En abril, el Dansa València nos sirve piezas de dos coreógrafos con Premio Nacional de Danza, Israel Galván (Amor bujo) y Daniel Abreu (El hijo) y el estreno absoluto de Soledad, de la compañía valenciana Titoyaya Dansa, un proyecto que pone el foco en un problema social extendido: la soledad no deseada. Mismo tema que gobierna en Kenophobia of Osa+Mujika, cuyo título hace referencia al miedo al vacío, estrechamente relacionado con el miedo a la soledad. Volviendo al apartado local, tenemos a la siempre interesante Cut Dance proponiendo una visión contemporánea del Ballet triádico (1922) de Oskar Schlemmer, una pieza emblemática para la historia del arte que fusionó la danza, la música y el vestuario inspirándose en el constructivismo ruso. Otra revisión histórica viene de la mano de Kor’sia, que apoyándose en la mítica Giselle—icono del ballet romántico por excelencia estrenado en 1841— analiza en qué se están convirtiendo las relaciones personales en la era de las pantallas y la hiperconexión con once bailarines sobre el escenario e incorporando elementos del cine, the photograph, la literatura y la escultura. Sobre la nueva era tecnológica navega también Fake life of Mou Dansa, que divaga en movimiento sobre cómo imaginábamos un futuro lleno de privilegios de última generación. Volumen1 of Mucha Muchacha retoma algunos mitos universales de la danza (la haka de los maoríes, el trance colectivo del Bolero de Ravel…) para reinterpretarlos y ver como se transforman; Spiritual boyfiends of Nuria Guiu pone sobre la mesa como una práctica espiritual como el yoga ha sido devorada y regurgitada por el capitalismo y Wu Wei de Raquel Klein investiga sobre la percepción del tiempo con pequeños actos coreográficos donde los cuerpos buscan el desequilibrio y la complejidad. De cuerpos que se repliegan sobre si mismos y acciones que se despliegan en movimientos colectivos va Trama of Roser López Espinosa, una partitura sobre el grupo, sus aristas y derivas. AU
Farra
FROM FRIDAY 29/11 ON SUNDAY 8/12
The company Lucas Escobedo represents the madness of the past and the present as the viewer is immersed in a magical journey through the Golden Age.