Un proyecto concebido específicamente para la Galería 6 del IVAM por Andrea Canepa (Lima, 1980) en el que la artista propone una colorista instalación experiencial e inmersiva que ocupa las dos plantas, conectadas mediante una intervención que atraviesa la escalera, en la que reflexiona sobre la percepción del tiempo. Los visitantes que accedan a la sala encontrarán estructuras geométricas, piezas modulares, grandes volúmenes de colores y formas reminiscentes de juguetes tipo mecano. La instalación se ha realizado utilizando materiales diversos, como telas, hilo, azulejos, maderas, tierra e, incluso, cristal.
La planta inferior recrea el universo de lo que está en lo profundo de las cosas: como si se tratase de una caverna, un inframundo o un útero materno. “Todo está organizado en capas: los sedimentos del suelo están en las paredes, hay esculturas que remiten a los anillos de los árboles que envuelven todo el espacio de la galería y el visitante se puede mover entre ellas”, ha detallado Andrea Canepa sobre esta primera planta con luces bajas que insisten en la sensación de interioridad.
En la planta superior, una línea metálica recorre el perímetro de la sala como un horizonte y se interrumpe con esculturas que alteran su curso. La instalación dialoga con el sistema de ceques del mundo andino precolombino. “Se trata de una red de líneas sagradas que partían del centro de la ciudad hacia el horizonte, conectando huacas —lugares sagrados— y trazando una correspondencia entre espacio y tiempo. Cada huaca marcaba momentos del calendario inca”, recordó la artista.








