F. BANCAJA. Pl. Tetuán, 23
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Como Bombas Gens y el Centre del Carme, la Fundación Bancaja hubo de suspender la inminente inauguración de una exposición por el estallido de la crisis sanitaria y así, en cuarentena, ha estado Sorolla. Cazando impresiones hasta su reapertura a principios de mayo, más de dos meses después de lo previsto. Igual que es frecuente ver publicados diarios y cartas personales de grandes escritores que despiertan un interés desmesurado, vemos expuestas en la Fundación Bancaja pequeñas pinturas de Sorolla que sirvieron como bocetos de grandes obras primero y que más tarde adquirieron el estatus de obras autónomas. Del pintor valenciano lo hemos visto prácticamente todo, de manera que esta faceta más íntima y libre de su obra nos pone en bandeja la excusa para seguir explotándolo. Existen cerca de 2.000 óleos sobre tablas, carteles, papeles y lienzos que, por su pequeño formato, permitían a Sorolla exprimir la máxima impresionista, esta es, captar ambientes fugaces al aire libre con la espontaneidad a la que obliga la rapidez. El movimiento del sol cambia el aspecto de las cosas a cada momento, ¡hay que pintar deprisa! La muestra viene del Museo Sorolla de Madrid y ha pasado por el Museo de Bellas Artes de Bilbao, pero su parada en Valencia trae alguna novedad como la incorporación de piezas de mediano y gran formato, y de lienzos de pequeñas dimensiones que contienen temas valencianos. En cualquier caso, el tamaño poco importa. La pincelada es más fresca, está más liberada, pero la esencia es la misma. Encontraréis en el recorrido barracas y alquerías de la huerta valenciana, barcas de vela latina que juegan con las luces y las sombras, paisajes, jardines, escenas hogareñas con su inseparable Clotilde, y mucha playa (Malvarrosa, San Sebastián, Biarritz y Xàbia) que le permitía experimentar con el comportamiento de las luces, los reflejos del mar y las transparencias en niños que prácticamente se diluyen en el agua salada. “¿Qué cuándo pinto? Siempre. Estoy pintando ahora mientras lo miro y hablo con usted”. Ese era Sorolla, un artista que no necesitaba ni tablilla para pintar. S.M.