Eloy Moreno (Castellón de la Plana, 1976) protagonizó un insólito fenómeno editorial en 2011 cuando, tras despachar más de tres mil ejemplares autoeditados de su primera novela, El bolígrafo de gel verde, fue fichado por una gran editorial y vendió más de doscientos mil ejemplares. Su segunda novela, Lo que encontré bajo el sofá (2013), volvió a conectar con la sensibilidad de decenas de miles de lectores, en 2015 autoeditó un pequeño proyecto personal, Cuentos para entender el mundo, también con gran éxito de público, y a finales del mismo 2015, publicó la novela El regalo. Me concede una entrevista tras la publicación de su última novela Invisible (Nube de tinta). GINÉS J. VERA.
¿Cuándo llego a ti el germen de esta historia, en qué momento decides ponerla sobre papel?
Es complicado decir en qué momento surge la semilla de una novela, quizás son muchos momentos que se acumulan y, por fin, surge la idea, no podría decirte en qué momento ocurrió, simplemente pasó.
Mientras leía Invisible, me acordé de una cita del filósofo Friedrich Nietzsche: «Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti». ¿Nos la comentas en relación a tu novela?
Sí, hay un momento en la novela en el que un personaje se pregunta dónde está la frontera entre ser víctima o monstruo. A veces esa frontera es muy débil, muy pequeña.
En un momento determinado de Invisible, uno de los protagonistas afirma que un pequeño detalle puede cambiar una vida. Seguro que en tu vida ha habido pequeños detalles como este, te invito a que compartas alguno con nosotros.
Sí, mi vida, desde ‘El bolígrafo de gel verde’, ha cambiado en muchos aspectos, y muchas veces ha sido por pequeños detalles, pequeños momentos que, quizás, aislados, no tengan importancia, pero al verlos en conjunto te das cuenta de que han ido haciendo un camino. Uno de esos momentos fue, por ejemplo, cuando en mis inicios, hubo un momento que estuve a punto de abandonar y me llegaban emails de lectores diciéndome que les encantaba mi novela, esos pequeños detalles me animaban a seguir adelante.
Los cómics de superhéroes se asoman también en esta novela. Me gustaría preguntarte por ellos, por tus gustos, ¿cuáles eran tus superhéroes favoritos en tu infancia? ¿Eras de los que cambiabas cromos y tebeos con los amigos o en las tiendas?
Yo era muy de cómics, pero de superhéroes locales, tipo Mortadelo y Filemón, que de alguna forma también eran héroes. Me encantaban también Asterix y Obelix, y Zipi y Zape. Recuerdo ir con mi madre al mercadillo a cambiar cómics. Con respecto a los cromos, la verdad es que no hice muchas colecciones.
Las redes sociales están presentes en tu última novela y también en tu vida diaria. Danos tu opinión sobre el papel de las redes sociales entre los jóvenes, si crees que es necesario un control para evitar hechos que han conmocionado a la sociedad como muchos lectores reconocerán.
Bueno, al final las redes sociales solo son una herramienta, al igual que un martillo, puedes utilizarlas de muchas formas. En mi caso, las utilizo para dar a conocer mis libros, para comunicar a los lectores dónde voy a hacer presentaciones, firmas… El problema es cuando esas redes sociales se utilizan para, a grandes rasgos, perder el tiempo.