Pedro Baños nos concede una entrevista al hilo de la publicación del libro Así se domina el mundo (Ariel). Baños es coronel del Ejército de Tierra y diplomado de Estado Mayor, actualmente en situación de reserva. Ha sido jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo en Estrasburgo. Ha participado en misiones en Bosnia-Herzegovina (UNPROFOR, SFOR y EUFOR) y hoy es uno de los mayores especialistas en geopolítica, estrategia, defensa, seguridad, terrorismo, inteligencia y relaciones internacionales. GINÉS J. VERA
¿Qué lleva a un coronel del ejército, en la reserva, a escribir un libro y además, este libro sobre las claves del poder mundial?
Pues fue a instancias de la editorial Ariel, que me propuso escribir un libro sobre geopolítica. Dado que me daba absoluta libertad para elegir la temática, se me ocurrió primero hacer algo intemporal, algo que tuviera cierta intemporalidad, que no fuera algo que se quedara desfasado inmediatamente, y de ahí surgieron estas 27 geoestrategias. Y luego, ya que me daban esta oportunidad, pensé que era el momento adecuado para transmitir lo que es la geopolítica a toda la ciudadanía, hacerlo tremendamente popular. Esto que pertenecía al arcano, a este mundo secreto, o como digo yo, al esoterismo solo al alcance de iniciados, que en cierto modo lo era, popularizarlo de tal manera que, primero, todo el mundo lo pudiera comprender. Porque creo que en este mundo globalizado todo lo que sucede nos afecta, por eso yo pensaba que era muy importante que la población lo entendiera, porque tenemos que estar alertados de los peligros que se nos vienen encima, de las amenazas que vamos a tener, que muchas veces son estatales, y muchas veces, también, para tratar de que la propia población les ponga coto de alguna manera. Porque hay situaciones que no podemos permitir como es el desastre de Siria. Vemos ahora mismo lo que está pasando con Turquía, que está atacando una parte de Siria, ya casi como si fuera un país al que se permita intervenir a su libre albedrio. Hay que impedir por todos los medios que estos desastres sigan ocurriendo. No solamente porque nos perjudique directamente a Europa, por supuesto, sino porque hay cientos de miles de personas que sufren o que mueren en estos conflictos.
En el libro recoge 27 geoestrategias unas son nuevas pero otras son tan antiguas como el deseo de ambición o poder en el hombre, ¿no es así?
En realidad todas son antiguas, lo que varía es la aplicación mediante la tecnología, que es lo que evoluciona. Pero el espíritu de todas ellas es muy antiguo, de hecho, pongo ejemplos desde la más remota antigüedad, desde que existe documentación, desde las guerras del Peloponeso o las Guerras Púnicas. Porque al final la constante que se mantiene es el espíritu humano y es lo que se va a mantener por más que la sociedad esté más tecnificada, más robotizada, siempre detrás de esos robots y de esas técnicas va a haber un ser humano. De ahí surgen esas estrategias eternas. Al final termino poniendo ejemplos actuales, lo que sucedía en las guerras del Peloponeso sucede ahora mismo. Si vemos la guerra entre Atenas y Esparta no es nada más que la misma situación que hoy en día podemos aplicar a Estados Unidos y China. El temor de una potencia que va surgiendo, que va cogiendo fuerza económica y que empieza a asustar a la que hasta ese momento era la gran potencia.
En un principio puede parecer que estas geoestrategias son de alcance internacional, pero a nivel individual, de ciudadano de a pie ¿en qué nos beneficia?
Nos beneficia enormemente, porque estamos viendo que esos intereses geopolíticos, esos intereses geoeconómicos llevan a desastres que al final a todos nos afectan. Lo primero, nos debe afectar como personas, impedir que otros seres humanos sufran y, además, sufran por razones que si nosotros estuviésemos en la misma situación lo padeceríamos exactamente igual; esos procesos migratorios forzosos que lo que hacen esas personas no es nada más ni menos, como digo, que es lo que haríamos cualquiera de nosotros; pero, además de eso, incluso desde un punto de vista egoísta, vemos que eso nos está perjudicando, los movimientos migratorios que se han producido mayoritariamente aunque no exclusivamente desde Siria vemos que están resquebrajando profundamente Europa, que hay países que se niegan a acogerlos incumpliendo las directivas de Bruselas eso significa un resquebrajamiento de la Unión Europea.
Vemos que todo nos afecta. Además de la carga económica que esto supone. Nos afecta absolutamente todo y de un modo cada vez más directo. Y yo creo que debemos de ser conscientes, hoy en día, este enfrentamiento que va a ser cada vez más acusado, y así lo expone de un modo abierto la Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos entre Estados Unidos, China y Rusia, significa que también nos va a afectar porque al final somos aliados de un gran país que es Estados Unidos que tiene sus propios enemigos y que arrastras a sus aliados en sus enfrentamientos, como hemos visto que ha pasado en Afganistán, como ha pasado en Iraq o en otros escenarios.
La información es poder, se suele decir, ¿hasta qué punto hay opacidad y falta de información a propósito desde los gobiernos para que los ciudadanos desconozcamos y puedan someternos?
La información es poder tanto lo que se puede conseguir conociendo la noticia o los datos como, efectivamente, también como instrumento de dominio, de control de los pueblos. Esto también es una cosa tradicional, no es una cosa nueva, ni muchísimo menos. Pero hoy en día esto es mucho más acusado porque estamos bombardeados sistemáticamente por la información, es lo que yo llamo, estamos ‘infotoxicados’. Es una ‘infotixicación’ absoluta que mezcla, además, de un modo absolutamente sibilino la verdad con la mentira para trasladarnos una ficción que no tiene muchas veces que ver con la realidad, pero que nos convencen de ella y, además, de tal modo, con ese bombardeo sistemático, que llegamos a estar totalmente convencidos de que es así.
Y es más, no solo quieren que nos convenzamos de que es así, sino que además criticamos amargamente a cualquier persona que se atreva a dudar de esas posiciones que nos van inculcando porque, claro, estamos tan mentalizados de que la verdad es la que nos han dicho que alguien que dude ha de ser un elemento discordante y hay que expulsarlo del sistema. La tecnología permite que eso se haga a nivel planetario y, además, se haga de un modo constante. Y lo hemos visto, de ir a conflictos en los que no había ninguna necesidad pero, claro, porque se han hecho unos procesos de demonización de países y de líderes de esos países que, obviamente, convencen a la población de la necesidad de intervenir en ellos, y vemos que se interviene donde se quiere intervenir.
Ahora mismo hay desastres en África absolutamente terribles, podríamos hablar de Somalia, podríamos hablar de Sudán del Sur, podríamos hablar de la República Democrática del Congo, donde se hacen salvajadas todos los días y, en cambio, allí nadie quiere intervenir porque no hay intereses, sobre todo intereses que beneficien a las grandes potencias que son los que manejan el mundo.