Libertad Fuertes nunca había salido de Villa Justa, pero había leído en Nacer niña que las mujeres, por el simple hecho de serlo, sufren injusticias y violencia. Sintió la necesidad de luchar por un cambio. Leyó Una historia sin clichés y se preguntó por qué una chica necesita ser salvada por un príncipe. Recordó cuando ella salvó a Juan Valiente (¡qué paradoja!) de una cucaracha que lo arrinconó en el patio del cole. Quizá sea cierto, como dice el libro, que no podemos eliminar todos clichés de los cuentos clásicos, ¡pero sí aprender de ellos y evitarlos en las nuevas historias! Decidió entonces entrevistar a las protagonistas de los clásicos. Y vivieron felices para siempre, un libro hilarante, le descubrió que la Bella Durmiente anunciaba colchones, Caperucita tenía un negocio de reparto de pasteles y la Sirenita era camarera en el Caribe. No eran las vidas de ensueño que prometían sus historias, pero eran las que ellas habían elegido. Libertad necesitaba apoyo, así que convocó a sus amigas. Temió que no acudieran, como le ocurre a la oruga en La inolvidable fiesta, a la que, por otro lado, no le va nada mal inventando sus propias amigas. Pero sí que acudieron, y así nació la Asociación Feminista de Villa Justa. Ahora necesitaban a los niños para conseguir la igualdad. Pensó en el protagonista de Malote, un niño que se empeñaba en ser malo, aunque su buen corazón se lo impedía. El poder de las historias le mostró cómo el gato Mauricio utilizaba sus historias para atraer a los ratones. Así que dio un discurso magistral, que acabó con atronadores gritos por parte de niñas y niños: ¡esta Navidad, queremos igualdad! Para llevar el mensaje de la igualdad a todo el mundo necesitaban los libros y la Navidad. Aunque las celebraciones navideñas eran diversas, como había aprendido con el libro La Navidad desconocida, todas las personas recibirían un libro que les diera (o reforzara) una visión feminista del mundo. Pensaron en Santa para la tarea y se morían de risa con el libro ¿Cómo baja Papá Noel por la chimenea? Nadie lo sabe, pero los regalos siempre llegan. Le escribieron y a los pocos días recibieron respuesta: “Queridas Libertad y Asociación Feminista de Villa Justa. Yo solo soy un empleado, pero a mi jefa, Mamá Noel, le encanta la idea. El día 25 de diciembre el mundo será un poco más igualitario gracias a vosotras. ¡Muchas gracias y feliz Navidad!”
