“Esa gente que se dejó atrapar por el nazismo y que acabaron en España eran el mal con mayúsculas”

agenda-urbana-oscar-aibar-h4

Andrés (Ricardo Gómez), un joven policía que se ha curtido en los barrios más duros de Madrid, llega a un pueblo de la costa valenciana para ocupar un nuevo puesto en una comisaría de segunda clase. En ese paraje de sol y playa, nunca parece que sucede nada particular. Comparado con su destino anterior, aquello parece un balneario. Incluso su nuevo compañero, al que apodan socarronamente Colombo (Pere Ponce), no parece demasiado interesado en mover un dedo por nada. Pero la mirada siempre alerta de Andrés pronto empezará a descubrir que algo se cuece en este paraíso para jubilados.  Tras los muros de una residencia de apartamentos para alemanes retirados se esconde una comunidad muy particular que lleva una rica, pero discreta vida. Estamos en los primeros momentos de la recién instaurada democracia española. En el horizonte se prevé la llegada del primer gobierno socialista tras la muerte de Franco. En esos años, y disfrutando del amparo y la protección que les ofreció el régimen anterior, un grupo de viejos oficiales del ejército nazi se pasean sin problemas por las playas de nuestro levante.

Charlamos con Óscar Aibar sobre El sustituto, su sexto trabajo largo, que este viernes se presenta en salas comerciales de todo el país. Una película que cuenta con el  apoyo de RTVE y la cadena autonómica À punt y es un co-producción entre Tornasol y la valenciana Voramar Films.

¿Cómo te encuentras con esta historia?
Hay dos puntos muy claros para arrancar el proyecto. Uno es hace diez años cuando visito Calpe. Recuerdo que estaba en un restaurantito pequeño y me fijo en un muro lleno de fotos de famosos. Entre estas fotos había una foto en color más pequeña con unos cinco o seis tíos vestidos de la Wehrmacht y de las SS con peinados de los años 60. Entonces, le pregunto al tío del restaurante si esa foto era del rodaje de una película, y él me dice: “no, no; eso son los alemanes de Denia que venían aquí a celebrar el cumpleaños de uno de ellos”. En ese momento se abre para mí la Caja de Pandora. El segundo detonante con el que arranco el guion fue hace cuatro años, cuando se desclasifican unos papeles del Mosad y se descubre que había dos operaciones en el levante español que habían sido frustradas, una de ellas por la policía nacional española. Esto me vuela la cabeza y me digo: “hay que hacer este guion”. Es entonces cuando me decido a usar la estructura de thriller que me va a servir para contar esta historia.

agenda-urbana-oscar-aibar-h5

Se está poniendo de moda el género thriller en el cine español. ¿Cómo ves esta tendencia?
Hay muchos tipos de thriller. El thriller es como el western contemporáneo. Ha evolucionado de una forma muy bonita desde que Fincher hizo Zodiac, aunque yo pienso que el primer thriller moderno es Blade Runner que es una película de ciencia ficción, pero que, en realidad, se trata de un poli que está solo ante el peligro. Para mí es el western moderno. Ya sabes que mi primera película era un western. Es un género que siempre me ha apetecido hacer.

Viendo en perspectiva tu carrera, diría que nunca te has quedado quieto, que has tocado un montón de palos.
Sí, porque me gusta todo el cine. Yo creo que el estilo de un director se empobrece si se dedica a un solo género. A mí el género que más me gusta es la comedia, creo que es el más difícil (en todas mis películas intento que haya humor porque creo que la gente tiene que entretenerse), pero el thriller me fascina, lo consumo mucho. Me encantan los programas de crímenes, estoy enganchado al Crims catalán, La hora oscura, o sea que me gusta saber quién es el asesino y por qué ha matado al final. Esa línea hacia delante que no cesa hasta que no se descubre quién lo ha hecho a mí me sigue cautivando, por eso quería hacer esta peli. Sin querer compararme, por supuesto, creo que hay cineastas, como Coppola o Scorsese, que han hecho todos los géneros. Lo difícil es no equivocarte con el género que utilizas para contar la historia que quieres contar. A mí me gusta todo tipo de cine. Para mí solo hay dos tipos de películas: las buenas y las malas. Yo las consumo todas y no me gustaría limitarme a hacer de terror, por ejemplo, sería muy aburrido.

