HASTA EL DOMINGO 18/6
IVAM. Guillem de Castro, 118
Además de artista multifacético, el danés Asger Jorn fue un teórico de calado que a mediados del siglo XX ya cuestionaba el antropocentrismo que coloca al ser humano como centro de todo (¿no somos un poco monstruos los humanos?) y el poder colonizador de las imágenes sobre nuestras vidas dentro de la cultura del consumo que se extendía desde Estados Unidos. El marxismo estaba detrás de los planteamientos de un Jorn que entendía el arte como una actividad humana básica, kirsch y popular, alejada del genio solitario y que, en su caso, tenía fuerte raigambre social. Conciencia social y compromiso estético en un arte que, creía Jorn, tenía mucho poder de transformación. El IVAM abre la temporada a lo grande con uno de los artistas escandinavos más importantes del siglo XX, una mente abierta que ayudó a definir el arte después de la segunda guerra mundial fundando movimientos de vanguardia europeos como Cobra y la Internacional Situacionista, utilizando materiales y formatos “poco artísticos” (reinventó el fútbol a tres bandas sobre un campo hexagonal), poniendo el foco en temas que el arte canónico había obviado —el arte infantil, por ejemplo—, utilizando imaginería animal para representar la vida humana y tocando muchos palos (hizo pintura, cerámica, collage, escultura, dibujos, grabados, trabajos con telas, publicaciones, etc.) para nadar a contracorriente de la especialización que tanto se llevaba en los Estados Unidos.
La creación abierta y sus enemigos: Asger Jorn en situación empieza mostrando el resultado de un experimento colectivo realizado por Jorn en 1946: hizo un dibujo automático, lo calcó con papel transparente y se lo mandó a algunos amigos para que lo interpretaran a su manera. Se demostró su premisa: el arte nunca tiene un solo significado. En la segunda sala podréis ver 23 aguafuertes algo picassianos, la Suite de Suiza, donde Jorn desarrolla sus propios motivos simbólicos para plasmar las alegrías y los horrores de la vida, como la criatura que representa el microbio de la tuberculosis que casi lo mata. Están expuestos los libros de collages hechos de recortes de periódicos y cultura pop junto de Guy Debord, artista con el que fundó la Internacional Situacionista en 1957 contra el capitalismo y las formas de vida contemporáneas. Una de las estrategias utilizadas por este grupo fue el détournement, que consistía en “secuestrar” materiales artísticos preexistentes y desviarlos manteniendo la firma del artista primigenio. En el IVAM se pueden ver varios de estos ejemplos. Poco después, Jorn dejó la Internacional para fundar el Instituto Escandinavo de Vandalismo Comparado con el que emprendió campañas fotográficas por los países nórdicos, Francia y España, de las cuales hay una muestra en esta exposición. El nombre irreverente de este grupo venía a señalar que los criterios supuestamente universales con los que suele juzgar el arte estaban sesgados por la preponderancia de la cultura latina que aplastaba cualquier otra, también la escandinava de los vándalos, aquella tribu germánica que saqueó Roma en el siglo V. El IVAM empieza el año acercándonos la obra de un artista que colaboró con Fernand Léger y Le Corbusier, se dejó influir por Ensor, Kandinsky, Klee y Miró, se unió a los surrealistas y estuvo enredado como pocos en los movimientos de vanguardia europeos del siglo XX. S.M.