¿Cómo pueden los ojos tocar? ¿Cómo pueden los oídos ver? ¿Cómo puede la piel escuchar? Guiada por estas preguntas que confían en ecosistemas de percepción relacionales, en LAS LÁMPARAS, Leticia Skrycky busza ofrecer un lugar para una mirada periférica y vibrante. Es una invitación a un estado de atención abierto a recibir lo visible y lo invisible. En el espacio escénico del teatro se presenta una coreografía eléctrica, donde el sonido mueve la luz y la luz, a su vez, suena, calentando todo el entorno. Luces como hogueras eléctricas, que buscan activar un estado primordial de observación, similar al que sentimos al contemplar el fuego. LAS LÁMPARAS invita a entrar, pensándose a sí misma como un lugar contenedor. Nos recibe y se permite abrir, de adentro hacia afuera, revelándose como un espacio para quedarse y, al mismo tiempo, dejarse ir.
ATENCIÓN: Instalación con oscuridad y sonidos de alto volumen.