Arrancaba la primera sesión de la sección Amalgama del festival La Cabina con la proyección de Haunted del realizador danés Christian Einshøj. La pieza es un retrato de la propia familia del director, centrando la atención en su madre, a la que visita después de mucho tiempo con el propósito de analizar el pasado común y revisar su presente. Hay al menos tres sucesos que marcan la relación de Einshøj con el objeto de su película. El primero de ellos, es el hecho mismo de esa distancia autoimpuesta por el realizador y sus tres hermanos con respecto a su madre. El segundo está marcado por la temprana muerte, a la edad de tres años, de un cuarto hermano cuya memoria está registrada en cintas de video caseras que se conservan en la vivienda familiar. Y el tercer y más sorprendente elemento tiene que ver con el hecho de que su madre tuviera un encuentro furtivo en la casa con un fantasma. ¿Quién es ese fantasma? ¿Qué significa? ¿Existen, de alguna manera, los fantasmas? ¿No son acaso las heridas de nuestro pasado los fantasmas que nos visitan a lo largo de la vida?
¿Cómo surge en ti la necesidad de hablar de tu familia? ¿Cuándo dices: tengo que hablar sobre esto?
Es, sobre todo, por la tragedia de mi hermano. Yo tenía ocho años cuando murió y, como era muy joven, fue mi primera experiencia con la muerte. Esa era la historia que quería contar, pero no sabía cómo hacerlo porque es una historia muy triste y trágica, y, de alguna manera, muy deprimente (risas). Entonces, pensé que no era un buen punto de partida para hacer una película. Me llevó mucho tiempo darme cuenta de cómo podía introducirlo en una película más humorística (bueno, yo creo que es divertida o se supone que es divertida). Después me di cuenta de que era muy interesante cómo condicionaba esa historia la dinámica familiar. Al principio, puse el foco en la tragedia, pero luego tuve la necesidad de hablar de esta historia sobre nuestra relación y, especialmente, sobre la distancia que nos separa.
Quería preguntarte sobre esto último porque la película habla, sobre todo, de esa distancia que separa a los diferentes miembros de una familia, algo que creo que es cada vez más común en Europa. Me refiero al hecho de que los miembros de la familia se separen y vivan en distintos lugares o países. ¿Por qué estabas interesado en ello?
Aunque me fui de mi casa para vivir en otro país porque quería distanciarme de mi familia, siento que hay algo que se ha perdido en mi vida. Es algo que quiero que sea parte de mi vida y, al mismo tiempo, me resulta molesto (risas). Tú tienes unas expectativas muy altas sobre lo que se supone que tu familia tiene que ser. Como las relaciones son tan íntimas, cuando tus expectativas no se cumplen, puede ser muy decepcionante y es cuando resulta muy fácil marcharse. Me encantaría que mi familia fuera de esa de desayunos los domingos y cosas así, pero la realidad es que es muy difícil. Y creo que uno de los problemas (y la película juega con esto) es que nosotros habíamos tenido muchos conflictos sobre ciertos temas sobre los que no estábamos capacitados para hablar. Y por eso era muy difícil estar juntos, porque resultaba muy artificial y superficial, porque no estábamos preparados para señalar cuales eran esos problemas que teníamos entre nosotros.
¿Crees que se ha perdido algo con este nuevo modelo de sociedad en el que la gente vive separada y los hijos viven lejos del lugar donde han nacido?
Sí, mi padre, por ejemplo, nació en una comunidad muy pequeña en Dinamarca, pero dejó muy pronto el país para hacer negocios. Esto fue en los 80. Yo creo que, como ocurre con la globalización, él tenía esa idea de que las fronteras no importaban, y que podías estar en cualquier lugar. Yo estoy de acuerdo en un cierto grado, pero siento que perdemos algo en esta transacción, al abandonar esa idea de hogar y creer que puedes construir uno en cualquier parte. Pero no es posible. Él se fue a otro país, pero siempre fue una especie de extranjero. Yo creo que no puedes escoger tu hogar, tu casa, porque tu casa es un lugar donde tu familia ha estado por generaciones. Y eso es algo que siento que he perdido, ese sentimiento de hogar. No sé si estoy preparado para hacerlo, pero me gustaría crearlo para mí y para mi familia futura.
