HASTA EL DOMINGO 15/10
BOMBAS GENS. Burjassot, 54
Decía Carlos Bunga en la presentación de su primera gran retrospectiva en España que en la naturaleza no sobrevive el más listo, sino el que mejor se adapta al medio. Y eso es lo que él ha hecho en el modelado de esta Performar la naturaleza para la que ha trabajado mucho in situ en el espacio de Bombas Gens, donde anidan obras orgánicas y matéricas que, como en su exposición en el Palacio de Cristal de Madrid del año pasado, invitan al público a participar en una coreografía no intencionada en la que se mira hacia arriba y hacia abajo sucesivamente. Y va más allá, invita a los visitantes a sacudirse el estrés que traen de fuera, a quitarse los zapatos y pisar descalzos una gran instalación que cubre el suelo de la primera sala. “Los niños van a jugar ahí seguro!” decía un Bunga expectante.
La muestra ha sido concebida como algo vivo y en continuo proceso, como la naturaleza misma, de ahí el verbo “performar” en un título que invita también al público a participar y sentirse parte viva del asunto, no un mero espectador pasivo. Afirma Bunga que sus obras nunca están acabadas. Hay más caras a parte de la vertiente activa, son la poética y la conceptual: las piezas pretenden reflejar las temporalidades de la naturaleza y que, a modo de espejo, nos veamos reflejados en ellas como síntoma de nuestra propia mortalidad. Y una cara más, la política: las obras rezuman el rechazo del artista a la mirada colonialista que tenemos los humanos sobre el espacio natural. Bunga observa la naturaleza, los animales y los insectos, sus refugios y calidades materiales, para subrayar la convergencia entre humanos, objetos y naturaleza, siempre delicada. La fragilidad la consigue con grietas como las que ajan la tierra sedienta, que aquí lucen orgullosas como las imperfecciones de nuestra propia piel, termómetro de la vejez y la mortalidad. Encontraréis lienzospintados con un amalgama pringoso de pintura y cola (o cera de abeja), hojas, cartones, periódicos, latas y metros, alfombras agrietadas, redes y textiles que cuelgan del techo con efecto de paños mojados, capullos, esculturas cónicas de arcilla que simulan nidos de termitas y collages en los que ciervos y zorros sujetan el peso de construcciones humanas. La naturaleza, filtrada por la sensibilidad de Carlos Bunga, se cuela en Bombas Gens. S.M.