Me concede una divertidísima entrevista Ana Campoy (Madrid, 1979). Y no es para menos, acaba de lanzar el libro Familia a la fuga (Loqueleo) junto al ilustrador valenciano Álex Alonso. Campoy se licenció en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó su carrera en la televisión, el cine y la radio, donde trabajó durante años como actriz, guionista y locutora. Es autora de Las aventuras de Alfred & Agatha, Todo eso que nos une y La Cronopandilla, Premio Jaén de Literatura Juvenil en en 2017. También colabora como periodista cultural en las revistas Jot Down, Jot Down Kids y Canino y se encarga de coordinar la sección infantil del Festival Celsius 232 de Avilés. Por su parte, Álex Alonso (València, 1976) curso estudios en la Escuela de Artes y Oficios de esta ciudad. Su trayectoria abarca ilustración, imagen corporativa, tipografía y cartelería. GINÉS J. VERA
El mejor modo de guardar un secreto es no contárselo a nadie, dice la Agente Z. ¿Qué podemos contarles a los lectores, a quienes les haya caído en sus manos Familia a la fuga y estén decidiendo si comprarlo o no?
Familia a la fugatrata sobre los F., una familia que está incluida en un programa de protección de testigos. El motivo es que hay una organización maligna llamada Mandíbula que los persigue. Por culpa de esto los F. tienen que ir cambiando continuamente de sitio y de identidad, y eso no siempre es fácil. Por eso comprenderéis que de la familia F. no se puede contar mucho. Ni su ubicación ni sus apellidos. ¡Si nos fuéramos de la lengua sería peligroso para ellos!
La Agencia, la AAA, les prohibió llevarse cualquier aparato que tuviera algo similar a un GPS, y mucho menos acceder a las redes sociales. Bufff, eso es duro. Quizá para alguien como Maya o Ginebra no tanto, pero Lucas lo ve injustísimo. Háblanos de los jóvenes y las redes sociales habiendo libros tan fascinantes e interesantes como Familia a la fuga.
Internet y las redes sociales forman parte de nuestra realidad. Han supuesto una revolución en nuestras vidas. Como todo cambio, entraña una adaptación y creo que actualmente nos estamos ajustando. Por eso, con Familia a la fugahe procurado lanzar una llamada a la reflexión. Más que estar a favor o en contra, la cuestión es el uso que hacemos de ellas. Los datos que compartimos o el hecho de estar permanentemente localizados y sus posibles consecuencias. Y creo que todos, tanto adultos como jóvenes, debemos meditar sobre ello.
Un cambio de vida es complicado para todo el mundo. Si es de un día para otro, aún más. No digamos en el caso de nuestros jóvenes protagonistas que habrán de adaptarse a nuevas costumbres e incluso a vestirse de una manera particular. ¿Qué crees que es lo que llevarían peor los lectores de la edad de Fiona, Lucas o Maya?
Es bonito que los personajes se asemejen a las personas reales. Creo que es el mejor modo para que el lector se identifique con la historia. Por eso Familia a la fugahabla de cosas que pueden ser extrapolables a la vida real. Empezar de cero siempre es complicado. Es difícil cuando nos cambian de colegio o de ciudad y no nos queda otra que adaptarnos a un entorno nuevo. Supongo que ante este tipo de situaciones cada uno hace lo que puede. Y, tal y como sucede en el libro, no creo que haya nadie infalible.
En el lomo del libro he descubierto un número uno, ¿es otro secreto? ¿Qué nos puedes contar de este libro más allá del propio libro?…
¡Muy agudo! Veo que los misterios de Familia a la fuga empiezan a desvelarse. Sí, es cierto. Habrá una segunda parte que saldrá a la venta el próximo mes de marzo. Se titula “Infiltrados en la gran ciudad” y ya podéis imaginaros cuál será el próximo destino de los F. Pero no puedo contar más. Ya he dicho demasiado y los F. pueden peligrar.
