HASTA EL DOMINGO 31/8
F. BANCAJA. Pl. Tetuán, 23
No es la primera artista que pinta personajes marginales, ni la primera que “mutila” un lienzo con fines artísticos; son pantallas más que superadas en la historia del arte desde hace siglos, por Caravaggio, Manet, Fontana o Tàpies. Pero nadie hoy retuerce, chafa y desgarra lienzos como ella. Quien, como Caravaggio, creció en un entorno muy difícil antes de convertirse en la artista española más cotizada del mundo. Lo ha conseguido valiéndose del óleo, el grafiti y una técnica del fresco modernizada que ya es su marca personal. Adoptada artísticamente por Países Bajos, donde recaló con 19 años en busca de un estilo, Lita Cabellut ha inventado una técnica innovadora a través del craquelado, que consiste justamente en fragmentar las capas de pintura y barniz como si fueran tierra seca y desprenderlas intencionadamente buscando profundidad y textura sobre el plano. La pintura descascarillada que ha sido retirada de los lienzos está amontonada en una marmita a la entrada de esta muestra para que podáis llevaros un trocito del cuadro a casa.
Cabellut trae a la Fundación Bancaja su primera exposición en València, Lita Cabellut. Vida desgarrando el arte: 120 obras de las últimas dos décadas, algunas de ellas nunca vistas en público. Como Herinneringen(recuerdos) o la serie inspirada en Bodas de sangre de Federico García Lorca. Técnicamente, aglutina influencias que van desde la tradición de la pintura española del Siglo de Oro, hasta el expresionismo abstracto, y se la reconoce inmediatamente por su forma de usar la textura y el color, principalmente el rojo y el negro. Con una pincelada feroz, Cabellut desprende pasión, desgarro, expresividad y emoción. Los dramáticos claroscuros de Caravaggio combinan con la pincelada suelta de Diego Velázquez y las imágenes perturbadoras de Francis Bacon. Este último reformuló el Retrato del Papa Inocencio X del pintor de corte sevillano para que, hoy, Cabellut vuelva a evocarlo en la serie Trilogy of doubt (2013) que la catapultó a la fama. Figuras prominentes como Frida Khalo posan junto a primeros planos de personajes marginados que le sostienen la mirada al espectador, dignos y desafiantes. Ha convertido el dolor en belleza, muchas veces oculta en la imperfección. Las burbujas, las desviaciones y los desgarros no son nada que disimular dentro de estos lienzos enormes que son flores creciendo entre el fango. La vida y la muerte, temas recurrentes expresados a través de vanitas y calaveras, nos hablan de desolación y deterioro, de la brevedad de la existencia y de la futilidad de la vida. Así que, por lo que pueda pasar, no os perdáis esta primera oportunidad de disfrutar en València de la obra de una artista que ha conseguido sentarse en el Olimpo del arte contemporáneo internacional combinando el control técnico y la entrega emocional más absoluta. S.M.