agenda-urbana-oscar-aibar-h7

En El sustituto tiene un guion magnífico. Quería preguntarte cómo fue el proceso de construcción.
El thriller que más me gusta es Solo ante el peligro porque es el héroe que no quiere ser héroe, pero que acaba solo contra el mundo, enfrentándose a una realidad que nadie quiere ver. Ese es el viaje del héroe. Cuando empiezo esta peli, me digo: “quiero que sea el viaje del héroe”. Pero, ¿quién es el héroe en mi peli? Entonces, tengo otro conflicto moral que es el mismo que tenemos todos los escritores y directores españoles cuando quieres encarnar a un policía español, porque muchas veces se cae en los tópicos, es decir, que o todos son buenos o todos son muy malos, etc. Entonces, intento meterme en la cabeza de un policía secreto de los años del plomo y me decido por un tipo. No fue una decisión fácil. Es un hombre que se ha comprometido, que le han educado para que defienda una causa, es un policía que empieza su carrera en un régimen fascista como es el franquismo y que vive una Transición en la que los mitos están cayendo a su alrededor. Todo lo que le han enseñado se está derrumbando y él tiene que tomar partido. Ese universo que se derrumba era para mí el año 82 en España, en el que, después de cincuenta años de régimen de derechas, de repente, va a venir un supuesto partido de izquierdas. Ese universo era un terremoto. Por ejemplo, había 200.000 licencias de armas de organizaciones paramilitares y parapoliciales, fascistas, falangistas, era un fascismo muy bien estructurado y los que perdieron la guerra, que habían estado represaliados, todavía no sabían si podían asomar la cabeza, si todo era de mentira o de verdad. Esa España que viví de adolescente me parecía el tablero ideal para hacer ese viaje del héroe, con todos sus conflictos y contradicciones, que son los personajes que me gustan.

En El sustituto, los personajes tienen un carácter claro que pervive y evoluciona a lo largo de la película. ¿Cómo fue esa construcción de los arcos? ¿Cómo fue el trabajo de construcción con los actores?
En el caso de los dos chicos, Pere Ponce y a Ricardo Gómez, les conté la siguiente historia. Para mí los seres humanos tenemos ese momento en el que venimos al mundo, que es el parto, y luego hay otro acontecimiento en la vida que es cuando un ser humano se convierte en una persona, ese cataclismo. Colombo es el padre que el protagonista nunca ha tenido, un personaje que es un extraterrestre; tiene muchos valores, es un policía, pero no de armas, es un desastre, se pega un tiro en el pie (risas), es un intelectual, pero, sobre todo, es muy buena persona. Andrés [el personaje de Ricardo Gómez] nace con él como persona. Sin hablarlo, empieza a tener empatía con el sentimiento ajeno, que es algo que hay mucha gente que no llega a descubrir, pero que es algo que hay que tener para ser una persona. Eso es Colombo. Lo que pasa es que cuando Colombo le entrega el testigo a Andrés, muere y éste se queda otra vez huérfano. Pero ya es una persona. Eso es lo que le dije, en esta película, el arco de Colombo es el nacimiento de una persona.

agenda-urbana-oscar-aibar-h6

 

