F. CHIRIVELLA SORIANO. Valeriola, 13
La imagen ganadora del World Press Photo este año encoje el corazón, como casi siempre, con un tema desgarrador que se vive al otro lado del Atlántico, en la frontera entre México y Estados Unidos, pero también a unos pocos quilómetros, en ese Mediterráneo sepulturero que separa Europa de África. La migración. Crying girl on the border, de John Moore, inmortaliza el llanto desesperado de la niña hondureña Yanela Sánchez mientras oficiales estadounidenses ponen bajo custodia a su madre en la frontera texana. Yanela y su madre no sufrieron la política estadounidense de separación de familias inmigrantes implementada por Donald Trump, pero imágenes como estas ayudaron a que el partido demócrata y la opinión pública clamara contra estas prácticas y el ignominioso presidente tuviera que dar marcha atrás. La fotografía muestra a una oficial con guantes de látex cacheando a una madre que, sin cordones en los zapatos, apoya las manos contra el coche patrulla. No vemos las caras de estas mujeres, pero sí la de Yanela que, de pie, paralizada, entre su madre y el coche, llora sin consuelo.
Como novedad, este año la fundación World Press Photo ha incorporado el premio Historia del año para series fotográficas que cuentan una historia, y este ha recaído de nuevo sobre una instantánea que habla de migración hacia Estados Unidos. La caravana inmigrante de Pieter Ten Hoopen documenta la columna de más de 7.000 migrantes, principalmente hondureños, en su travesía hacia Estados Unidos. Como vemos, la migración se ha erigido este año indiscutible protagonista del concurso de fotoperiodismo más prestigioso del mundo, pero el abanico temático es amplio y variado: la desaparición de Jamal Khashoggi (noticias de actualidad), las leyes antiabortistas de Irlanda (historias contemporáneas), los deshechos humanos (medioambiente), los pumas salvajes de la Patagonia (naturaleza), falleras (retratos), un combate de la boxeadora Claressa Shields (deporte)… Todo esto y mucho más lo podréis ver en esta exposición clave dentro del circuito internacional de fotografía que viaja cada año por cien ciudades y 45 países y que este 2019 recala en La Fundación Chirivella Soriano en octubre (hasta ahora la podíamos ver en febrero), su casa en Valencia, para fascinarnos con imágenes estáticas que recogen lo más bonito, emocionante y terrorífico de nuestro planeta. S.M.