abrir los ojos al resto del mundo sin tener miedo de perder nuestra felicidad. De hecho, la primera inspiración fue hace unos años cuando yo estaba en París en el momento en el que sucedieron los atentados terroristas en [la discoteca] Bataclan y otros ataques. Y fue muy extraño porque yo no vi nada. Lo único que yo escuché fueron mensajes de amigos o cosas que veías en la televisión. Así que estaba en medio de lo que estaba pasando, a solo un kilómetro, pero no estaba experimentando nada. Pero por culpa de las noticias empecé a pensar, ¡oh, Dios mío!, estoy en un infierno. Bueno, quizá infierno sea un poco exagerado, pero la cuestión es que mirabas a la calle y no veías nada. Meses después de esto hubo otro atentado y noté que, no solo yo, la gente que había a mi alrededor empezó a tener miedo, incluso cuando no había una amenaza real. La chica de la película está frente a un peligro real, pero decide negarlo. Ella no tiene miedo por esto, ella tiene miedo por algo intangible. Siempre he estado fascinada por los medios de comunicación y los móviles y cómo operan en nuestras vidas. Ella vive en una burbuja, creo que todo el mundo vive en una burbuja que es penetrada por las noticias. Y por culpa de esa penetración empezamos a sentirnos inseguros. Por ejemplo, en Amsterdam yo circulaba por una gran plaza y de repente empecé a sentirme asustada. Y pensé, no, no, no, no. Mantén los ojos abiertos. Tenemos que saber qué es lo que pasa en el mundo, pero no hay que tener miedo.
Entonces, ¿no tenemos que oír lo que dicen los medios o tenemos que oír y ver, pero con cierta distancia?
No, hay alguna gente que en algún momento no quiere saber nada de esto porque, de otra manera, si miro estaré asustado. Y yo digo, no. Tienes que saber sobre esto, mantén los ojos abiertos, pero no dejes que te influya en tu vida diaria.
Tu película sucede en el contexto de un circo ambulante. ¿Por qué decidiste usar este fondo para tu relato?
Es algo que estaba antes de decidir contar esta historia porque cuando yo era pequeña mi madre era una actriz teatral y cada verano actuaba en un festival ambulante de teatro, llamado The Parade, que hay en Holanda y que viaja por distintas ciudades. Así que, en verano, durante dos meses al año, yo viajaba junto a ella con el festival, viviendo con el festival, durmiendo en una caravana, levantándome y desayunando con todo el mundo, estando allí cuando había público, pero también cuando el público desaparecía. Y al final lo consideras como tu familia. Para mí es una arena especial porque yo crecí en un lugar parecido al que vemos en la película. Para mí era útil como símbolo de que podemos vivir en una burbuja, y cuando vives en una burbuja todo puede parecer perfectamente bien, pero eso no es todo el mundo.
¿En qué medida esa experiencia te ha influenciado a la hora de hacerte directora?
No lo sé. Por supuesto que crecí con muchos actores y espectáculo a mi alrededor, pero adoro la fotografía, adoro las artes visuales, las imágenes, y necesitaba otra manera diferente del teatro para expresarme. Las cámaras que usas, la perspectiva que te dan, las lentes que usas, conectan con la forma en la que funciona mi corazón. Así que pensé que la manera en la que quería contar historias eran las películas.
Otro elemento de la película es la ceguera, que juega como un elemento muy simbólico. ¿Qué significa para ti o que querías transmitir con ello al espectador?
Bueno, la ceguera es una especie de símbolo porque ella empieza a sentir miedo porque ve todas esas imágenes, y de repente se encuentra a este chico completamente tranquilo. ¡Y está ciego! Así que ella piensa: esta es la solución, cerrar mis ojos. Así que es un poco simbólico que, al final, sea un hombre ciego el que le abre los ojos. Esa era la idea que hay detrás. Alguna gente lo percibe, otros no, no lo sé. Es algo complicado. Pero para mí era un desafío tener un hombre ciego en una película porque una película es una combinación de sonido e imagen, y ahí estaba el problema, en cómo visualizar esto. Eso me hizo que me preocupara de los otros elementos, no solo su visión, sino del olor, los sonidos. Su papel es el de llevarla a ella, como decimos en Holanda, al aquí y ahora. No pongas tu mente en nada más, concéntrate en el aquí. Y tú puedes concentrarte en el aquí escuchando lo que sucede alrededor, los olores que hay a tu alrededor, el tacto de lo que hay a tu alrededor. Esa es la forma en la que ella vuelve a ese aquí.
En ese contexto, la historia empieza con una frase muy especial, la idea de construir mejores imágenes de lo que ofrece la realidad. ¿Cómo conectas esa idea con lo que comentabas al principio sobre no ver el mundo que nos rodea para evitar esa influencia de los medios?
