VAT. Guillem de Castro, 118
Paco Roca tenía libertad absoluta para montar su exposición en la galería 6 del IVAM y solo una condición: todo debía ser obra nueva. Otro se hubiera limitado a crear dibujos para colgarlos de las paredes, pero a Paco Roca le van los retos y siempre está dispuesto a explorar nuevos caminos que lo nutran de alicientes. Así que en El Dibujado no ha rellenado viñetas, que es (in principle) lo suyo, ha decidido ir unos cuantos pasos más allá para introducirnos a nosotros, the spectators, en ellas a través de una lectura inmersiva. Las paredes de la sala (con fondo blanco satinado) se convierten en una viñeta expandida con narración multilineal sobre un tema tan manido como interesante, la relación entre el creador y su obra. Jugando con la tercera dimensión, Roca rompe el lenguaje típico del cómic permitiendo que los personajes se salgan de la viñeta, incluso de la sala. Para hablarnos —echando mano de referentes como Max o Frankenstein— de una creación inacabada que escapa de su dimensión, se convierte en creador y acaba de nuevo encerrado en una viñeta. El paralelismo entre Dios y el dibujante, creadores ambos en distintos niveles, queda claro, but… ¿quién es el narrador de toda esta historia? S.M.