IVAM. Guillem de Castro, 118
Mona Hatoum ha colgado un espejo en la pared del IVAM. Al mirar nuestro rostro leemos: “You are still here”. Es tan verdad. Aún estamos aquí, hoy tenemos la suerte de estar vivos; mañana, ¿quién sabe? Interactuando con el espectador en todo momento, la artista de origen palestino remueve nuestras entrañas con piezas cargadas de significado e implicaciones socio-políticas, a las que regala unas pinceladas de humor, negro quizás, pero humor al fin y al cabo. Así lo percibimos al contemplar Paravent y daybed, unos ralladores de verduras y queso del tamaño de un biombo y una cama, que pueden parecer unos cómicos instrumentos de tortura. Pese al potente mensaje, Mona Hatoum no deja de lado el sentido estético: lo vemos en piezas como Impenetrable, un gran cubo que levita en la sala formado por varillas de alambre de espino, que desprende una belleza infinita aunque angustiosa; o en Map, un mapamundi construido a base de canicas, deliciosamente inestable, como el mundo en que vivimos. Es esta una de esas exposiciones que sorprenden, que duelen, que impactan, llena de objetos bellos pero hirientes que nos recuerdan que la vida es incierta, hermosa y frágil. AU