El Joglars hacen en Zenit una crítica feroz de los medios de comunicación como los conocemos en la actualidad y de la sociedad sobre la que informan, es decir, sobre nosotros, seres consumidores de basura informativa, creadores compulsivos de hashtags y opinadores ignorantes que siempre tenemos algo que decir. Sobre el tema que sea. Arranca la obra recreando de forma poética y evocadora, sobre una escenografía mínima, la evolución la humanidad a lo largo de la historia para plantarnos en la redacción del periódico Zenit, aquejado de todos los males que padece (y propaga) el periodismo de hoy: la sobreexplotación de los becarios, escasez de tiempo y dinero (lo que hace imposible la investigación periodística), la priorización de las ventas por encima de todo (incluso de los hechos), el sensacionalismo, el periodismo de sofá hecho desde el móvil sin apenas pisar la calle, la venta de sartenes y palos selfie los domingos, los titulares tendenciosos, las fotos manipuladas, los sueldos miserables, la atención a lo morboso y lo anecdótico frente a lo primordial, la falta de agenda informativa propia que distinga a unos medios de otros, la consolidación del periodismo-entretenimiento que adopta los mecanismos del culebrón… Frente a todo esto, resiste tambaleante Martín, un periodista borrachín de la vieja guardia sobrepasado por la tecnología y por este nuevo periodismo más pendiente de los clicks que de los acontecimientos. “La ética no es buena consejera empresarial”, dice en un momento de la obra la propietaria del diario. Panorama devastador este que nos dibujan Els Joglars, directos y sin florituras. S.M.
Camino al zoo
DEL JUEVES 30/1 AL DOMINGO 2/2
Diálogos brillantes, dolor, violencia, rabia y un sofisticado tono de teatro del absurdo que conecta irremediablemente con los tiempos que vivimos.