Sí, hacer un mundo mejor de lo que es. Lo que hacemos con el arte es crear un mundo mejor de lo que es. Pero, al mismo tiempo, ella tiene que llegar a un acuerdo con ella misma. Ella quiere vivir en un mundo brillante, colorido, de felicidad en el circo, pero eso no es todo el mundo. Hay un mundo fuera. Siempre hay luchas en la vida y eso es algo que debemos encarar, es parte de la vida. Ella quiere retorcer esa frase en su propio beneficio. Pero tendrá que tratar con este chico ciego para entender lo que es estar verdaderamente ciego. En términos de la historia, está esa lucha entre cómo ella quiere ver el mundo y la obligación de mirar al otro lado.
La película habla de la construcción de la conciencia europea. De esa idea de comunidad que surge cuando hay un problema.
Uhmmm, no estoy segura de que la película tenga ese sentido político porque yo quería hablar del mundo entero, no de Europa separada de otras partes. Sé que eso aparece en algún diálogo, pero lo que quiero decir en esos momentos es que, aunque se habla de los ataques en Europa, al mismo tiempo hay ataques en otras partes del mundo. Y no tenemos que separarnos de los demás, no somos más víctimas que otros. Así que no, no quería decir nada político en este sentido. Es importante estar abiertos a la diversidad, absolutamente. Somos una sola comunidad y por eso me resulta difícil hablar solo de Europa porque entonces pones una frontera alrededor y dejas fuera a los otros países, lo encuentro muy importante.
Otra cuestión que creo relevante es que tu película nos habla también de la familia. La manera que tenemos de construir una familia, fuera de los modelos tradicionales, cómo construimos eso que podríamos llamar familia allí donde estamos.
Sí, porque no vemos a los padres de la protagonista ni a sus parientes. Ella está buscando un lugar seguro y lo encuentra en este circo. Pero ella tiene que crecer y dejar de ser una niña y convertirse en una mujer, porque en el momento en el que comienza la película ella es una mujer que se comporta como una niña.
Hablando de la actriz principal, lo que más llama la atención es cómo consigues transmitir lo que le ocurre sin que tenga que explicarlo. ¿Cómo trabajaste con ella?
Lo más difícil para mí y para la actriz fue que la lucha del personaje es algo que no es muy claro y tangible. Es algo muy interno y eso es algo muy difícil. Hay mucha frustración dentro del personaje de la chica, pero no sabe qué hacer con eso porque no sabe cómo lidiar con el mundo exterior que se está entrometiendo en su vida. Eso es algo de lo que hablamos mucho porque el personaje a veces está muy enfadado. Es algo que me pasaba cuando era pequeña, que estaba enfadada la mayor parte del tiempo. A mí me gusta trabajar mucho físicamente. Por ejemplo, en la escena en la que ella entra en la caravana llorando la preparamos haciendo running para crear esa sensación de enfado y frustración. Nosotros no estamos rodando lo que ha hecho antes, sino ese pequeño momento, y a mí me gusta crear esa emoción de manera física en el cuerpo. Y en situaciones en las que estamos tristes y enfadados tu corazón está latiendo muy fuerte. Nosotros hablamos sobre cómo llegar a ese punto corriendo, gritando, golpeando para luego transmitir esas vibraciones en la emoción del momento del rodaje.
A parte del personaje principal, hay otros muchos personajes en tu película. Creo que es interesante cómo llegas a construir todo un mundo con una leve pincelada de cada uno, logrando, sin embargo, un buen equilibrio. ¿Es algo que estaba en el guion o es algo que fuiste construyendo durante el rodaje?
Sí, tenemos, por ejemplo, al hombre que está en la caseta de tiro. Escribimos el guion pensando en ese actor, que es un actor de comedia muy conocido en Holanda. Así que la forma en la que escribimos sus diálogos fue pensando en él. Yo leo el guion con los actores primero, una sola vez, todos juntos. En ese momento, ellos exponen lo que piensan de sus personajes y ahí yo no les digo nada todavía sobre cómo lo veo, pero me hago una imagen en la mente. Esas son cosas muy valiosas y, cuando trabajo con ellos individualmente, las uso de forma que el personaje se sienta muy cercano a ellos. Sabíamos que cada personaje tenía una función para ella. Por ejemplo, el personaje de la oficina de administración del circo le ofrece a Lola esa sensación de estar a salvo.
La última pregunta es, ¿cómo rodaste la escena del lanzamiento de cuchillos?
¡Ah! (risas) ¿Tú qué crees?
Bueno, no lo sé. Supongo que usaste a un especialista. Debo reconocer que cuando la vi pasé miedo por la protagonista.
(risas) No, no voy a decir nada sobre eso. Creo que debería mantener el secreto. Creo que es más excitante para el público.
(risas) Ok.
