Cargado de trastos, arrastra un oficio milenario de pueblo en pueblo y de plaza en plaza, levantando y desmontando cada día retablos efímeros, sumando lentamente kilómetros de un viaje hacia ningún lugar. Monte Isla, que en el TNT 2022 se propusieron meter un paisaje en un teatro (Donde empieza el bosque acaba el pueblo),ahora meten todo lo que se pueda imaginar dentro de una furgoneta, dedicando esta nueva creación a la figura del titiritero: un constructor obstinado de ficciones en un mundo que no las pide, un vendedor de humo en tiempos de aires acondicionados, un cuerpo invisible que carga sobre sus espaldas el peso simultaneo de la precariedad y la tradición.
Prepararos para uno de los espectáculos más fecales que habéis visto. Un cuerpo sin talento es un despliegue de humor indigesto y metáforas crueles sobre cómo sobreviven las artistas, vomitando confeti y bailando en un campo minado. El dolor de barriga y la defecación ofician como maestros de ceremonias un juego de teatro dentro del teatro. Algo huele mal en el reino de Dinamarca… Un cuerpo sin talento es una reflexión sobre las condiciones existenciales del artista que parte del diagnóstico de un mundo cansado y saturado. La explosión visual a la que nos invitan recuerda a esos comensales hartos de los Monty Python. Detrás de la ilusión del teatro y el entretenimiento nos acecha el fantasma del burnout… It’s a kind of magic.