Se han detectado indicios de que el próximo 23 de febrero se perpetrará una acción subversiva en el Gabinete de dibuios. En la ciudad de Valencia, a las 19 horas y 43 años después del 23F se sospecha que, armado con su rotulador, Antonio Ballesteros asaltará la galería apuntando hacia lo alto de las paredes blancas. Altamente probable es que por allí se desplieguen líneas de fuerzas bizarras, que cientos de dibujos punk, marginales, residuales ocupen el muro y que vengan refuerzos tridimensionales de papel higiénico apelmazado; tal vez algunas personas secuestradas en el interior de la galería se tiren al suelo. Ya se ha podido comprobar que una avanzadilla ha pervertido y hackeado sin reparos el diseño de Dídac Ballester, haciendo prever lo peor. Hay investigaciones que apuntan a que, en la sombra y apoyando la sublevación, están algunos altos mandos del arte mayor internacional, identificados como Philip Guston y Paul McCarthy; el primero, dibujante y pintor con marcadas preocupaciones emocionales, psicológicas y políticas ante la deriva del mundo en los años 70 del siglo XX y el segundo, creador y performer procaz que con gran sentido del humor trata de derribar el gran sueño americano. Antonio Ballesteros, respetado diseñador gráfico y padre de familia, alma mater del estudio FORMO. lleva años realizando estos dibujos ácratas
y gilipollas sobre reflexiones errantes, que divulga en publicaciones con titulos inexplicables pero formalmente contundentes como CURVA 1. CURVA 2 y Random Paradise. Se prevé que venga ahora pertrechado con un tercero, CURVA 3.