Ponerte tú mismo en primera línea de la película es algo parecido a mostrarse desnudo ante los demás. En este sentido, ¿qué fue lo más difícil para ti?
Al principio pensé que yo no estaría en la película. Yo solo quería filmar a mi madre, y se supone que la película iba sobre ella. Ni siquiera iba a hacer la voz en off, yo solo estaría detrás de la cámara. Pero en algún momento pensé que necesitaba incluirme a mí mismo. La película no funcionaba, no era divertida y no se entendía el por qué estaba filmando a esa mujer, cosa que no sucedió hasta que empecé a editar y vi la necesidad de incluir la voz en off. Quizá lo más difícil fue hablar para hacer esa voz en off. Creo que es muy incómodo escuchar tu propia voz. Me sentía muy tímido y fue horrible hacerlo una y otra vez.
Yo me refería específicamente a la idea, no solo de ponerte delante de la cámara, sino de hablar de algo que es muy íntimo, como es contar todas esas cosas sobre tu familia y sobre ti mismo.
Sí, supongo que lo más difícil tiene que ver con esos problemas que teníamos. Ninguna familia es perfecta, todas tienen alguna tragedia o algún asunto pendiente. Fue muy difícil encontrar el equilibrio entre mostrar estas cuestiones y no dañar a mi madre mostrándola como una persona horrible. Eso no podía hacerlo. Así que, sí, lo más difícil fue eso, encontrar el equilibrio entre decir que ella no era perfecta, pero no convertirla en alguien demasiado malo.
El humor es muy importante en la película, ya lo has mencionado. ¿Era algo que necesitabas o surgió de una manera natural mientras estabas filmando?
Pasé mucho tiempo montando la película. Me costó dos años y la primera versión no era graciosa, era aburrida, de hecho. Me llevó un tiempo darme cuenta de que podía ser divertida y de que era capaz de hacerla más divertida y empecé a pensar en ello, entre otras cosas, porque esas son el tipo de películas que me gustan, con un toque humorístico o sarcástico. Me encanta la película Sherman’s march de Ross McElwee, por ejemplo. Es un famoso documental de los 80 en la que un neoyorkino habla de su familia en el sur y explora estas dinámicas familiares. Fue muy inspirador para mí.
Hay otro elemento que aparece en la película y es la historia de la desaparición de un hombre en las montañas próximas a la casa de tu madre. ¿Por qué necesitabas introducir este elemento en la película?
Yo quería hablar sobre la muerte y sobre algo que ya no está ahí. Intentaba hacer comprender a la gente que mi madre había perdido algo, que ella quería algo que había desaparecido y esa era una buena imagen para hablar de ello. Ella se muestra muy interesada por el caso de un hombre que ha desaparecido en las montañas, que probablemente esté muerto, y esa era una de las cosas que quería señalar. Pero, además, me proporcionaba algo de acción, la idea de que algo estaba sucediendo en el tiempo real, de que algo estaba sucediendo mientras yo estaba allí.
Para mí la película es un ejercicio sobre la nostalgia. Me refiero a esa mirada al pasado en busca de algo que pudo ir mal o de un pasado mejor.
Sí, seguro. Mi personaje en la película tiene una obsesión por el pasado y con esas cintas sobre mi padre. La cámara está buscando todo el tiempo rastros del pasado en el presente. Esa es una idea básica de la película, el hecho de que yo regreso a casa en busca de pistas del pasado, para ver si el pasado todavía está presente. Es un ejercicio sobre mi madre y sobre si puedo revelar o ver el pasado en su vida cotidiana.
