Johann Sebastian Bach no solo fue un sólido creador, sino también un puente temporal entre la música del pasado y el futuro. A través de sus leyes gramaticales y dialécticas logró que su música tuviera influencia incluso 300 años después de su muerte. Este es el caso del programa para marimba solo que ofrece el compositor y percusionista David Moliner. Un programa compuesto a partir de la influencia de las ‘Suites 2 y 3’ (BWV 1008-1009), transcritas para marimba por el propio Moliner. Estas obras son un arquetipo genealógico para el resto del programa, escrita por compositores actuales a partir de recursos texturales, corporales, expresivos y sensoriales, abarcando así desde silbidos y susurros hasta objetos como agujas de coser o pelotas de ping pong. Todo ello a partir de motivos gestuales – tanto implícitos, como explícitos – del compositor alemán. Una sintaxis compositiva para abarcar nuevas estéticas a partir del sonido corporal del lenguaje musical.