La película plantea muy claramente dónde está el bien y el mal. Tengo la impresión de que, últimamente, estamos como reticentes a establecer unas posiciones claras frente a las cosas, pero en tu película sí que queda todo muy claro. 
Bueno, el mal intrínseco. Hay algo que es el mal circunstancial, que es cuando la vida te lleva hacia la delincuencia, por ejemplo. Y luego está el mal intrínseco que es eso de “voy a fusilar a cuatrocientas personas”. Estamos hablando de estos. Había muchos nazis ocultos en España, gente que había estado vinculada con el partido nazi y que había hecho actos deplorables durante la Segunda Guerra Mundial. Estamos hablando de monstruos. Hay una lista de ciento cinco personas reclamadas por crímenes contra la humanidad que habían hecho auténticas barbaridades. Gente que había pasado la línea del hecho circunstancial para hacer auténticas masacres. El médico de Mauthausen, Aribert Heim, era un hombre al que, como se dice en la película, todos los presos españoles le llamaban el banderillero porque le encantaba inyectar en el corazón jeringuillas con todo tipo de cosas para ver morir a la gente. Georg Bachmayer, al que llamaban el perro, disparaba a la gente por divertimento. Anton Galler, que está enterrado en el cementerio de Denia, es un tío que fusiló en Roma como a dos mil personas antes de retirarse. Esa gente que se dejó atrapar por el nazismo y que acabaron en España eran el mal con mayúsculas, el mal de verdad. Y estaban aquí. Eran mucho más que un asesino, eran monstruos.

Lo que cuenta la película parece hoy tan alucinante que creo que, si tuviera la oportunidad, habrá algún espectador que, al conocer esta historia, quizá te pregunte, ¿de verdad se paseaban estos nazis tan alegremente por nuestro país?
Hay un documental que aconsejo a todo el mundo que está en Netflix y que ha estado en televisión española hasta hace muy poco que se llama El hombre más peligroso de Europa sobre Otto Skorzeny que cuenta que este hombre era como una estrella del rock. En los años 50, no había sarao en Madrid al que no se le invitara. En Denia se paseaban tan alegremente como que yo tengo una editorial de un periódico de la época en el que Bremmer, el dueño de los apartamentos donde sucede la película, se quejaba en el año sesenta y pico de que era una injusticia que, en el cine, en las películas de guerra, ellos siempre eran los malos, y que eso había que cambiarlo (risas). Fíjate si estaban impunes y se sentían a gusto. El franquismo y el inmediato post-franquismo era para ellos un paraíso. Lo más espeluznante no es que ellos se sientan orgullosos, porque era gente que había estado en al Segunda Guerra Mundial. Es que sus hijos y sus nietos están orgullosos de ellos actualmente. Y siguen hablando con orgullo de ellos y ocupan cargos importantes en bancos en España y en industrias españolas de mucho peso.

agenda-urbana-oscar-aibar-h3

Tu película presenta la llegada del primer gobierno socialista con un punto de esperanza, pero, al mismo tiempo, se intuye que no se van a arreglar las cosas. 
Eso lo dejo en manos del espectador. Que sea el espectador el que hable y diga si le decepcionó el primer gobierno de izquierdas en 50 años o no. Ahí no me meto como autor y dejo que sea el espectador el que responda. Que los que tenemos visión histórica, los que vivimos la época, lo hagan. Esta peli la he hecho pensado mucho en los chavales de veinte años de ahora, para que, de repente, viendo una peli entretenida puedan decir, “esto pasó aquí. ¿En qué mundo vivíamos hace cuatro días?”.

Ya para terminar no me resisto a preguntarte por la escena de la persecución con el Seat 127. Me pareció fantástica.
¡Un 127 con el color café con leche!, que era el color más feo del mundo. Te voy a decir lo que significa para mí, como autor, el 127. La persecución entre un Mercedes de seis válvulas y no sé cuántos caballos contra esa cosa que era una motocicleta con cuatro ruedas, que era un 127, para mí encarna ese poderío económico de la Europa del norte contra lo que es la Europa del sur, es decir, España, Portugal, etc., que somos como el culo de Europa. Pues era eso, todos los cilindros que representa el poder del Mercedes contra un tío que conduce muy bien, pero que tiene una máquina que no llega. (risas)

También te puede interesar…

¿TODAVÍA NO TE HAS SUSCRITO A NUESTRA NEWSLETTER?

Suscríbete y recibirás propuestas culturales de las que disfrutar en Valencia.