El pasado martes, hace tan sólo un par de días, el decanato de la facultad de Geografia i Història de la Universitat de València organizaba una tertulia en torno a la polémica que se ha generado sobre el posible derribo del cine Metropol. En ella participaron miembros de la facultad, especialmente del departamento de Historia del Arte, los arquitectos Miguel del Rey y Julián Esteban Chapapría, así como César Guardeño, miembro de la plataforma Salvem el Metropol.
Comenzó la ronda de intervenciones Miguel del Rey. El autor de Arquitectura rural valenciana se refirió explícitamente a Alois Riegl, uno de los primeros defensores historiadores del arte que se interesaron por la defensa del patrimonio.
En el mismo sentido, la profesora Esther Alba hizo hincapié en esa defensa del patrimonio, en la que se enmarca la defensa del cine Metropol, obra de Javier Goerlich, desde los principios de la Unesco; es decir, desde una perspectiva democrática según la cual tal defensa incumbe no sólo a los especialistas, sino al conjunto de la sociedad. Por añadidura, la exdecana de la facultad puso de relieve la protección con que ya cuenta dicho edificio, una obra que trasciende lo puramente arquitectónico, como quedó constatado.
Por su parte, Julián Esteban, como ya hiciera días atrás en otro coloquio celebrado en el Colegio de Arquitectos de Valencia, restó importancia a lo que considera un edificio más del llamado ensanche noble. Un poco lo que dijo Oriol Bohigas de la obra de García Mercadal, tras años de reflexión sobre la arquitectura de la Segunda República, que no era para tanto.
Esta subjetividad fue contestada por el director del Departamento de Historia del Arte, Felipe Jerez, quien insistió en el carácter de fuente de primera mano para el estudio de la arquitectura del periodo republicano que supone el edificio del Metropol; el profesor Adrià Besó ilustró esta afirmación citando a Trinidad Simó, quien en su libro La renovación arquitectónica en Valencia, lamentaba el derribo de los Almacenes Ernesto Ferrer de Demetrio Ribes, impotente por no haber podido impedirlo.
En este sentido insistió el catedrático Daniel Benito Goerlich, sobrino-nieto de Javier Goerlich y experto en la arquitectura del eclecticismo, quien recordó otros capítulos desastrosos para el patrimonio arquitectónico valenciano: el derribo del edificio de Juristas, 9, verbigracia, que los estudiantes de Filosofía y Letras intentaron parar con una sentada en los primeros años de la década de 1970. A continuación, recordó a los arquitectos -como también hiciera el propio Besó-, que no son especialistas en historia de la arquitectura, por lo que deberían contar con los que sí lo son.
En la tertulia intervinieron otras figuras implicadas como Andrés Goerlich (presidente de la Fundación Goerlich), quien también defendió la conservación del edificio, o Miguel Tejedor, autor de El libro de los cines de Valencia (1896-2014), quien reclamó llegar a un acuerdo para su conservación teniendo en cuenta a la propiedad.
Esta tarde, a las 19.30h., diversos colectivos han convocado un encuentro delante del cine Metropol, en la calle Hernán Cortés, para evitar su desaparición. Vayamos todos a una. La ocasión lo merece. RAFA MARTÍNEZ
