La acción se desarrolla en el puerto de un pequeño pueblo de la costa cantábrica, llamado Cantabreda, donde se suceden los negocios sucios, el contrabando y el menudeo, gracias al ambiente oscuro de su clima y a los escollos que dibujan la accidentada playa. Por eso los marineros alternan la pesca con otros menudeos más turbios y entre ellos sobresale Juan de Eguía, un viejo lobo de mar, junto a sus secuaces Verdier y Simpson, que utilizan una pequeña taberna junto al puerto como reclamo para sus clientes y que no es más que una tapadera en la que Marola despliega sus encantos para atraer a los marineros a beber y consumir. Mientras que las mujeres del pueblo capitaneadas por Antigua, rabian y enfurecen al ver a los hombres perdidos por la tabernera. Pero un jóven e inexperto Leandro cae perdidamente en las redes de Marola y se deja llevar por sus encantos y por los dudosos propósitos de Juan de Eguía, pese a los intentos de Marola por protegerle. Entre tanto Abel, un chaval que callejea por el pueblo cantando canciones y contando historias de piratas al son de su acordeón, ha sido hechizado también por el embrujo de Marola y vive dispuesto a defenderla a toda costa, enfrentándose a los adultos si es preciso.