Una de las líneas de la película dice que “el único lugar donde puedo ver la muerte es en la imagen que dejamos detrás”. En referencia a las cintas de video domésticas en las que aparece tu hermano, la película habla sobre el poder de la imagen y qué significan para ti esas imágenes. No es solo un mero recuerdo de algo que sucedió, sino la sombra de lo que dejamos. ¿Cuál era tu intención?
Sí, gracias por señalarlo. Me gusta esa parte de la película. En la película juego con la idea del fantasma, de qué es un fantasma. Un fantasma es algo del pasado que puedes visualizar y ver. Mi madre vio uno. Yo no he visto nunca un fantasma porque yo no creo en ello, pero el fantasma que puedo ver son esas imágenes. Para mí ese es el fantasma, la idea de que puedes ver algo que ya no estará nunca más.
En tu trabajo es complicado encontrar la línea que une todos los puntos que quieres tratar. Quería que nos contaras cuál fue el proceso para encontrar esa línea de unión entre todos esos elementos.
Los primeros elementos de la estructura fueron que quería ver a todos los hijos de mi madre. [En la película] te encuentras con un hijo en el campo de futbol, a otro en una conversación por Skype, incluso, al principio, en el hall de la casa, con el primer hijo (que soy yo). Tú tienes tres encuentros con los hijos y el cuarto es el hijo que murió. Así que la estructura está basada en esos encuentros. Después, encontré ese viaje de mí mismo como personaje. Yo me pondría allí y algo sucedería. Y ese fue el armazón de la película. No lo puedo describir bien, pero esa fue la forma en la que pensé hacerlo. Yo no quería hacer una película convencional. No quería que la gente dijera, ah, esta es una historia sobre mi hermano muerto, quería alejar esa idea de la película. En ese aspecto, la historia del fantasma es importante para crear interés. Introduje la idea del fantasma para atraer la atención de la audiencia sobre ello y que se preguntara el por qué de la presencia de ese fantasma y cómo reacciona mi madre ante él. Ella no tiene miedo del fantasma y, de hecho, le da la bienvenida. Si yo viera un fantasma probablemente trataría de huir (risas), pero ella da la bienvenida a una visita desde la muerte. Ese misterio animará al espectador a preguntarse sobre todo lo demás.
¿Qué has aprendido de ti mismo después de realizar la película?
Hacer la película me ha ofrecido una nueva manera de ver a mi familia, especialmente a mi madre. Yo tenía una manera muy cerrada de considerar a mis padres, conectada con mi forma infantil de relacionarme con ellos. Creo que no los veía como personas. Después de hacer la película, esta es la primera vez que los considero como seres humanos con una experiencia de un intenso dolor. Al final de la película, vamos al hospital y ella cuenta la historia del último día de mi hermano, y para mí eso fue muy significativo porque nunca había escuchado esa historia. Pero esa historia abrió una nueva vía para comprenderla mucho mejor.
¿Ha visto tu madre la película? ¿Qué piensa de tu trabajo?
La primera vez que la vio, no sé si estaba decepcionada, pero creo que no entendió la historia. Para ella eso no tenía sentido (risas) Pero tuvimos la premiere en Toronto y la gente se rio, se reía y lloraba, incluso había gente que me decía que había entendido la película. Ella estaba conmigo y, al ver todo aquello, conectó con la película. Ahora ella está manejando la página de Facebook de la película y sigue todo lo que pasa. Quería venir a Valencia, pero no fue posible (risas).
¿Crees que ella ha cambiado su relación contigo y con tus hermanos?
Sí, seguro. Al principio de la película era evidente que no confiaba en mí. Ella era muy reticente a ser parte de la película por nuestra relación. Nosotros nunca estuvimos muy unidos. Siempre tuvimos una relación muy distante, así que cuando empecé a filmarla fue como, oh, ¿por qué quieres hacer esto? Ahora tenemos otro tipo de confianza. Ahora se toma esto del cine más seriamente y puede entender lo que trataba de hacer. Así que, sí. Ahora siento que estamos más unidos que antes.