“La transmisión de conocimientos requiere algo de misterio, porque lo misterioso, seduce”

Nos concede una entrevista el escritor y profesor de Matemáticas Constantino Ávila Pardo. Imparte la asignatura de Matemáticas en el instituto de enseñanza secundaria de su pueblo natal y es un gran amante confeso de la naturaleza, de la vida pausada en el medio rural y del excursionismo. También es autor del libro Otro camino a Santiago: de Ayora a Compostela en línea recta. Su obra, El legado de los Zares, pretende ser un valioso instrumento al servicio de la educación. GINÉS J. VERA.

Según leemos en la Presentación de Aventuras matemáticas. Mensajes ocultos en el Camino de Santiago (Brief Editorial), este libro forma parte de una trilogía. En ella mantiene a los mismos protagonistas para narrar tres aventuras bien diferentes, pero con puntos en común. Háblenos de esos dos libros anteriores. De lo que los une y de lo que encontrarán las y los asiduos en este Mensajes ocultos en el Camino de Santiago.
La trilogía comienza con El legado de los Zares, un libro de historias breves, con mensajes al estilo “Conde Lucanor”, que pretende llevar a niños y adolescentes a reflexiones cargadas de sentido y valor educativo. Continúa con Aventuras matemáticas: En busca del código secreto, cuya finalidad es presentar las Matemáticas como algo divertido para que esta disciplina, que tanta frustración y rechazo produce, se convierta en el principal entrenamiento de nuestro potencial intelectual, brindando a los alumnos la magia de poder pensar seduciendo su curiosidad y desafiando su mente. Los tres libros están conectados por su alcance educativo, por los valores que transmiten y por los personajes que aparecen en sus páginas.

En Aventuras matemáticas. Mensajes ocultos en el Camino de Santiago, no solo acompañamos a los protagonistas por el Camino de Santiago, también hay secretos y misterios dentro y fuera de este viaje. Uno de los de fuera es, por ejemplo, la fórmula Sator. O la costumbre de colgar calcetines en la chimenea en Nochebuena, entre otros. Coméntenos esa parte más misteriosa de estas Aventuras matemáticas.
La transmisión de conocimientos requiere algo de misterio, porque lo misterioso, seduce. De ahí que, como profesor y autor de este libro, haya recurrido a frases cifradas, con el fin de atraer la atención de los lectores. Pero el verdadero y gran misterio que subyace entre sus páginas, es la inacabable corriente humana que desde el siglo IX se ha dirigido a Compostela atraída por una leyenda propagada por el obispo de Ira Flavia, que con el tiempo se fue transformando en “psicológicamente cierta”.

El nieto de Yago pronto cumplirá 15 años, habiendo terminado tercero de Secundaria cuando  se embarca con aquel en este viaje. Háblenos de a quiénes van dirigidas estas Aventuras matemáticas. Personalmente, tengo muchos más que Nico y me ha resultado muy estimulante. Y no solo por las cuestiones matemáticas… ¿Qué sería de nuestros ahorros bancarios sin una buena encriptación?
Cuando me puse a escribir este libro lo hice pensando en gente joven de entre doce y noventa años. Las demás personas, las de espíritu envejecido, ni siquiera leen. Les resulta suficiente con permanecer frente al televisor embelesados en temas superficiales de reality show. Lo de los ahorros puede ser preocupante, pero yo me pregunto: ¿Qué sería de nuestra privacidad si no aprendemos a proteger nuestros datos en móviles y ordenadores?… Pues que estaríamos en manos de espías no autorizados: malware, software espía, apps maliciosas, rastreos rutinarios gubernamentales, hackers… y demás fisgones malintencionados que están por venir.

Anagramas, traslaciones, escritura especular… se dan cita con nombres propios como Galileo, Kepler, Julio César, los Templarios y su gallina de los huevos de oro, Newton o Bacon. Coméntenos la aparición de estos, vinculados a la criptografía o a los lenguajes secretos como interés añadido de los lectores más curiosos aficionados a la Historia.
La necesidad de mantener información a salvo de curiosos no es nueva. La historia de la criptografía se remonta miles de años atrás. La escitala espartana o el cifrador de Polybios fueron utilizados varios siglos antes de Jesucristo. Al principio los métodos de cifrado recurrían a lápiz y papel o a una mecánica muy sencilla, pero la invención de máquinas, y la posterior introducción de la electrónica y la computación, han permitido crear sistemas muy complejos de encriptación, como la criptografía asimétrica, la criptografía cuántica o el método Skipjack desarrollado recientemente por la National Security Agency a petición del gobierno de los Estados Unidos. Pero conforme aparecen sistemas de alta seguridad, surgen hackers más capacitados. Solo el Manuscrito Voynich, escrito por un autor anónimo a principios del siglo XV, se resiste a ser descifrado.

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