“La actitud es lo que da sentido a lo que percibimos y lo que decide qué respuesta darle al mundo”

Nos concede esta entrevista Tomás Navarro, un psicólogo enamorado de las personas y de lo que éstas sienten, piensan y hacen. Fundador de una consultoría y de un centro de bienestar emocional, en la actualidad reparte su tiempo entre la escritura técnica, la formación, la consultoría, las conferencias y los procesos de asesoramiento y coaching personal y profesional. Entre sus libros publicados: Fortaleza emocional y Kintsukoroi. En este caso, le preguntamos sobre su último libro Wabi Sabi (Paidos). GINÉS J. VERA

En la primera parte del libro habla de que muchos libros se quedan el la teoría sobre la actitud, en el qué, pero no abordan el como.En cambio, en ‘Wabi sabi’ se promueve la filosofía wabi sabi como un método para desarrollar un cambio de actitud de manera didáctica, para aplicarlo de forma práctica en el día a día. Háblenos de esta diferencia sustancial avalada por su experiencia en consultas.
En la literatura de autoayuda se suelen lanzar consignas como quien lanza un brindis al sol, pero lo cierto es que si les pides a sus autores cómo se consigue eso que proponen y que es tan, no tienen una respuesta coherente que darte. En Wabi Sabi, en vez de decirte lo que tienes que hacer, intento mostrarte algunas alternativas, inspirarte algunos recursos y te explico el cómo. Me encanta compartir mi conocimiento. A veces vivir mejor no es tan complicado y lo único que hago es explicar lo mismo que explico en consulta adaptado a la intimidad y la libertad que te proporciona un libro. Wabi Sabi es un concepto que engloba una serie de pasos, de prácticas y de conocimientos que te ayudarán a incorporar un cambio de actitud, compilados de manera didáctica y amena, sin perder nada de rigor. Wabi Sabi es un libro de psicología escrito por un psicólogo.

Como ya hiciera en su libro Kintsukoroi, vuelve a incluir una parte de ficción, a modo de historia, con personajes japoneses. Coméntenos este acercamiento a la cultura japonesa y, por otro lado, por qué ha estructurado el libro en tres partes tras la introducción.
La cultura Japonesa me fascina, bueno como tantas otras. Hasta el día de hoy no encontrado ninguna cultura de la que no pueda aprender algo. Bueno, todas las culturas, incluida la nuestra, tienen cosas buenas y cosas no tan buenas. Bueno la realidad es que de la cultura Japonesa me fascina la transformación cultural iniciada después de la Segunda Guerra Mundial en la que enviaron emisores por todo el mundo para diseñar un profundo cambio en el modelo educativo. Ser coetáneo de ese cambio es todo un privilegio. Además, me encanta buscar elementos inspiradores fuera de nuestras fronteras para poder enriquecer nuestra vida. Por otro lado el libre tiene una primera parte en la que explico con detalle en qué consiste el concepto Wabi Sabi, incidiendo en el proceso en el que contacté con él y en cómo decidí transformar ese bello concepto en una actitud vital.
En la segunda parte proporciono claves para incorporar el Wabi Sabi en el día a día, en las diferentes áreas vitales como por ejemplo con lo incompleto, la pérdida, los procesos perceptivos, las relaciones sociales, la serenidad y la calma, el desapego o la adversidad. Finalmente, en la tercera parte, explico cómo me transformó a mi vivir una vid a Wabi Sabi. Esta parte supone una novedad en mis libros ya que por primera vez hablo en clave intimista y personal.

Parte de la filosofía wabi sabi consiste en una transformación personal empezando por un cambio de actitud, una más realista, contextualizada y relajada aceptando la imperfección. ¿Es así?
Sin duda, esa es la base. La actitud es lo que da sentido a lo que percibimos y lo que decide qué respuesta darle al mundo. Si somos capaces de tener una actitud más realista, podremos ajustar mejor nuestras expectativas; si podemos contextualizar lo que nos pasa, podremos darle un mejor significado y una mejor respuesta; y, finalmente, si somos capaces de relajarnos, podremos vivir otra vida diferente de la que solemos, mucho más adaptada y plena, alejada del temor de todo lo que nos podría llegar a pasar.

Me ha gustado especialmente la diferenciación que leemos -y a su vez hemos de cuestionarnos a nosotros mismos- acerca de si lo que perseguimos en un momento de la vida son necesidades o deseos. Diferenciarlos es clave para establecer la urgencia de lo que vayamos a implementar al respecto. Incluso da unos truquillos para distinguirlos. ¿Nos lo comenta?
La necesidad cursa con ansiedad, al contrario que el deseo. He de afirmar que podemos tener las necesidades y deseos que nos dé la gana, pero que tienen que cumplir dos condiciones: La primera es que sean nuestros, no impuestos y la segunda es que no tienen que limitarnos. Partiendo de esta base el problema es cuando confundimos un deseo con una necesidad. Cuando tenemos una necesidad sentiremos ansiedad hasta que ésta nos urde cubierta; mientras que con un deseo no sentiremos esa ansiedad. El problema es cuando entran en juego las necesidades condicionadas, es decir, aquello que llega a convertirse en una necesidad sin serlo. Cuando asocias un smartphone a tu autoconcepto, un coche a tu autoestima o una pareja a tu felicidad, la ausencia de esos objetos o personas acaban provocándote ansiedad.
Yo suelo utilizar un truco para identificar si algo es un deseo o una necesidad, lo comento en el libro, suelo esperar, unos minutos, horas, días… Si puedo esperar sin problema, suele ser un deseo, si no puedo esperar y mi ansiedad crece, suele ser una necesidad. No obstante, con que te formules la pregunta de si eso que tanto necesitas es un deseo o una necesidad ya es suficiente.

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