TEATRE PRINCIPAL. Barques, 15
Como no podía ser de otra manera tratándose de William Shakespeare, este delicioso texto rebusca en lo más profundo de la condición humana, en sus bajezas, sus ambiciones, pero también en la bondad y el amor. El Rey Lear quiso conocer el grado de afecto de sus tres hijas para designar como sucesora a quien más le quisiera; dos de ellas se deshicieron en halagos y la menor le contestó que le quería como padre y nada más, por lo que fue desheredada. El tiempo demostraría que ella era la única digna del trono. Esta versión de la compañía Atalaya pone de manifiesto la universalidad de la historia de este rey destronado y de los instintos humanos de unos personajes que no han cambiado en cuatro mil años. GLORIA POZUELO