F. CHIRIVELLA SORIANO. Valeriola, 13
No es casualidad de que la exposición de Mery Sales Seres fuera de campo tenga a tres filósofas de referencia. Ni que sean tres mujeres. La obra pictórica de la artista valenciana es feminista y tienen un fuerte componente teórico, su pintura nace del pensamiento, en este caso, de la investigación pictórica en torno a tres filósofas absolutamente comprometidas social y políticamente: Hannah Ardendt, María Zambrano y Simon Weil. A la primera ya le dedicó una muestra en la sala Martínez Guerricabeitia de La Nau hace cinco años y es la que más nombre tiene a nivel internacional por haber levantado ampollas en su propia comunidad judía al narrar el juicio por genocidio al nazi Adolf Eichmann en el libro Eichmann en Jerusalén. En este texto acuñó la archiconocida expresión “banalidad del mal” referida a un burócrata capaz de cometer las más absolutas atrocidades por puro sentido del deber sin pararse a reflexionar sobre sus actos. Por su parte, la intelectual malagueña María Zambrano afirmó que las deformaciones sociales son la institucionalización de las deformaciones personales y la activista Simone Weil, que lucho con los republicanos durante la Guerra Civil española, también vivió sus propias contradicciones, como Ardendt. “Los nuestros han vertido sangre de sobra. Soy moralmente cómplice”, escribió en su diario. Su teoría era que “una vez que las autoridades temporales y espirituales han decidido que las vidas de ciertas personas carecen de valor, nada es tan natural en el hombre como matar”. Sales presenta en la Fundación Chirivella Soriano cincuenta obras, muchas inéditas —algunas pintadas durante el confinamiento—, plagadas de símbolos naturales (mar, plantas, piel, telas…) y retratos que invitan al público a adquirir conciencia crítica y a implicarse. Ardendt, Zambrano y Weil tuvieron una óptica bastante marginal e incomprendida, de ahí el título de la exposición y de una de las obras en las que aparecen flores fuera de lugar, malheridas, en los márgenes del camino. El mono de pintar de la artista es protagonista en una parte del recorrido, con él simboliza el hecho de implicarse, de bajar al barro, de ponerse en la piel de los que sufren. En la pieza “48 parias conscientes” son retratados con el mono once personas anónimas que representan el compromiso social sobre el que construyeron su vida las tres filósofas que, junto a estos anónimos, protagonizan la muestra organizada por el Consorci de Museus en el Palau de Valeriola hasta octubre. AU