Es un junio extrañamente flojito en lo cultural. Nos sorprende porque este era un mes en el que solían brotar eventos aquí y allá, como en un último sprint final antes de la llegada del calor sofocante y el parón veraniego. Tiempos extraños, es lo que hay. Así y todo, hemos rascado una buena lista de cosas que ver y que hacer, en la que no está el Festival de Jazz del Palau de la Música, por razones que se nos escapan, ajenas a nuestra voluntad. El gran evento del mes es Cinema Jove, que cumple cuarenta años metido en esa bonita labor de descubrirnos cine hecho por realizadores jóvenes, con la novedad este año de Backstage, un ciclo que proyectará documentales sobre ídolos de masas para la generación Z. También tendremos el Humans Festcon films que tratan los Derechos Humanos, y un ciclo de La Filmoteca con lo mejorcito del cine estrenado en 2024. El circo manda en la escena gracias al festival Contorsions, pero también hay perlas sueltas como Un tranvía llamado deseo, el ballet Romeo y Julieta o el estreno de la producción propia de Espacio Inestable, 42.000km, de Jacobo Pallarés, al que hemos entrevistado para la ocasión.
Llega el segundo festival gordo del verano a la ciudad, dedicado a la música urbana, el BIGSOUND, acompañado de conciertos de peso como los de The Jesus and Mary Chain y Wilco. La sección Propostaincluye el festival cabanyalero Ruge Rosario; el ciclo Raras, malvadas y otras derivadas, dedicado a las mujeres que no han encajado en los márgenes a lo largo de la historia; la València Disseny Week; y el Festival dels Horts, con actuaciones interesantes como la de Rocío Márquez y Pedro Rojas. Y destacamos tres exposiciones: Veneradas y temidas sobre la representación de la mujer a lo largo de la historia, Escenas y paisajes de la pintura valenciana entre los siglos XIX y XX, y la del IVAM dedicada a Senga Nengudi y Maren Hassinger. Además, os recomendamos uno novela gráfica histórica como Aquí y una serie de Netflix basada en otro cómic mítico, El Eternauta; nos preparamos un aperitivo de clòtxines en escabeche de naranja y nos vamos a comer a Salsa, un asiático humilde y bien de precio que te da lo que necesitas, sin aspavientos.
