La muestra viaja por la trayectoria creativa de una de las figuras clave del arte contemporáneo español a lo largo de seis décadas desde los años 60 hasta su fallecimiento. Está integrada por más de 80 obras entre pinturas, esculturas, dibujos y collages que profundizan en sus dos etapas creativas: durante su exilio a París (1958-1976) y después del exilio (1976-2018) tras la muerte de Franco. El conjunto expositivo revisa las temáticas más presentes en la obra de Eduardo Arroyo, centradas especialmente en el ámbito social y político durante la primera etapa de su trayectoria, pero también en la literatura, el cine, la historia o la música. El recorrido revela su evolución desde unas creaciones con fuerte carga de denuncia contra la dictadura franquista hacia un lenguaje más sutil, irónico e íntimo, y permite reconocer las imágenes más representativas de su iconografía, como los boxeadores, deshollinadores, toreros, calaveras, flamencas o moscas.
Aspectos clave de su producción artística como su predilección por los grandes formatos, la vivacidad de colores, su inclinación hacia la neofiguración, la ausencia de profundidad espacial o el aplanamiento de la perspectiva pueden apreciarse en la amplia selección de obra procedente de la Galería Marlborough, la Colección de Arte ABANCA, Colecciones ICO Madrid, Colección P. Arroyo, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco ARTIUM, Fundación Azcona y de colecciones particulares. La exposición incluye piezas de la década de los 60 como Saint Bernard tonnelet (1965) o Titan White Rembrandt I (1969) hasta El buque fantasma (2018), la última obra en la que trabajó Arroyo antes de su muerte, que está inspirada en la composición de Richard Wagner conocida como El holandés errante. La selección de obra incluye Cordero místico, la interpretación personal que el artista realizó entre 2008 y 2009 del conocido políptico de los hermanos Hubert y Jan van Eyck que se conserva en Gante y en la que Arroyo aporta su imaginario invadiéndolo de personajes como Peggy Guggenheim, Buñuel, María Callas o Ciudadano Kane, además de insertar la mosca o el boxeador, algunas de sus señas de identidad. La pieza, que se expone por primera vez en Valencia, muestra la maestría de Arroyo como dibujante. La muestra incluye la proyección de un extracto del documental ‘Arroyo. Exposición individual’, una pieza audiovisual producida en 2012 por La Fábrica y el Círculo de Bellas Artes de Madrid.