Giuseppe Verdi contó con Salvatore Camaranno para un libreto de directa inspiración española: El Trovador de Antonio García Gutiérrez, obra estrenada en Madrid en 1836. La muerte de Camaranno antes de acabar el libro dio oportunidad a un poeta joven, Leone Emanuele Bardere, de adaptar en parte el texto al gusto de Verdi, que había pedido una ópera en línea con una nueva idea fluida, muy similar a la que Richard Wagner había practicado ya en su revolucionario Anillo desde 1848. El resultado fue bien distinto, aunque no exento de una refrescante novedad antirrealista en tiempos donde todo abocaba a un realismo analítico. En Il trovatore dos acciones principales se entrecruzan en un duelo a espada: el lance vengativo de la Gitana y el amor de Manrico, que, arrastra consigo al conde de Luna y a Leonora. A partir de ahí, la obra es un prodigio de lírico desorden teñido de amor filial, causa política, perjurios, sacrilegios, sacrificio del amor a Dios, muerte del amor mismo y venganza.
Moderado por Pablo Font de Mora.