HASTA EL DOMINGO 23/3
MuBAV. Sant Pius V, 9
El arte implica un trabajo físico en el que el artista suda y se mancha, pero también demanda un trabajo intelectual, a la altura de la poesía, la retórica o la literatura. Esa es la reivindicación de la muestra Invención y proyecto, que quiere sacar a relucir el proceso creativo que se esconde detrás de la obra acabada. Lo hace recurriendo a los fondos propios del Museo de Bellas Artes, una institución que custodia treinta mil obras en su colección, prestas a ser revisadas y puestas en valor. En este caso, pone el foco en bocetos que suelen ser pequeños y, por lo tanto, habituados al menosprecio pese a ser obras de arte por derecho propio. Lo demuestra el dibujo preparatorio para el relieve La carrera en el circo romano, de Mariano Benlliure, un alarde de técnica ricamente iluminado con clarión que nadie se atrevería a cuestionar como obra de arte con mayúsculas. El boceto, fuera de toda duda, es mucho más que un instrumento de trabajo. En la muestra se pueden ver obras sobre papel o tablilla que recogen la primera idea del pintor, bosquejos que no fueron trasladados a una obra definitiva (o de la cual no se tiene constancia), bocetos que eran llevados al mecenas para que este mostrara su conformidad (o no) y pinturas de factura vibrante, suelta y fluida que fueron en su día un alarde de modernidad. Aquí se encajan las obras de grandes maestros valencianos de entresiglos como Ignacio Pinazo, Joaquín Sorolla o Antonio Muñoz Degraín. El Museo de Bellas Artes despide el año con noventa piezas que nos cuentan la evolución del boceto y reivindican su estatus como obra artística, sin peros. S.M.