El viernes 8 de junio, en L’Eliana, se entregarán los premios de la segunda edición del concurso de guiones de largometraje de comedia La Traca, organizado por EDAV (Escriptors de l’Audiovisual Valencià), la asociación de guionistas de la Comunidad Valenciana, en colaboración con el Ayuntamiento de L’Eliana. Luis Eduardo Pérez, presidente de EDAV nos cuenta cómo ha ido esta nueva edición.
¿Qué tal ha ido la respuesta de los guionistas en esta segunda edición?
Fantástica. Es nuestro segundo año y la participación ha crecido: hemos recibido 49 guiones, 17 más que el año pasado. Nos han llegado obras de toda la geografía española. Es una gran noticia porque, pese a ser un certamen joven, en el panorama español del guión ya se habla de La Traca de EDAV (Escriptors Del Audiovisual Valencià). Queremos seguir progresando y para eso contamos con el apoyo de muchos compañeros. Precisamente este año tenemos un jurado de lujo y estamos muy agradecidos de que nos presten su tiempo. El jurado está compuesto por uno de los autores más importantes del país, Rodolf Sirera; Paco López Barrio, guionista y formador de guión; y el productor y guionista José Marín Rodríguez. Que el jurado de La Traca tenga profesionales de esta talla también supone un aliciente para los concursantes. Estamos muy orgullosos. Los finalistas se anunciarán el próximo 4 de junio y el 8 de junio se entrega el premio en l’Ajuntament de L’Eliana.
¿Hay novedades este año?
La principal novedad es que seguimos vivos, que no es fácil en los tiempos que corren. Hablando en serio, debemos agradecer que l’Ajuntament de L’Eliana haya aumentado su apuesta por nosotros. Hicimos una presentación del certamen en la Academia de Cine de Madrid para conseguir más difusión, se mantiene la dotación económica y la entrega de premios se hará en el Salón de Plenos del Ayuntamiento y luego, además, habrá un vino de honor para todos los asistentes. Podríamos exigir ya limusinas, champán y bandejas de caviar, pero sabemos que todo llegará con el tiempo, sobre todo el caviar. Nos juran que lo traerán de l’Albufera.
¿Está el concurso cumpliendo las expectativas que habéis puesto en él?
Sí. Es un certamen que prácticamente acaba de nacer y todavía nos queda mucho margen de mejora. En EDAV nos planteamos que, si existe un certamen de guion de comedia, es decir un lugar al que poder enviar tus creaciones, recibir un premio y que tengas la posibilidad de que una productora se interese por tu guión, eso ya es un triunfo. En el diseño del concurso decidimos que debíamos esforzarnos para que ese trabajo ganador consiguiese el mayor premio que puede lograr un guión: que se filme. Por eso creamos La merienda de lobos, un evento en el que los guionistas ganadores deben exponer su obra ante un grupo de productores. El guión ganador del año pasado lo compró una productora y va camino de convertirse en una película. Esa expectativa se ha cumplido en nuestro primer año, vamos a por otro.
¿Qué supone la inminente apertura de la nueva tele autonómica À punt para los guionistas valencianos?
La nueva televisión es una gran noticia para todos los valencianos y supone la posibilidad para que cientos de guionistas puedan ejercer su oficio y contar historias. Es trabajo, progreso y un aliciente creativo. Estamos muy esperanzados con el futuro, sabemos que no será fácil y que armar una programación que consiga atraer al público no es tarea fácil, pero confiamos en el talento de los creadores valencianos. Hace falta paciencia para consolidar una audiencia y mucho, mucho trabajo. À punt debe ser un motor para la industria audiovisual y también para las asociaciones. Sabemos que quieren implicarse para dar difusión a los creadores valencianos del audiovisual y ya estamos trabajando para realizar acciones conjuntas en la próxima edición de La Traca y en el One to One que realizaremos en otoño.
A pesar de los avances tecnológicos, llevar adelante un proyecto audiovisual sigue siendo muy complicado, ¿Cuál sería el panorama ideal para facilitar las producciones?
La respuesta fácil e inmediata sería: mayores inversiones privadas y más ayudas públicas. Pero creo que hay otro camino. Es más largo, pero también más interesante. Ese camino se fundamenta en la pedagogía, en poner en valor la cultura como una de los pilares básicos de la sociedad porque nos ayuda a pensar y ser más libres. Un camino válido incluso para aquellos que sólo contemplan la productividad económica. Está demostrado que la industria cultural puede ser muy rentable: genera muchos puestos de trabajo, crea una imagen de marca con mucho valor y retroalimenta a otros sectores. Hace unas semanas estuve en el País Vasco y allí aún estaban alucinando con la cantidad de personas que habían ido a ver los escenarios que aparecen en la última temporada de Juego de Tronos. Hay muchos países europeos que apuestan por su industria audiovisual y obtienen grandes recompensas sociales. Como se suele decir, es cuestión de voluntad política. La cultura es necesaria para vencer el miedo, sólo necesitamos gobernantes que no quieran metérnoslo en el cuerpo.
