HASTA EL DOMINGO 13/11
F. BANCAJA. Pl. Tetuán, 23
Y otra vez Sorolla, revisionado una y mil veces porque da réditos —el público valenciano siempre responde— y porque, efectivamente, es uno de los grandes artistas que ha dado esta tierra. La Faundación Bancaja ha puesto esta vez el foco sobre la infancia, sobre cómo el artista valenciano representó la niñez, una constante a lo largo de toda su trayectoria que le proporcionó los mayores reconocimientos de su carrera. Niños corriendo por la playa, descansando en la arena, trepando por las rocas y disfrutando del mar. Así acaba este recorrido de más de 86 obras que empieza en la intimidad familiar del pintor, padre de tres hijos —María Clotilde, Joaquín y Elena— a los que retrató en muchas ocasiones explotando la familiaridad con el modelo y la libertad que concede pintar para uno mismo. También se pueden ver retratos infantiles por encargo donde Sorolla se plega al gusto de los compradores sin renunciar al naturalismo y la calidad con la que capta los rasgos infantiles. El artista retrata la infancia gozosa de niños de familias acomodadas aplicados en sus lecciones o disfrutando de sus juguetes, pero también, sin atisbo de crítica social, a niños enfermos o de clases más humildes que deben trabajar para contribuir al sustento de la familia. Y la mortalidad infantil, aún elevada pese a los avances conseguidos, recogida en los cuadros Cabeza de niño muerto o Cabeza de niño en el lecho, que se exponen por primera vez en público. S.M.